El Villarreal viaja esta noche a Londres para disputar la novena edición de la Emirates Cup que le enfrentará a Wolfsburgo y Olympique de Lyon. Allí se enfrentará primero el sábado contra el conjunto alemán. Los pupilos de Dieter Hecking llegan a la Emirates Cup preparando la próxima temporada. Sin bajas especialmente sensibles por el momento en el mercado, los alemanes se presentan como el primer gran enfrentamiento de los de Marcelino, que servirá para comenzar a medir la relevancia de los fichajes, así como para empezar a probar la química de la plantilla después de tantos y tan importantes cambios, especialmente en la zona ofensiva.

Si bien, como decía, aún no se ha producido ninguna salida de relevancia de la plantilla del conjunto alemán, lo que sí se han producido ha sido incorporaciones. Hasta tres, para ser más exactos. Max Kruse, el primero de ellos, es un delantero internacional que proviene del Borussia Mönchengladbach, que viene de marcar 11 goles y dar 9 asistencias en 32 partidos la pasada temporada y que llega para apuntalar la zona ofensiva del conjunto de Hecking. El segundo nombre es Carlos Ascues, centrocampista defensivo internacional por Perú, que proviene del Melgar y que viene a reforzar una zona, la medular, donde más caros están los minutos: Por último, Francisco Rodríguez es un jugador de banda suizo-chileno internacional con las categorías inferiores de la selección suiza que llega desde el Zúrich para dotar de rotación a la zona de tres cuartos del esquema de Hecking.

Los alemanes son el actual subcampeón de la Bundesliga. Aunque comenzaron la temporada perdiendo contra el Bayern, que a la postre sería el campeón de la liga, los pupilos de Hecking solo caerían derrotados en cinco ocasiones en toda la temporada. Tras once jornadas, se colocaron segundos en la calsificación tras derrotar al Hamburgo y desde entonces no soltaron en ningún momento esa plaza. De hecho, enlazaron una racha de algo más de tres meses, un total de 11 partidos, sin perder, que les sirvió para coger un margen que ninguno de sus perseguidores consiguieron recortar. Así, el conjunto alemán finalizó la liga en segundo puesto, a diez puntos de un Bayern inalcanzable.

El esquema de Hecking, entre el 4-4-2 más clásico y el 4-2-3-1, parte desde una línea defensiva sólida en la que Naldo y Robin Knoche ejercen de eje de la zaga. En el lateral izquierdo, Ricardo Rodríguez es un fijo en el once, tras haber arrebatado la titularidad a Schäfer la pasada temporada. En el flanco derecho, fue Vieirinha arrebató progresivamente el puesto a Jung a lo largo de la pasada temporada, mientras el internacional alemán Träsch ha quedado relegado al tercer puesto en la rotación.

En el centro del campo, Luiz Gustavo es la piedra angular, el eje y el faro del conjunto alemán, titular indiscutible. Su acompañante se dilucidará de la terna Arnold-Guilavogui-Ascues. La pasada campaña, el francés fue el que partió de titular, pero Arnold le fue arrebatando importancia con el transcurso de los partidos hasta terminar quitándole el puesto. Guilavogui terminaría adquiriendo importancia, eso sí, en Europa League. En la zona de tres cuartos, Perisic, Hunt, Caligiuri y Schürrle, fichado en el pasado mercado invernal por una cifra superior a los 20 millones de euros y que alterna la delantera con la banda, son los tres hombres que se reparten los minutos en las tareas de creación.

En la delantera, Bas Dost se ha presentado hasta ahora como su hombre-gol, con unas características de nueve nato: 1'96 metros de estatura y unos grandes instintos de remate dan como resultado 16 goles en 21 partidos la pasada temporada. Su suplente habitual, Nicklas Bendtner, un viejo conocido del Arsenal, es casi un cromo repetido de Dost, ofrece unas prestaciones muy similares. Por ello llega Kruse, un delantero con mayor capacidad para jugar de cara, más rápido y técnicamente más dotado. La polivalencia de Schürrle también ayuda en esta línea, pero el hombre más importante de la delantera del conjunto alemán y, probablemente, de todo el equipo, es Kevin De Bruyne. Nombrado mejor jugador de la Bundesliga en la 2014-15, el belga anotó 10 goles en 36 partidos ejerciendo de enlace entre el mediocampo y la delantera. Tomó el mismo camino que ha tomado Schürrle el pasado invierno, un año antes, a cambio de 15 millones de euros y podría salir este mismo verano rumbo al Manchester City de Pellegrini.