La última temporada en la que se avistó al periscopio amarillo por mares continentales fue en la temporada 2011/2012. Una temporada marcada en la retina del aficionado groguet que contrajo un desempeño muy pobre del conjunto villarrealense, por entonces dirigido por Juan Carlos Garrido, en una fase de grupos de la UEFA Champions League complicadísima en la que se midió a conjuntos como Manchester City, SSC Nápoles o Bayern München en la que se quedó en blanco. Además, una temporada en Primera División muy inestable con hasta tres entrenadores, Miguel Ángel Lotina, José Francisco Molina y el propio Garrido, llevó al club a los infiernos de la Segunda División.

La bajada a los infiernos sirvió para reestructurar el club y el resultado de hoy es de aquello que empezó por el agosto de 2012. Ahora, un club saneado económicamente y con una plantilla muy joven, algunos sin mucha experiencia en competiciones continentales y donde jugadores jóvenes como Giovani, Chérysev o Vietto quieren hacerse un nombre a nivel europeo mientras que otros como Cani o Bruno buscan reverdecer viejas sensaciones. El conjunto de Marcelino García Toral abría la temporada europea ante un clásico del fútbol alemán y continental: El Borussia Mönchengladbach. En un partido donde los locales dominaron en la primera mitad y en la segunda fueron los de Marcelino los dominadores, el resultado acompañó ese dominio parejo y un gol de Herrmann y otro de Uche produjo un reparto de puntos en el regreso de ambos conjuntos a Europa.

Para este partido, Marcelino contaba con el regreso de Uche que salía de unos problemas físicos que le mantuvo fuera de terreno en el último partido ante el Granada. Además, la ausencia de titulares en el lateral izquierdo como Jaume Costa o Bojan Kokic por lesión y de Giovani por el mismo motivo obligaba al técnico a redibujar la retaguardia y delantera del submarino, colocando en el lateral a Gabriel Paulista en detrimento de Antonio Rukavina. El 4-4-2 que dispuso Marcelino sobre el Borussia Park con Pina y Bruno en la medular y una pareja inédita en la punta como Chérysev y Vietto dibujaba un conjunto más pensado en la organización y distribución del juego ante el juego directo y vertiginoso de los alemanes y menos en la creatividad de hombres como Manu Trigueros.

Por su parte, los chicos de Lucien Favre, con el apoyo de su afición que abarrotó el coliseo alemán en su puesta de gala en Europa dos años después, dibujaba un equipo en el que algunos de sus titulares como Hahn o Raffael dejaban su hueco a menos habituales como Johnson o Hrgota. Sin embargo, la columna vertebral de los 'potros', en donde destaca el defensa exatlético Álvaro Domínguez, permanecía mínimamente alterada.

El partido comenzaba con los primeros minutos típicos de tanteo entre ambos conjuntos, los cuales nunca se habían enfrentado entre sí. Sin embargo, tras los diez primeros minutos de asentamiento en el tapete, los locales comenzaron a llevar el peso del partido aprovechando el hueco dejado en el lateral defendido por Mario. El lateral derecho Wendt se convirtió en un suplicio para los amarillos en estos primeros minutos y un chut de media distancia y un pase que no conecto con Herrmann llevaron el susto a las filas locales. Sin embargo, el conjunto de Marcelino contestó a la presión germana y Chérysev estuvo a punto de poner por delante al submarino a los 20'. El ruso, desplazado de su posición habitual a la delantera, recibió un pase de Cani tras aprovecharse de un error de Jantschke y se colocó frente a Sommer el cual respondió con gran aplomo ante el chut del extremo ruso.

Un minuto después, Herrmann llevaba al delirio a la grada local. Un envío largo de Domínguez conectaba con Hrgota el cual no logra zafarse de Víctor Ruiz. Sin embargo, el despeje del central amarillo lo recogía el lateral alemán metiendo el balón en las mallas defendidas por Asenjo y poniendo por delante al M'Gladbach en su regreso continental.

A partir de ahí, el conjunto de Renania cogió impulso anímico y se envalentonó, gozando de múltiples ocasiones para ampliar la renta en el marcador como un disparo de Kruse en el 26' o de Hrgota en el 41'. Por su parte, el conjunto de Marcelino se enfrió con el gol y, pese a no renunciar a su ideario, la fragilidad defensiva y la poca profundidad, unido a las imprecisiones de jugadores como Chérysev o Vietto, no pudieron equilibrar la balanza. Así, tras la lluvia que asolaba Borrusia Park se marchaba ambos conjuntos al túnel de vestuarios.

Cambio de papeles tras el descanso

La segunda mitad mostró un nuevo Villarreal, más lanzado al ataque y con más idea y cierta profundidad de cara al marco defendido por el suizo Sommer con la idea de buscar la clave del fútbol: el gol. En el minuto 49, Vietto, en una combinación con Chérysev, se cruza el área sin que pudiera sacar disparo. Así, la segunda parte amanecía con un Villarreal con más impulso y tratando de intentar llevar el protagonismo. Por su parte, los alemanes se adaptaron al nuevo papel y mediante peligrosas contras, dispusieron de algunas ocasiones para haber marcado algún gol más.

Marcelino, viendo como el partido transcurría sin que su equipo se impusiera en el terreno, dispuso a dar un giro táctico al partido y dio entrada a Trigueros por Pina en busca de la magia del talaverano. A partir de entonces, el submarino se lanzó al área germana con el fin de torpedear el barco de los de Favre. Un gol anulado a Vietto en el minuto 64 por falta serviría de antecedente a lo que vendría después.

Uche, que había entrado por Pina, en su primer balón encontró la gloria. En el minuto 67, un pase al hueco de Trigueros sirvió al nigeriano para batir, al primer toque, a Sommer y llevar el empate a falta de 23 minutos para el final. Sin embargo, tal como entró se tuvo que marchar. Un choque con el arquero suizo en la jugada del gol llevo a Uche de nuevo a dejar su lugar en el terreno de juego tres minutos después.

A partir de ahí, ambos conjuntos dispusieron sus ocasiones de decantar la balanza para un lado sin que esto se produjese. Finalmente, el regreso de los groguets a Europa vino de la mano de un empate en la salida, previsiblemente, más difícil de esta fase de grupos el cual ofreció un conjunto de contrastes y una mala noticia con la lesión de Uche.