La eliminación en Europa League y el empate cosechado en Almería evidenciaban la mala racha por la que pasaba el Villarreal. Con esto, el encuentro de domingo no podía venir en peor momento, o mejor, dependiendo de cómo se vea. El Sevilla, verdugo del submarino en competición europea, volvía al Madrigal con ganas de más. El partido del jueves aún estaba muy reciente, y para los de Marcelino, era la ocasión perfecta para vengarse. Los amarillos recibían al conjunto hispalense con hambre de revancha. Era la cuarta vez que se enfrentaban en este curso, y ya que en ninguna de las anteriores habían conseguido salir victoriosos, esta tenía que ser la definitiva.

Muchas ocasiones, ningún gol

El ambiente de revancha se palpaba en el ambiente. El Sevilla sabía que el Madrigal era tierra hostil. La reciente eliminación y la competencia liguera (quinto contra sexto) daban más emoción a lo que fue un partido marcado por la lluvia. La grada, que en principio tenía que estar llena, no llegaba ni a media entrada. Aun así, los valientes que se habían acercado a animar, estaban dispuestos a empujar a su equipo hasta el final.

Los de Marcelino salieron a morder. Desde el minuto uno llevaron la voz cantante del partido. Tenían la posesión, y el juego, pero no llegaban las ocasiones claras. El Villarreal lo intentaba, pero entre los centros imprecisos y la defensa andaluza, el balón no llegaba con  claridad a portería. Sin embargo, y pese a la presión local, la primera clara iba a venir del lado sevillista. Bacca iba a aprovechar un fallo de la defensa para plantarse en el área, pero Bailly, atento atrás, reaccionaba a tiempo para enviar el balón a córner.

Los acercamientos y las ocasiones se iban alternando, pero poco a poco el dominio empezaba a tornarse casi por completo del Villarreal. Pasado el minuto 20 iban a llegar las mejores ocasiones del submarino. Primero Campbell y luego Gerard iban a tener las primeras claras para los amarillos. En un minuto pudo caer el primero, pero la mala puntería y la gran actuación de Sergio Rico fueron los culpables de que no llegara.  A partir de aquí fue una avalancha por parte del Villarreal. Las ocasiones se sucedían, cada vez más claras, pero seguían sin ver puerta.

El partido era una locura. Parecía mentira que con tantas ocasiones todavía no hubiera llegado el primer tanto de la tarde. Moi y Campbell estaban haciendo mucho daño al Sevilla. Los laterales, desbordados completamente, solo les quedaba despejar lo que pudiesen, pero aun así seguían llegando. Una combinación entre el español y Gio por banda derecha habilitaban a Campbell, que dentro del área y completamente solo, lograba rematar a portería, pero la buena colocación de la zaga hispalense ayudó a que ese balón no entrara, despejándolo bajo palos.

Pero eso no iba a ser todo, aún quedaban diez minutos de primera parte donde el asedio se iba a acentuar todavía más. Una triple ocasión por parte del Villarreal tuvo que ser repelida por el muro que había plantado el Sevilla. A los de Emery solo les quedaba verlas venir, y dejar a Bacca arriba para montar alguna contra. Después de un momento de reacción -sin fortuna- por parte de los andaluces, iba a llegar la más clara en todo el partido. El enésimo acercamiento del submarino, esta vez por parte de Gerard Moreno, acababa con el balón en los pies de Moi Gómez, que de primeras y con la izquierda, la estampaba contra el poste. Un con todo esto, el Villarreal tendría tiempo para una más. Gerard Moreno erraba dentro del área pequeña mandando el balón al lateral de la red. Sería la última clara antes del descanso. Increíblemente, el encuentro llegaba con 0-0 al descanso.

Si perdonas, lo acabas pagando

La primera mitad había sido, posiblemente, de las mejores del Villarreal esta temporada, en cuanto a fútbol y ocasiones. El empate, pese a las claras ocasiones solo hacía que presagiar lo peor. Como se suele decir, si perdonas tantas al final lo acabarás pagando. Por desgracia, y nada más empezar el segundo tiempo, esta premisa se cumplió. A los tres minutos de empezar, y tras una contra, Diogo iba a dejársela atrás a Coke para que la ajustara al poste izquierdo y transformara el primero de la tarde. Este gol supuso un mazazo tremendo para los de Marcelino. Hizo que la segunda parte cogiera una dinámica opuesta a la primera. Tanto es así, que tras varias ocasiones sin demasiado peligro iba a llegar el segundo tanto visitante. Un envío desde banda derecha lo aprovechaba Vitolo para subir el segundo en el marcador. Era el minuto 64 y la revancha amarilla parecía esfumarse.

No obstante, y con todo en contra, el submarino siguió intentándolo. Al campo entraban Trigueros, Vietto y Uche, y con ellos la esperanza de una posible remontada. No tardarían en volver las ocasiones. Primero Gerard de cabeza, pero Sergio Rico -siempre atento- frustraba el intento de hacer el primero. Poco después, Uche, entrando por banda derecha, y chutando con la izquierda la enviaba rozando el palo de la meta del Sevilla. Era ya el minuto 80 y el Villarreal ya iba con todo. Después de un intento de Moi desde fuera del área iba a llegar la más clara para los amarillos en la segunda parte. El rechazo de la zaga sevillista después de un centro de Mario le caía franco a Gerard Moreno, que se giraba, y con la izquierda conseguía lanzar, pero esta vez se toparía con el palo.

No iba a quedar tiempo para mucho más. El Sevilla se lleva una victoria que les separa un poco más del Villarreal, ahora a seis puntos por debajo. Las innumerables ocasiones de los locales no fueron suficientes para batir a un conjunto que les tiene cogida la medida. Ya van cuatro veces las que se han enfrentado entre ellos, y en todas ellas ha habido un único vencedor. A los de Marcelino solo les queda olvidar este resultado y centrarse cuanto antes en el próximo partido liguero. El hecho de estar eliminado de las demás competiciones les permite concentrarse en los últimos diez partidos ligueros que quedan, con el objetivo de clasificarse para UEFA Europa League.

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