El ‘submarino’ está maravillando a España. Desde que llegó a Primera División, allá por el 1999, el club presidido por Fernando Roig ha dado una auténtica lección de cómo convertir el modesto equipo de un pueblo agrícola en un gran club capaz de colearse entre los más grandes del panorama español… y europeo.

RIquelme falló el penalti y el pueblo volvió a la realidad

A lo largo de todos estos años, grandes jugadores han pasado por El Madrigal. La parroquia amarilla recuerda con un esbozo de sonrisa las galopadas de Gica Craioveanu, las paradas de Palop o los incontables goles de Palermo. Ese esbozo se convierte en nostálgicas lágrimas cuando el motivo es la alineación de aquel equipo que en la temporada 2005/2006 llevó al ‘submarino’ a disputar las semifinales de una Champions en las que Riquelme tuvo en sus botas el pase a la final de la UEFA Champions League. El astro argentino falló el penalti y el pequeño pueblo de la provincia de Castellón volvió a la realidad. Lehmann fue cruel. Destrozó el corazón a miles de aldeanos.

Jugadores como Forlán, Arruabarrena, Reina o el propio Riquelme -Román solían llamarle por la Plana Baixa-, se marcharon del club que les hizo rozar la gloria; pero la buena gestión de la entidad permitió al Villarreal contar, escasos años más tarde, con futbolistas de la talla de Cazorla, Valero, Rossi o Nilmar, cuyas ventas, tras el fatídico descenso a Segunda División, desembolsaron unas cantidades inverosímiles para el equipo de un pueblo que apenas supera los 50.000 habitantes.

Y es que probablemente ese ha sido el secreto. El Villarreal se ha caracterizado siempre por tener las cuentas saneadas. Un ejemplo de transparencia en medio del bochornoso contexto de corrupción y fraudes fiscales que ponen en el punto de mira a algunos de los grandes clubes del panorama español. A orillas del Mijares se cree en la cantera y se ficha barato. Los jugadores que triunfan salen del club por cantidades notablemente superiores a las que entraron. Y eso, en temas económicos, supone grandes beneficios para el club.

La vuelta no se hizo esperar

El Villarreal ya era grande. Le bastó con una temporada de penurias en la División de Plata para volver al sitio que le pertenece. Se materializó, por tanto, la vuelta a la Liga BBVA tras proclamarse subcampeón de Segunda División, solo por detrás del Elche. Con el Almería en frente, lograron el objetivo alentados por una marea amarilla que copaba la localidad, ansiosa por volver a hacer grande al club que les hizo soñar.

Eso sí, la plantilla con la que contaban Julio Velázquez primero y Marcelino tras la destitución de este, hacía presagiar que la vuelta no se demoraría en exceso, pues El Madrigal albergaba cada domingo a jugadores de la talla de Cani, Trigueros, Musacchio o Bruno que, fieles al club que les hizo grandes, lo acompañaron en sus peores momentos.

Pese a venir de Segunda, el Villarreal lucha por los puestos europeos

Lo increíble es lo de esta temporada. El Villarreal se ha metido de lleno en la lucha por los puestos europeos, algo, a priori, impensable para un equipo recién ascendido. Y lo está haciendo como suele gustar al aficionado. La apuesta por el toque y la verticalidad conforman un excelso trato del balón como esencia del juego amarillo.

La cantera, una seña de identidad

A todo esto hay que sumarle la procedencia de los jugadores. El Villarreal ha demostrado a lo largo de estos años que apuesta por la cantera. La cuida, la mima. Y le otorga un gran abanico de oportunidades a los futbolistas que emanan de ella. Buena prueba de ello es que el once tipo del ‘submarino’ está plagado de canteranos: Mario, Jaume Costa, Musacchio, Bruno, Trigueros y Aquino, proceden de las categorías inferiores del club. Además, jugadores de suma importancia para el equipo, como Moi Gómez o Juan Carlos han pasado también su juventud en la Ciudad Deportiva.

Fernando Roig es el alma mater; el padre inventor de este fabuloso proyecto que, pese a las adversidades que se han puesto por el medio, no parece tener techo. Y es que cuando más difíciles se ponen las cosas, este Villarreal resurge de entre sus cenizas, retoma el camino y vuelve a luchar. Entre los grandes. Siendo uno más de ese selecto grupo.

Foto 1: El Mundo

Foto 2: Libertaddigital.com