Madrugar no era un problema hoy en Villarreal. Su equipo, engalanado como el líder de Primera División, recibía al Celta de Vigo, conjunto que está dejando sensaciones excelentes en este inicio de campeonato y que ocupaba la cuarta posición. Si bien es cierto que los amarillos venían de perder en el Ciutat de València ante el Levante (1-0), las expectativas de la afición castellonense eran muy altas. El Villarreal podía volver a colocarse como líder de la Liga BBVA, con 19 puntos, y dejar atras a los colosos Madrid y Barça, que ayer ganaron sus encuentros ante Levante (3-0) y Rayo (5-2), respectivamente. 

Marcelino sabía del buen trato de balón del conjunto celeste y exigió la posesión de la pelota a sus hombres, que durante los primeros 20 minutos apabullaron al Celta y canalizaron perfectamente su juego ofensivo a traves de las bandas y de un Soldado más que participativo en la elaboración en linea de 3/4. Primero fue Leo Baptistao quien perdonó el tanto local, al no alcanzar el buen centro por banda de Roberto Soldado. Y después, el internacional español y hoy capitán Mario Gaspar probó al guardameta Sergio Álvarez con un potente disparo ajustado al palo izquierdo.

La balanza se equilibraría en torno a la mitad del primer tiempo, con un Celta que enseñaba las garras y amenazaba por mediación de Nolito y Orellana. Los gallegos comenzaron a llegar peligrosamente al área amarilla y finalmente, al filo del descanso, el chileno Orellana batía a Alphonse Aréola con un gran remate desde fuera del área. Golazo y 0-1 para los de Berizzo, el punto y final de la primera mitad.

 La expulsión de Eric Bailly, dura losa para un Villarreal agotado

La conjura del técnico asturiano en el banquillo amarillo era clara: había que remontar. Y, ciertamente, el Villarreal comenzó intenso. Pero duró 2 minutos. Eric Bailly, que ya tenía una amarilla, cometió una absurda mano que taponó la trayectoria del balón y fue expulsado, de forma similar a lo que ocurrió con Jokic la pasada jornada en Valencia. Las cosas se le ponían muy cuesta arriba al conjunto castellonense, que además sufría el cansancio por la alta presión realizada en la primera mitad sobre área gallega. 

Llegaron los tres cambios amarillos en tan solo 10 minutos. Entraron Denis Suárez y Rukavina por Nahuel y Samu García, y poco después, Bakambu ingresó en el terreno de juego por Leo Baptistao. No sirvió de mucho. El Celta siguió llegando con peligro y poco a poco se acentuaba el dominio celeste. Pudo llegar el 0-2 en varias ocasiones, la mayoría fabricadas o finalizadas por Nolito. Sin embargo, en una aparente llegada estéril del Submarino, un flojo disparo del ex sevillista Denis Suárez se colaba en la portería de Sergio Álvarez, colocando las tablas en el marcador. 

A partir de ahí, el partido se rompió. El segundo tanto amarillo estuvo en las botas de Soldado, pero su remate fue a las manos de Sergio. La posesión era del Celta y las ocasiones se repartían entre ambos conjuntos. Pudo ganar el Villarreal...y también lo podía hacer el Celta. Al final la balanza se decantó del lado visitante. Orellana recortó y su remate se estrelló en la cruceta, pero Nolito empujó el rechace que se tradujo en el 1-2 definitivo y el trampolín para el Celta, que ascendía a la segunda posición, empatado a puntos con Real Madrid y FC Barcelona. Por su parte, el Villarreal veía frenada su progresión y decía adios a un bonito liderato mientras duró. Dos derrotas consecutivas, claros problemas de auto-expulsión y mucho trabajo por delante para Marcelino García Toral. Eso sí, aún es pronto y el Submarino no ha dicho su última palabra.