Llegó el momento. El Villarreal debía de demostrar ese buen juego durante la pretemporada en el primer partido oficial del año. Era un partido que marcaba todo el esfuerzo realizo la temporada pasada. La Europa League estaba en juego, el FC Astana el equipo que lo separaba de la ansiada fase de grupos. Era el primer combate de los dos que enfrentarán ambos equipo. El primer enfrentamiento se disputó en tierras kazajas, lugar -hasta el momento- desconocido para el conjunto de Marcelino.

"Este respeto por el rival  provocó que el técnico asturiano sacara su once de gala"

Este respeto por el rival  provocó que el técnico asturiano sacara su once de gala. La portería defendida por Sergio Asenjo. Musacchio -cada vez más cerca de quedarse- en la zaga junto a Gabriel. Por delante Trigueros siendo la pareja de baile de Bruno en el centro del campo. Las bandas para la verticalidad y velocidad de Chéryshev por la izquierda, mientras que la derecha para la calidad de Cani. Arriba Gio y Uche.

Para sorpresa del equipo amarillo, el Astana comenzó con una presión asfixiante y muy adelantada que impedía la salida del esférico por parte del conjunto castellonense. En los primeros quince minutos el Villarreal fue incapaz de salir de su propio campo. El conjunto de Stanimir Stoilov creaba continuas jugadas de peligro, ya que con esa presión aprovechaba para robar el balón y buscar a los bandas que nunca acertaban a sacar un buen centro al área.

"Asenjo tuvo mucho trabajo en este tercio de partido"

Asenjo tuvo mucho trabajo en este tercio de partido, donde el portero palentino tuvo que atajar hasta cinco disparos del equipo kazajo. Todo estaba al revés hasta que apareció la magia del conjunto amarillo. Además, las malas noticias continuaban con la lesión del central Gabriel a la media hora de juego. En su lugar entró Victor Ruíz que debutaba con la elástica amarilla en partido oficial. No obstante, un magnífico contraataque comenzado por Cani, fue el propio jugador maño quien finalizó la jugada con un chut defectuoso que haciendo una parábola extraña superó a Eric para poner el primer gol. Se podía decir que era el gol de la tranquilidad, después de haber estado media hora de juego achicando los ataques del Astana.

El gol dejó tocado a los locales que permitieron que Bruno y Trigueros tuvieran por primera vez en todo el partido la batuta del encuentro. Sin más llamativo en la primera parte, el colegiado holandés decretó el final de los primeros cuarenta y cinco minutos.

La segunda parte, sin embargo, no permitió al conjunto kazajo volver a imprimir esa presión que tuvo 'en jaque' al equipo de Marcelino al comienzo del encuentro. En la primera subida del lateral izquierdo, Jaume Costa, centró para que tras un rechace provocado de Manu Trigueros, el esférico llegara a Giovani que con una vaselina preciosa superó a Eric. Los locales no se esperaban este golpe tan pronto, y se hundieron en mitad del campo, sin dar señales de tener intención de volver a realizar una presión adelantada. El peligro de los locales llegaba por mediación del interior Foxi, jugador al que todos sus compañeros buscaban para iniciar las tareas ofensivas.

 "La expulsión de Anicic creó una resurrección en las ideas del conjunto local"

Sin embargo, una acción contradictoria con la expulsión de Anicic creó una resurrección en las ideas del conjunto local y volvió a crear peligro. La relajación en los jugadores amarillo fue clave en esta nueva oleada. Aun así, la diferencia de calidad era tan exagerada que con la entrada de Vietto, el Villarreal se volvió a volcar en el ataque teniendo hasta tres ocasiones claras, una muy clara donde el joven argentino mandó el esférico fuera con la portería vacía. Pero tras otra carambola, el balón llegó a Mario Gaspar que no dudó en lanzar un disparo seco que se coló por el palo izquierdo de Eric.

Al final, el Villarreal deja muy encarrilada la eliminatoria para el partido de vuelta. Nadie pensaría de este resultado viendo el comienzo de encuentro y con la fuerza que salió el Astana -que finalmente- acabaría convirtiéndose en el partido que se preveía, con dominio total del equipo amarillo hasta el final del partido.