Antoine Griezmann es un futbolista sensacional. Uno de los mejores delanteros del mundo futbolístico actual, sin ningún tipo de dudas. A sus 24 años, el galo tiene a la afición colchonera en el bolsillo, y es considerado como el futbolista más importante de la plantilla rojiblanca, incluso por delante de pesos pesados como Koke, Godín o Tiago. Su sola presencia en el campo es una amenaza para el equipo rival, pues a su endiablada velocidad hay que sumarle su genial pase, su habilidad para el regate y la definición de cara a portería. Un futbolista muy completo.

Y esto no es nuevo. En la Real Sociedad, era la estrella del equipo junto al mexicano Carlos Vela, y el máximo artillero del conjunto txuri-urdin. También es una importante pieza para la Selección de Francia, pues su compenetración en el campo con Karim Benzema, delantero del Real Madrid, es una total garantía para el potencial ofensivo de ''Les Bleus''. 

Sin embargo, el delantero francés tiene una espinita clavada en su formidable trayectoria: jamás ha marcado un gol al Villarreal, ni en su primera etapa en la Real Sociedad ni como jugador colchonero. Ya suman once encuentros (con el de ayer) en los cuales Griezmann no logra perforar la portería amarilla. Como si de algo sobrenatural se tratase, Antoine ha tenido multitud de ocasiones para hacerlo, pero nunca ha conseguido superar al portero del Submarino. Unas veces fue la dupla Sergio Asenjo/Juan Carlos (temporadas 13-14 y 14-15), otras fue Diego López (temporadas 10-11 y 11-12) y ayer fue su compatriota Alphonse Aréola, quien evitó el tanto de Griezmann con una gran parada en un mano a mano. 

Precisamente, otro dato curioso relacionado con Griezmann y el Villarreal es que el futbolista galo, que debutó con la Real Sociedad en Primera División en la jornada 1 de la temporada 2010-2011, lo hizo en un encuentro disputado ante el conjunto castellonense, en el estadio de Anoeta.