El Villarreal CF pelea por clasificarse para la Champions League por cuarta vez en su historia. Superado ya el ecuador de la Liga, el Submarino es cuarto y tiene más cerca al tercer clasificado -tres puntos le separan del Real Madrid- que al quinto -el Sevilla está ocho puntos por detrás-. Con 16 jornadas todavía en juego no hay nada decidido, pero los números invitan al optimismo: nueve jornadas invicto y mejor equipo de Primera en este tramo del campeonato. Con las visitas a San Mamés y al Calderón y la eliminatoria de Europa League contra el Nápoles en el horizonte,  febrero se presenta como un mes clave para medir las aspiraciones reales del equipo.

Pese a que en sus dos últimas temporadas el Villarreal había logrado clasificarse para la Europa League, pocos pensaban que el equipo de Marcelino tendría opciones de disputar el cuarto puesto que da acceso a la Champions League. Sin embargo, la irregularidad del Sevilla y la incomparecencia del Valencia le han abierto las puertas de par en par al Submarino. A estas alturas de campeonato el conjunto castellonense cuenta con un colchón de ocho puntos respecto al quinto, un Sevilla que se presenta prácticamente como único rival por esta codiciada plaza. El propio Marcelino, tras el triunfo frente al Granada, quiso poner en valor lo conseguido hasta la fecha. "Lo que estamos haciendo, esta racha que atravesamos, tiene mucho mérito”, advirtió.

El reto que queda por delante es mayúsculo. Regresar a la Champions League, competición que le dio la gloria al Villarreal con aquellas semifinales de 2006 y que fue uno de los causantes del último descenso. Volver para desquitarse de la nefasta última participación, de la que se despidió sin ni siquiera sumar un punto. Aunque entre medias de todo eso hay algo que también ilusiona: la posibilidad de ganar el primer título de la historia del club. El líder de la Serie A, el Nápoles, será la primera piedra de toque en el difícil camino hacia la conquista de la Europa League.