Los Cármenes se ha caracterizado las últimas temporadas como un territorio hostil para los objetivos del Villarreal. El feudo del Granada CF se ha encargado en crear un mito alrededor de este encuentro ante la imposibilidad del conjunto castellonense de conseguir imponer su juego, crear peligro a la portería defendida por el guardameta local y, sobre todo, ante la incapacidad del equipo de la Plana Baja de conseguir los tres puntos y de marcar goles en la competición doméstica.

No obstante, esa sequía goleadora parecía lejana en el primer encuentro que el Villarreal disputó en Granada. Una cita que daba la bienvenida al 2001 con un encuentro copero entre ambos conjuntos, donde la condición de favorito le pertenecía a la entidad amarilla. Empero, las circunstancias comenzaban a dictar el mal sendero que supondría viajar a Granada, ya que pese a que el equipo castellonense se puso por delante en el marcador; un gol en el último minuto y una exhibición de Pindado en la tanda de penaltis dieron la clasificación al conjunto nazarí.

La maldición comienza con una 'Copa'

Víctor Muñóz, técnico del Villarreal, aterrizaba en Granada con optimismo y visualizando una gran oportunidad de pasar la ronda de dieciseisavos y realizar una buena campaña copera. Los ánimos no eran diferentes en el equipo local y las ganas de hacer frente a un equipo de Primera División y seguir ilusionando a la gente en el torneo del K.O se apoderaba de los jugadores y de las gradas desde que Losantos Omar decretó el comienzo del encuentro.

El Granada salía para este envite con un 4-4-2 y una formación formada por: Pindado; Garrido, Tabuenka, Moya, Cervián; Torres, Pascual, Gonzalo, Rober; Huegún y Vega. Una formación que también utilizaría el técnico del 'Submarino Amarillo' con: López Vallejo; Galván, Unai, Medina, Arruabarrena; Jorge López, Gracia, Cagna, Eskoda; Moisés y Craioveanu.

Cagna, primero y último en marcar en Granada

El inicio del encuentro fue trabado, debido al mal estado del terreno de juego. No obstante, la intensidad subió y con ello llegaron las primeras oportunidades del conjunto visitante que buscaba un juego de mayor combinación, con posesiones largas y mimando al esférico. El Granada con un juego más físico inquietaba el juego del conjunto amarillo e igualaba las fuerzas.

Con el reloj de arena casi agotado, Cagna materializó una gran jugada para adelantar al Villarreal. Una alegría que se vivió con fuerza en los banquillos ante la igualdad del encuentro, pese a la diferencia de categoría. Los gritos de celebración pronto se esfumarían y de la manera más cruel. Un tanto de Nacho Sierra en el último minuto de encuentro igualó el choque y dio nulas esperanzas de reacción a la entidad castellonense.

En la tanda de penaltis, Pindado fue el gran protagonista durante los lanzamientos. Además de su buena actuación durante el encuentro, el portero del Granada se convirtió en el héroe parando los penaltis a Gaitán y Gracia y dando la victoria en la eliminatoria a los andaluces.