El sueño del liderato terminó. Y ya hace varias semanas, y no solo por la clasificación liguera. El Villarreal no está siendo el Villarreal. Ni por juego ni por sensaciones ni por resultados. El Submarino Amarillo navega a la deriva por el mar de la Liga, a caballo entre el cuarto y el quinto puesto, recordando a las dos anteriores temporadas. La conjura de la Liga de Campeones se torna harto complicada si el equipo amarillo no despierta pronto. Rivales directos como Sevilla o Valencia están despertando, y Celta o Eibar se erigen como las dos grandes revelaciones de este inicio de campeonato. Dos derrotas y un empate es el balance del conjunto castellonense en los tres últimos encuentros ligueros disputados, tras aquella gran victoria frente al Atlético de Madrid (1-0), que aúpaba a los levantinos a la primera posición de la tabla. 

El primer batacazo del amargo 'Tourmalet' amarillo fue en el Ciutat de València. Los castellonenses llegaban pletóricos tras conseguir el liderato y el Levante se encargó de dilapidar su euforia con una dura dosis de realidad. El Villarreal fue superado en todo momento por el conjunto de Lucas Alcaraz, y se quedó con diez futbolistas al filo del descanso. El Submarino aguantó el 0-0 hasta el minuto 83, hasta que Deyverson perforaba la portería visitante y confirmaba la primera derrota del Villarreal en la Liga BBVA 2015-2016. 

La segunda parada nos lleva a El Madrigal, fortín amarillo por antonomasia. Los cimientos del templo castellonense temblaron cuando Orellana batía a Aréola con un obus desde fuera del área. El Celta, la gran revelación del campeonato, derribaba el muro amarillo y con un gol de Nolito en el último suspiro se llevó los tres puntos de Vila-real y acababa con la condición de invicto en casa del equipo amarillo. 

Finalmente, el Estadio de Gran Canaria fue testigo del mayor de los tostones. UD Las Palmas y Villarreal firmaron un horrendo encuentro sin goles y continuos pelotazos. Para más inri, los castellonenses no realizaron ningún disparo a puerta en todo el partido y fueron superados en juego por el conjunto local. Confirmado: hay un serio problema en la maquinaría del Submarino Amarillo. El almirante Marcelino tiene mucho trabajo por delante y poco tiempo para cambiar el rumbo de esta nave errante.