El Villarreal sufrió muchos cambios en su plantilla durante el verano de 2015, pero la gran mayoría de ellos afectaron a la parte ofensiva del equipo. Cuando esto ocurre, lo normal es que se necesite un periodo de adaptación para que los recién llegados se sientan cómodos y den el 100%. Por ello, el inicio de Liga se antojaba difícil, en el aspecto atacante, para el Submarino.

Gran solidez defensiva en el inicio de Liga

El campeonato comenzó y las predicciones no se cumplieron: los amarillos encajaron 4 goles en las cuatro primeras jornadas de liga y sumaron 10 dianas. Es decir, los 10 primeros puntos conseguidos se debían a la buena puntería y no a la solidez defensiva. Sin embargo, el hecho de recibir un gol en cada partido no es nada especialmente preocupante y nadie vio un problema en ello. El gran arranque se coronó con las victorias ante Málaga y Atlético –ambas por 1-0- que pusieron a los castellonenses en lo más alto de la tabla clasificatoria.

Bruno y Jaume Costa defendiendo a De Marcos. Imagen: María José Segovia (VAVEL)

El Villarreal había arrancado la campaña siendo uno de los equipos más completos; mantenía su identidad de juego vistoso y posesión, pero había añadido un nuevo registro. Los de Marcelino eran capaces de dar un paso atrás y apoyarse en su defensa para mantener el resultado en los momentos que era necesario. Por ejemplo, en la victoria frente al Atlético de Madrid, el conjunto groguet demostró su calidad en la primera parte, dominando la posesión del balón; pero cuando los del Cholo intentaron empatar el encuentro en la segunda mitad, el Villarreal se metió atrás y defendió el resultado de manera brillante.

Una solidísima línea defensiva formada por Mario Gaspar, Bailly, Víctor Ruiz y Jaume Costa estaba ofreciendo a la afición una versión insólita del club castellonense. Marcelino alineó a los cuatro zagueros en cinco de los seis primeros partidos, rompiendo con su dinámica de rotaciones constantes y demostrando que estaba contento con el buen rendimiento de la muralla amarilla.

Comienza la irregularidad en la defensa

Con una perspectiva privilegiada desde los más alto del fútbol español, el Villarreal pareció sufrir vértigo y las buenas sensaciones se esfumaron. Tras ganar al Viktoria Plzen sin dejarle siquiera tirar a puerta, el Levante se preparó para recibir a un líder imparable con una defensa impenetrable, pero en el minuto 37 surgió la primera grieta en el muro: Jokic –que salió de inicio en detrimento de Jaume Costa- era expulsado por doble amarilla. Marcelino no quiso romper la línea de 4 y dio entrada al canterano, formando de nuevo la famosa defensa que tanto se había repetido. Sin embargo, algo no estaba funcionando en el Villarreal y los locales se llevaron los 3 puntos, comenzaba la debacle.

Tras la derrota, tocaba levantarse, y la visita del Celta a El Madrigal era la oportunidad perfecta. Sin embargo, los celestes salieron al campo a por todas y lograron encerrar a un Villarreal que se defendía como podía. La insistencia gallega tuvo su recompensa en el minuto 41, con un gol de Orellana, que recibió el balón en la frontal, se giró y disparó ante la pasividad defensiva de los locales. Nada más empezar el segundo tiempo, Bailly era expulsado por doble amonestación y el Villarreal se quedaba con 10 hombres por segundo partido consecutivo. El gol de Denis Suárez no sirvió para nada, ya que en el minuto 90 Nolito aprovechaba un rebote para ganarle la posición a Jaume Costaque no siguió la jugada con la tensión necesaria- y poner el 1-2 definitivo. Parecía que Marcelino ya se daba cuenta de que había problemas en su defensa, y en la rueda de prensa posterior al partido habló de “errores que condicionan el resultado”.

Marcelino habló de "errores que condicionan el resultado"

Lo que vino en Liga después de estas dos derrotas consecutivas hay que calificarlo, mínimo, de despropósito. Matizo “en Liga” porque cuatro días después de la derrota ante el Celta, los groguets se imponían por 4-0 ante el Dinamo Minsk. El oasis europeo desapareció en el barro del Estadio de Gran Canaria, en un soporífero partido sin goles y sin fútbol. Poco se puede hablar de la defensa, porque no hubo apenas ocasiones por parte de ningún equipo.

