Si cualquier aficionado groguet leyese el titular de esta noticia hace justo un año, seguramente se llevaría las manos a la cabeza, pero las cosas cambian, y ya es sabido que en el mundo del fútbol, esas cosas, en ocasiones, transcurren a una velocidad vertiginosa; las lesiones, el bajo rendimiento, o la irrupción de nuevos jugadores, producen cada semana cambios en los onces titulares de infinidad de equipos. Si además, estos tres factores se dan simultaneamente, nadie está a salvo. Ni siquiera los jugadores franquicia.

En Villarreal, este está siendo el caso de Giovani dos Santos y Cani, seguramente, a nivel individual, los dos jugadores con más calidad del Villarreal y en torno a los cuales, junto con Bruno y Musacchio, giró la temporada pasada el resto del equipo. Ahora, no sólo ven cómo su rol de imprescindibles se discute, sino que incluso han sido relegados al banquillo. Ambas situaciones tienen similitudes y diferencias.

En el caso del mexicano, independientemente de sus lesiones a lo largo de esta temporada, el rendimiento no ha sido el esperado desde el principio de la campaña; se le ha notado apagado en el campo, apático. Algunos lo achacan a falta de descanso durante este verano tras disputar el mundial con su selección. Otros, simplemente, hablan de acomodamiento y falta de intensidad, algo que con Marcelino se paga especialmente. Incluso el técnico, justo antes de su última lesión, le relegó al banquillo en detrimento de un Luciano Vietto que ha entrado como un elefante en una cacharrería, y que se ha acabado erigiendo en el crack del momento en el conjunto amarillo y en una de las sensaciones de la liga.

A corto plazo, no parece fácil que Gio recupere su puesto; Vietto está enchufado, y como acompañante del argentino, Uche parece inamovible. El nigeriano, que tampoco pasa por su mejor momento de forma, es la debilidad del míster, y además, la presencia de un nueve puro en el sistema ha sido prácticamente innegociable hasta ahora.

Aún así, y con tres competiciones por afrontar, habrá minutos para todos. Más aún en la zona atacante, muy exigida fisicamente en este Villarreal, pero, por el momento, el primero en jerarquía es Luciano Vietto. Gio deberá reaccionar y así se lo ha hecho saber el míster en recientes declaraciones.

Cani, en la cuerda floja

Más complicada aún parece la tarea de Cani, cuyo bajo rendimiento data del final de la temporada anterior; tras recuperarse de la grave lesión que le mantuvo casi seis meses apartado del equipo, afrontó la recta final de la temporada con muchas dudas y sin estar al nivel del jugador que deslumbró en el inicio de la liga y del que incluso se hablaba de selección.

Esta temporada, no ha conseguido dejar las lesiones de lado. Además, la eclosión de Cheryshev, indiscutible en la banda izquierda, le ha desplazado al flanco derecho, puesto en el que no acaba de encontrarse a gusto. Así las cosas, salvando destellos puntuales, su rendimiento no ha sido ni mucho menos el que se esperaba.

El maño, que cumplirá 34 años en 2015, ha dado muestras de un bajón físico a lo largo de los últimos meses en los pocos partidos que las lesiones le han permitido disputar. Su implicación está fuera de toda duda, pero se empieza a especular con que el club podría ver con buenos ojos una salida pactada en enero.

No es ningún secreto que se está intentando reforzar la banda derecha con un jugador más físico, del perfil de Cheryshev, e incluso el jugador más específico de banda derecha de la plantilla, Moi Gómez, atraviesa por un gran momento, todo lo cual le ha llevado a ser convocado por la selección sub21 y a recibir grandes elogios de Marcelino en las últimas semanas.

Los acontecimientos a lo largo de los próximos días, en los que se abrirá el mercado de invierno. darán pistas sobre el futuro más inmediato de Cani en Villarreal.

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