Puro espectáculo es lo que se pudo ver en el Villarreal - FC Barcelona. Los de Marcelino lograron sobreponerse al 0-2 con el que se llegó a la media parte gracias a los goles de Rakitic y Neymar. Marcelino terminó viendo el partido en la grada de El Madrigal tras ser expulsado antes de finalizar la primera parte. La actuación arbitral condicionó el partido, aunque también ayudó a que el espectáculo fuera aún mayor, ya que el Villarreal salió en la segunda parte dispuesto a enmendar los errores del colegiado... y así lo hizo.
Sánchez Martínez, protagonista en el primer tiempo
La tensión y un ritmo altísimo marcaron el encuentro desde el prinicpio. Antes de cuplirse el primer minuto, Trigueros ya había estrellado un balón en el poste con un remate de cabeza. Los dos equipos intentaban imponer su juego y los acercamientos se sucedían. En el minuto 7, Bakambu realiza un control acrobátio dentro del área, pero Bravo logra desviar el remate escorado. Pocos minutos después, Rakitic y Messi la probaron desde la frontal, pero sin suerte.
El partido cambió en el minuto 20. Messi cuelga una falta al área, hay un rechace y Rakitic lo aprovecha para marcar el primero entre una maraña de piernas del Villarreal. Poco después del tanto, el árbitro perdona la segunda amarilla por Piqué al no señalar manos en una acción en que el defensa catalán corta un ataque de Bakambu, que se quedaba solo cerca del área. Esta acción no gustó en el Villarreal y Bruno Soriano recibió la tarjeta amarilla por protestar, acto seguido, aplaudió al colegiado de forma irónica. Justo después, Sánchez Martínez expulsa a Marcelino.
Por si fuera poco, el árbitro señaló un penalti inexistente de Asenjo sobre Neymar y amonestó al guardameta con una cartulina amarilla. Esta acción viene precedida de una ocasión en la que Bakambu no logra rematar a gol por centímetros. Neymar se hace cargo de la pena máxima y la transforma lanzando a lo Panenka. La media parte vino acompañada de una sonora pitada de El Madrigal a Sánchez Martínez.
El Villarreal tiró de épica
Si la primera parte comenzó con un ritmo frenético, la segunda lo superó con creces. Con El Madrigal volcado, Bakambu recortó distancias en una gran jugada de Denis Suárez, que no logra batir a Bravo. El rechace lo caza el "17" del Submarino y marca a puerta vacía. En la jugada siguiente, el Villarreal roba el balón en campo rival y se produce una sitación de tres contra uno en la ue Bakambu decide mal y pierde el balón tratando de dejar solo a Soldado. Poco después, Neymar estuvo a punto de marcar el tercero después de dejar sentada a toda la defensa, pero Asenjo lo evitó con una parada providencial. Tan solo dos minutos tras esta jugada, el Villarreal empató el partido con un gol en propia puerta de Rakitic a la salida de un córner.
El Villarreal llevó algo más el peso del partido durante toda la segunda parte, aunque el partido perdió algo del ritmo que tuvo durante los primeros minutos del segundo tiempo. Algo lógico, ya que este fue ´muy alto desde prácticamente el inicio del encuentro. Ambos equipos buscaron la victoria, pero el Villarreal estaba más fuerte psicológicamente gracias al impulso que le dieron los dos goles. Adrián pudo marcar el gol de la victoria grogueta en una gran ocasión de gol que Mascherano logró cortar justo a tiempo.
El partido murió en un saque de falta del Villarreal, cuyo rechace no logró disparar a puerta Manu Trigueros. Espectáculo puro en El Madrigal en un partido en el que el Villarreal luchó contra todos los elementos para conseguir sacar un punto y evitar que ninguno de los grandes de la liga haya logrado ganar en su estadio.