Aterrizó en Villarreal en el verano de 2006 con aura de crack. De hecho, es uno de los fichajes más caros de la historia del club (por él se pagaron cerca de 9 millones de euros). Sin embargo, Rubén Gracia "Cani" siempre ha generado dudas con su rendimiento un tanto irregular. Desde su llegada al conjunto amarillo, ha alternado la suplencia con la titularidad, siendo en este último caso uno de los primeros jugadores sustituidos por los diferentes técnicos que han pasado por el equipo. Lo cierto es que no ha acabado de rendir como de él se esperaba y siempre ha estado cuestionado por la afición. Pero la llegada de Marcelino García Toral al banquillo de El Madrigal parece haber contribuido a su resurrección.

A lo largo de su ya dilatada carrera, Cani siempre ha sido un futbolista que ha destacado por su exquisista calidad técnica, pero también por su irregularidad. Las grandes esperanzas depositadas en él han hecho que las aficiones de los equipos por los que ha pasado siempre le exijan más. Tanto en el Zaragoza como en el Villarreal, Cani ha sido uno de los futbolistas más señalados por la hinchada. De hecho, los continuos silbidos de la afición maña (junto con su mala relación con el presidente Alfonso Solans) propiciaron su marcha al Submarino Amarillo.

La trayectoria futbolística de Cani también merece un aparte. Empezó jugando en el equipo de su barrio, el Stadium Venecia, a la temprana edad de seis años y ya dio muestras de su enorme calidad. En su segundo año de infantil pasó a formar parte de la cantera del Real Zaragoza, donde permaneció hasta el último año de juvenil. La temporada 2000/2001, con 19 años, se marchó cedido al Utebo FC, un club que militaba en Tercera División. Una temporada más tarde, cuando ya había decidido dejar el fútbol a un lado (incluso llegó a solicitar un puesto de repartidor en un supermercado), fue repescado por el club maño para jugar con el filial en Segunda B, pese a que el entonces entrenador del equipo, Manolo Villanova, no contaba con él.

Esa misma campaña, en el último partido de Liga de un Zaragoza ya descendido a Segunda División, debutó con el primer equipo un 11 de mayo de 2002 ante el FC Barcelona. Al año siguiente ya fue un habitual del primer equipo dirigido por Paco Flores, aunque jugó con ficha del filial hasta diciembre, fecha en la que firmó su primer contrato profesional. El Real Zaragoza logró el ascenso a Primera esa misma campaña y Cani permaneció en el club hasta la temporada 2005/2006, cuando se hartó de ser el blanco de críticas de una afición descontenta con la marcha y gestión de su equipo.

El Villarreal apostó fuerte por él y se convirtió en uno de los fichajes estrella del club para la campaña 2006/2007. Ahora Cani cumple su octava temporada en el club presidido por Fernando Roig, y ya es el segundo jugador que ha vestido más veces la elástica amarilla, concretamente 286, solo por detrás de Marcos Senna (363), y por delante de Rodolfo Martín Arruabarrena (284). Pese a ello, y aunque siempre ha gozado de minutos, nunca ha sido pieza clave para los distintos entrenadores que han pasado por el banquillo amarillo. La llegada de Marcelino, en cambio, parece haberle reactivado. La segunda mitad de la campaña pasada ya fue imprescindible en los esquemas del técnico asturiano y también fue decisivo en el ascenso del Submarino. De hecho, él fue quien dio la asistencia a Jonathan Pereira en el gol que certificó el retorno a Primera en el partido contra el Almería.

Y esta temporada no han podido empezar mejor las cosas para el maño. Titular en las tres jornadas de Liga disputadas, se ha erigido en el líder de un equipo que cuenta sus partidos por victoria. Cani ha disputado los 90 minutos de cada uno de los tres encuentros e incluso ha anotado un gol decisivo para conseguir el triunfo ante el Valladolid, un tanto que a buen seguro estará entre los mejores de la presente Liga. Ahora a él y a su equipo les espera un reto: tratar de finalizar una jornada de Liga como líder, algo que el Villarreal no ha logrado nunca. No lo tendrán fácil, pues su próximo rival es el Real Madrid de Carlo Ancelotti. De todos modos, el conjunto blanco es una de las víctimas favoritas de Cani, ya que es el equipo al que más goles le ha marcado (un total de tres), junto con el Valencia.