Una de las tareas fundamentales para asaltar el feudo madridista pasará por la misión de evitar el protagonismo de Modric. El croata es uno de los centrocampistas más incómodos con los que te puedes topar. Crea, roba y engancha. Además de llevar el balón como si fuera su hijo a menos de un palmo de la bota, lo trata con una sutileza exquisita que hace imposible cualquier intento por robárselo.  Su figura en el campo es fundamental para empapar al resto de jugadores de buen fútbol.

El técnico valencianista, Pako Ayestarán, encomendará esta complicada función a uno de sus pivotes: Javi Fuego o Enzo Pérez. La agresividad del argentino sería clave para alinear a priori a Enzo pero esta lógica puede quedar desfasada a causa de los problemas físicos que acarrea el ex del Benfica. Por esta razón probablemente sea Fuego quien asuma finalmente el cargo. La temporada pasada ya supo contener y mantener las líneas del equipo a la perfección en este campo y en una de las últimas jornadas ligueras. A diferencia que en aquel encuentro Modric estaba lesionado.

Una de las virtudes de este Madrid es hacer que los suyos dominen el juego para que Luka Modric ordene a su antojo.  Ayestarán deberá contrarrestar esta idea a través de unas circulaciones precisas y una presión ordenada en el centro del campo. El partido en el Camp Nou tendrá que ser el punto de referencia para este choque.

No olvidemos que el Real Madrid es finalista de la Copa de Europa por lo que habrá que hacer un partido perfecto en todas las facetas del juego para poder salir victorioso. En el caso de que Modric no jugara para darle descanso o que no tuviera el día, muy extraño en el, el equipo cuenta con una de las plantillas más completas del mundo con la que pueden intimidar de diferentes maneras. El juego aéreo viene siendo una de las principales bazas con la que cuentan los merengues en los últimos meses.                     

Los de Ayestarán tratarán de salir vivos en una de las salidas más complicadas y ambiciosas de la temporada. El equipo che tratará de dar un golpe sobre la mesa y comenzar de cambiar el rumbo al que acostumbraba esta temporada.