El Atlético de Madrid, desde la llegada del ''Cholo'' Simeone, se ha caracterizado por dos factores: el primero, la intensidad, y el segundo y el más importante, una rocosa defensa. En la temporada 2013-2014, los rojiblancos solo encajaron 26 goles en los 38 partidos de Liga disputados y tan solo perdieron en cuatro ocasiones. La pasada temporada, al conjunto madrileño le marcaron solo tres goles más que en la 13-14, y perdió dos encuentros más. A día de hoy, en la sexta jornada de esta temporada 2015-2016, el Atlético ya ha cosechado dos derrotas y encajado 3 goles. Los datos deberían de preocupar a la afición colchonera. 

Sin embargo, no se puede negar que el Atlético de Madrid ha realizado dos partidos brillantes en lo que llevamos de temporada, al menos en lo referente a efectividad y fortaleza defensiva, y ambos se disputaron lejos del Vicente Calderón. En la segunda jornada liguera, los rojiblancos golearon al Sevilla en el Sánchez Pizjuán por 0-3, en un claro ejercicio de pegada y perfecto contragolpe. Después, en la jornada 4, los rojiblancos doblegaron al Eibar en Ipurua por 0-2, anulando a un conjunto armero que está en plena forma en este inicio de campeonato liguero. Ayer fue muy distinto. Los de Simeone no encontraron su juego y fueron superados totalmente por un excelente Villarreal, que supo jugarle perfectamente. Y lo más preocupante, la defensa rocosa no fue tal. Los amarillos llegaron mucho al área del Atlético y tuvieron ocasiones suficientes para lograr el segundo tanto. 

Así, el Villarreal se convierte en el único equipo que ha sido capaz de marcarle gol al Atlético cuando este jugaba lejos del Calderón. Otra medalla que pueden colocarse los hombres de Marcelino, junto al liderato y a la condición de invicto, tanto de locales como de visitantes.