Robert Ibáñez repitió destino de cesión y volvió a la ciudad nazarí, donde no ha logrado ganarse la confianza de ninguno de los diferentes técnicos que han pasado por el banquillo del club rojiblanco. Fue con la intención de ser un jugador importante durante la temporada, pero la falta de continuidad le condenó a ser un jugador de rotación abocado a ser sustituto. El nivel de los jugadores con los que competía puesto en el once era mejor al suyo por lo que no pudo gozar de la tan ansiada titularidad.

Ha participado en 18 de los encuentros que ha disputado el conjunto nazarí en la temporada, partiendo en la mayoría de ellos desde el banquillo y sin haber podido anotar ningún gol, lo que hace que su puesto en el Valencia esté bastante caro para el próximo curso, por lo que lo más probable es que se le de salida, otra vez como cedido, a pesar de que el Granada no parece ser su futuro equipo.

A falta de saber si el destino será en primera o segunda, Robert Ibáñez no parece tener un hueco en la plantilla que quiere confeccionar Pako Ayestarán, aunque más de un aficionado valencianista apostaría por su inclusión en la plantilla para aportar savia nueva a un equipo que ha firmado una temporada nefasta, además, el extremo valenciano aportaría 'sentiment' y podría ser uno de los iconos de la afición. Un jugador que siente los colores y lo da todo por la camiseta que viste.

Su primera etapa en Granada fue muy fructífera, siendo un jugador clave en la consecución de la permanencia, pero su segunda cesión fue más un paso atrás en su carrera. Un año en blanco que no sirve ni al jugador ni a los clubes. Necesita un cambio de aires y Suso García Pitarch ya baraja ofertas.