La afición del Valencia busca culpables. La temporada del conjunto que preside Lay Hoon no deja a nadie iniferente, y mucho menos a una hinchada tan exigente como lo es la del conjunto 'che'. Dentro de los señalados por la grada se encuentran dos de las principales apuestas de futuro del club, Aderlan Santos y Danilo Barbosa.

La deriva del Valencia en el presente curso está llegando a su fin. Fuera de la Liga de Campeones y la Europa League, vapuleados por el Barcelona en la Copa del Rey y en tierra de nadie en La Liga, es el momento de reflexionar. De este modo, la afición del Valencia ha empezado a sacar conclusiones sobre algunas de las apuestas realizadas por el club.

El Valencia desembolsó 9,5 millones en la caja del Braga por Aderlan Santos 

Los primeros en probar el bisturí de Mestalla han sido Aderlan Santos y Danilo Barbosa. El primero de ellos llegó al Valencia procedente del Braga por una cantidad cercana a los 9,5 millones de euros como uno de los fichajes más solicitados por Nuno Espírito Santo.

Pasado el tiempo de aclimatación, la realidad es que el defensa brasileño no ha terminado de responder a las expectativas generadas con su fichaje. La sombra de Nicolás Otamendi, también llegado desde Portugal, y el mal momento que vive el Valencia le han llevado a ver como su nivel ha caído en picado hasta convertirse en una de las grandes decepciones del proyecto de Peter Lim.

Danilo tampoco responde

En el mismo 'pack' que Aderllan Santos, llegó al Valencia Danilo Barbosa, pero en esta ocasión lo hizo en calidad de cedido con opción de compra. A pesar de no ser asiduo en el once, tanto de Nuno como de Gary Neville, las expectativas en torno a un fichaje que debía convertirse en relevo natural del centro del campo del Valencia eran altas. 

Danilo no solo no ha respondido, sino que además se teme en la familia valencianista que su caso pueda ser similar al de otros traspasos recientes del club en el que la opción de compra se deba ejercer de forma obligatoria a pesar de no haber encajado del todo en el equipo, algo que volvería a hipotecar el futuro de la entidad