La victoria ante el Sevilla en El Madrigal supo muy bien a toda la afición, ya que era necesario volver a ganar para seguir confiando en el equipo. Sin embargo, en el plano defensivo, el partido dejó mucho que desear. El Villarreal dominó el juego durante casi 70 minutos, por lo que no había trabajo en la zaga; pero tras el 2-0 de Bakambu, un Sevilla con 10 jugadores –por lesión de Gameiro- empezó a tener ocasiones. La defensa no era capaz de retener los ataques rojiblancos y en el minuto 76 llegó el gol de Llorente. Para más inri, Bailly tenía que ser sustituido por lesión a falta de 5 minutos para el final. El partido terminó con victoria local, pero el Sevilla dispuso de varias ocasiones en los últimos minutos, demostrando la falta de intensidad con la que los amarillos vivieron los últimos compases del encuentro. Volvieron esos “errores” de los que hablaba Marcelino, pero esta vez no se tradujeron en derrota.

Víctor Ruiz no salta en un balón colgado al área. Imagen: María José Segovia (VAVEL)

Quizá la mejor actuación liguera, en el terreno defensivo, dentro de esta mala racha de 7 encuentros se vió en el Camp Nou, en la que fue la derrota más abultada en lo que va de temporada. El 3-0 definitivo no hizo justicia al rendimiento del Villarreal ante todo un Barça. El partido estuvo muy igualado durante aproximadamente una hora, hasta que un error en la salida de balón de Bruno decantó la balanza a favor de los locales. Vimos una defensa muy bien plantada, que repelía las pocas ocasiones en las que los azulgranas conseguían sobrepasar la hermética línea de 5 que Marcelino había ideado para el centro del campo. Nada que reprochar a la intensidad defensiva en esta ocasión, de hecho, fue clave para lograr que la presión hiciese efecto y llegar con 0-0 al descanso.

Ante el Eibar volvió el Villarreal pasivo que permite que el rival llegue con facilidad a su portería. El peso ofensivo lo llevaron los amarillos durante toda la primera parte, pero no consiguieron marcar en ninguna de las ocasiones que tuvieron. Sin embargo, el Eibar se adelantó en el marcador en la primera llegada clara al área contraria en el minuto 27, dejando en evidencia la actitud defensiva de los de El Madrigal. Una vez más, la falta de intensidad ponía en desventaja a los de Marcelino, y pudo ser más grave de no ser por la habilidad de Aréola. 15 minutos después del gol, Jaume Costa cometía un penalti totalmente innecesario sobre Borja Bastón que pudo significar el 0-2, pero que fue detenido con maestría por el joven guardamenta francés. Tras la reanudación, más de lo mismo, pocas llegadas peligrosas de los vascos que no ponían a prueba la zaga amarilla. El gol del empate llegaría por medio de Jaume Costa. Al igual que en el partido frente al Sevilla, un lateral se sumaba a la lista de goleadores, pero en tareas defensivas dejaban mucho que desear.

Sergi Enrich remata cómodamente dentro del área. Imagen: María José Segovia (VAVEL)

El paréntesis europeo seguía adelante y los de Castellón conseguían otra victoria, esta vez por 1-0 ante el Rapid de Viena, en un partido en el que la solidez defensiva volvía a aparecer. No obstante, algo pasaba en Liga que hacía que el Villarreal descuidase las tareas de contención. La visita al Coliseum evidenció lo que llevábamos viendo más de un mes: los groguets, sobrados de talento, perdían los partidos por falta de intensidad. El Getafe se impuso por 2-0 basando su juego en una colocación perfecta y mucha tensión a la hora de defender, todo lo contrario de lo que mostraron los visitantes. En los primeros minutos del partido ya vimos como Scepovic conseguía peinar un balón de espaldas dentro del área pequeña, algo que no parece lógico teniendo a dos centrales como Víctor Ruiz y Bailly. Poco después, Lafita recogía un balón en banda y lograba llegar conduciendo hasta la frontal y disparar entre tres jugadores amarillos para adelantar a los suyos. Falta de tensión, una vez más, y no sería la última. Antes del descanso, un córner lanzado desde la esquina derecha del ataque azulón es peinado por Alexis en el primer palo y el balón se pasea cómodamente por el área pequeña, sin que nadie llegue a despejarlo. Por suerte, tampoco fue rematado. En la segunda mitad, pocas ocasiones locales, pero la que tuvieron significó el segundo tanto. Sea o no fallo de la defensa, es muy significativo el hecho de que los equipos necesiten pocas ocasiones para marcar.

“Maldición” del lateral derecho

En el partido contra el Getafe comenzó el otro gran problema en la zaga grogueta, Mario Gaspar se retiraba lesionado y el parte médico auguraba un mes fuera de los terrenos de juego. El lateral derecho, que vivía su mejor momento con actuaciones magníficas en la selección, estaba siendo uno de los menos fallones en la defensa del Villarreal.

