Si se nos pregunta que elijamos un delantero a nivel mundial, probablemente elegiríamos a Messi, Cristiano Ronaldo, Ibrahimovic o Van Persie. Si se nos diera a elegir a nivel nacional, diríamos nombres como Alcácer, Diego Costa, Llorente, Negredo o Aduriz. Pero si centramos nuestra vista a las orillas del Mijares, encontramos a Gerard Moreno.

Cuando hablamos de Gerard Moreno puede sonar a desconocido, pero este joven delantero zurdo es sinónimo de gol. Desde que llegara en 2010 a Villarreal, el delantero ha conseguido más de 80 dianas.

Hambre y gol

El Villarreal, siempre atento a los jóvenes, fijó la mirada en un delantero del Badalona. Un joven ariete de 17 años que se había convertido en el máximo goleador de la Liga Nacional juvenil con 41 goles. Goles que le permitieron a Gerard hacer las maletas con dirección a Castellón. El ‘Submarino’ había encontrado una nueva perla.

(Foto: cfbadalona.net).

Su punto de mira no tardó en calibrarse y aquel espigado catalán que había cautivado a técnicos y ojeadores en la Liga Nacional catalana no tardaría en hacerlo en División de Honor. Treinta goles en su primera temporada convirtieron al “nuevo” en máximo anotador del equipo. Gerard no había venido a pasearse. Y como reconocería años más tarde, él había llegado con el sueño de convertirse en delantero del primer equipo.

30 goles en su primera temporada le convirtieron en el máximo goleador

Sus buenas actuaciones en su primer año no fueron un espejismo y repetiría cifras en su segunda temporada como groguet. Dianas que le permitían escalar en los equipos del Villarreal.

En su tercer año como amarillo, el amante del área ya había conseguido hacerse hueco en un ‘Submarino’ tocado y hundido tras una fatídica temporada. El conjunto castellonense había bajado a Segunda División. Primera toma de contacto con el primer equipo, en la que el catalán conseguiría cuatro goles en 14 partidos (ocho como titular), que servirían de ayuda para devolver al equipo a Primera.

Mallorca, destino idóneo

Tras una temporada prácticamente separados, Gerard no falló en su relación amorosa con el gol. Esta vez el Mallorca disfrutaría de sus dianas. El de Santa Perpetua de Mogoda hizo de nuevo las maletas. Esta vez, destino las Islas Baleares. El jugador jugaría en calidad de cedido en la campaña 2013/14. El objetivo: consolidarse en la categoría y volver para triunfar en El Madrigal.

No falló. El delantero se erigió como la referencia del conjunto bermellón. Jose Luis Oltra le pidió goles. Moreno, se los dio. 11 goles en 31 partidos (25 titular) para convertirse en el máximo goleador del equipo.

(Foto: arabalears.cat).

Con apenas 21 años, el catalán se había convertido en uno de los estandartes de un equipo que buscaba ascender, pero no todo el camino fue llano. En el mes de mayo, en pleno auge de competición, Gerard sufrió una lesión en el menisco de su pierna izquierda. El ariete despedía la temporada pasando por quirófano.

Gerard sufrió una lesión de rodilla que le obligó a decir adiós a la temporada

La lesión no impidió que Marcelino reclame su vuelta y, tras recuperarse de la lesión, el goleador se reincorporó a la disciplina amarilla para realizar la pretemporada.

Temporada para reafirmarse

Las salidas de Perbet y Pereira acercaron más al catalán al primer equipo y sus goles ante Middlesbrough y Sassuolo en pretemporada hacían valer su capacidad anotadora. Aunque, sin ninguna duda, la mejor exhibición de Gerard fueron los cuatro goles que le marcó al Celtic. Una prueba más de su facilidad para materializar.

Las salidas de Perbet y Pereira acercaron más al catalán al primer equipo

“Para un delantero, marcar es importante”, afirma Gerard. Aunque en competición oficial todavía no lo ha conseguido, lo que sí ha cumplido es su sueño debutar en la Liga BBVA. 63 minutos en el último partido frente al Granada.

Ahora, con Gio en el dique seco y Uche recién salido de la lesión, Moreno se encuentra ante una ocasión de oro para demostrarle su valía a Marcelino. Para convencerle de que puede ser el delantero titular del ‘Submarino’.

(Foto: María José Segovia | VAVEL.com).

De lo que no cabe duda, es que su amor por el gol continúa. Será duradero. Un amor que nunca se acabará. Como si se tratase del mismo amor entre Romeo y Julieta o como si el gol fuera su musa; como si se tratase de la mismísima Gala para Dalí. Una historia de amor que no ha hecho más que empezar y de la que aquel joven espigado de diecisiete años que sorprendía en juveniles espera convertir en una gran novela.