Mario se retira lesionado en el Coliseum. Imagen: www.laliga.es

Llegaba la Copa, y la SD Huesca era el primer obstáculo a rebasar. El partido en El Alcoraz enfrentaba a dos equipos con plantillas muy desiguales en cuanto a calidad. Sin embargo, los oscenses se encontraron con un equipo que les permitió marcar 3 goles y regalar a su afición una gran victoria por 3-2. En este encuentro pudimos ver como titular a Miguelón, un joven del Villarreal C que tuvo que ser convocado debido a que Rukavina se lesionaba días después de Mario Gaspar. El chaval se retiró con molestias en los últimos minutos, siendo el tercer jugador que sufre un percance en esa posición.

El Villarreal sufrió cinco lesiones en el lateral derecho en una semana

Turno de enfrentarse a la mala racha liguera de nuevo, el Rayo Vallecano visitaba un Madrigal impaciente por volver a ver al Villarreal de las primeras jornadas. Las sensaciones en defensa mejoraron en este partido y, aunque se adelantaron los visitantes, los amarillos no concedieron muchas ocasiones peligrosas como venían haciendo. Víctor Ruiz y Bailly taparon bien a Javi Guerra y el jovencísimo Marín se empleó a fondo para demostrar que puede ser el recambio de Jaume Costa. Este, tuvo que cambiarse de banda para tapar el hueco que la “maldición” había dejado en el costado derecho, y cumplió con las expectativas. Sin embargo, el lateral derecho iba a sufrir otro revés, Jaume Costa se lesionaba en el minuto 45 y tenía que ser sutituído en el descanso. Jonathan tuvo que retrasar su posición y lo pasó muy mal, ya que los de Jémez, sabedores de que el mexicano no es un jugador defensivo, volcaron todo su ataque por ese lado. El colmo de la mala suerte llegó en el minuto 78, sí, el improvisado lateral derecho salió en camilla del terreno de juego. Quinto incidente en una semana fatídica para esa posición. Bailly terminó el partido allí, descubriéndonos otra faceta en su prometedora carrera. El partido terminó en remontada y las buenas sensaciones volvieron a la zaga amarilla.

Jonathan defendiendo desde el lateral derecho. Imagen: María José Segovia (VAVEL)

Vuelve el Villarreal guerrero

Las tornas se revertían y, tras una buena actuación en Liga, el Villarreal regalaba un penalti y dejaba rematar a placer a Kovarik en su partido de Europa League ante el Viktoria Plzen. Dos goles evitables que privaron a los de Marcelino de clasificarse como primeros de grupo.

Sin embargo, el partido ante el Rayo había devuelto la confianza a los jugadores, que recibían al Real Madrid con ganas de darle otra alegría a una afición que había aguantado el mal momento del equipo con entereza. El tempranero gol de Soldado en el minuto 8 y el dominio que el Villarreal ejerció sobre los merengues en los primeros 45 minutos, provocaron un vendaval en la segunda mitad que fue repelido con la mejor actuación defensiva de la temporada. Las dos líneas de 4 trabajaron incansables para dificultar las llegadas de uno de los mejores ataques del mundo. Tanto fue así, que los blancos solo dispararon una vez a puerta en toda la segunda parte. La victoria más importante de lo que va de temporada fue, en gran parte, gracias a la intensidad defensiva. El Villarreal tenso que sabe esperar en su campo había vuelto, y de qué manera.

Trigueros y Bailly defienden a Cristiano Ronaldo. Imagen: María José Segovia (VAVEL)

En los siguientes dos encuentros pudimos ver que las malas sensaciones se habían olvidado, como si nunca hubiesen existido. En la vuelta de la eliminatoria de Copa del Rey, el Villarreal pasó por encima de un Huesca que solo pudo correr detrás del balón y mirar, impotente, cómo se le escapaba el partido. Las pocas llegadas de las que disfrutaron los oscenses fueron bien tapadas por una defensa muy concentrada. El partido terminó en 2-0 y ya eran 180 minutos sin recibir gol.

El Villarreal viajaba a Anoeta como el equipo que había maravillado en los dos primeros meses de competición, llegando a liderar la tabla clasificatoria gracias a una colocación y una intensidad que les permitía aguantar el resultado cuando era necesario. La vuelta del Submarino no había sido un espejismo. Denis Suárez adelantó a los suyos en el minuto 27 y, a partir de ahí, los de Marcelino se pusieron el mono de trabajo y se dedicaron a desbaratar cualquier atisbo de peligro que intentaba generar la Real Sociedad. Basados en una defensa fuerte, llegaba la tercera victoria consecutiva con la portería a 0.

Tras la victoria en Anoeta, el Submarino suma tres partidos sin recibir gol

Ahora viene el Valencia, cuya calidad ofensiva es muy alta con delanteros de la talla de Negredo o Alcácer. Si los groguets consiguen mantener las sensaciones defensivas de los últimos partidos, tendrán muchas papeletas para llevarse la victoria en el encuentro que despide el año 2015; y es que tenemos delante a un nuevo Villarreal, más sólido, más intenso, más guerrero.