El Villarreal retomó la senda de la victoria en Ipurúa gracias a los tantos de Adrián y Soldado y a la solidez de su sistema defensivo, que fue de menos a más en el partido. El encuentro del Villarreal estuvo marcado por la efectividad, que le vuelve a dar tres puntos tras una racha de cuatro partidos sin ganar.

A pesar de que el Villarreal es un equipo teóricamente muy superior al Eibar, la igualdad fue la tónica dominante durante todo el partido. Ambos equipos tuvieron ocasiones para haber anotado algún gol más, pero la falta de efectividad de los atacantes lo impidió.

Fútbol directo y ocasiones

Tanto locales como visitantes jugaron un fútbol bastante directo. Desde los primeros minutos ya se vio cómo el Villarreal buscaba rápidamente a Soldado y Adrián, que a menudo caían a banda para que sus compañeros combinaran con ellos al espacio. El Eibar, por su parte, confiaba en el desborde de sus extremos, bien abiertos a banda, y la movilidad de su delantero, Borja Bastón, que buscó el desmarque en profundidad en varias ocasiones.

Así llegaron las primeras oportunidades de peligro del partido, en las que los atacantes del Eibar no lograron marcar con remates desde dentro del área. En la primera parte, el Eibar centró su juego más en la banda izquierda de su ataque, donde Inui trataba de buscarle las cosquillas a Rukavina, condicionado con una tarjeta amarilla al poco de comenzar el encuentro.  

Una vez más, solvencia defensiva

Si el Villarreal comenzó el partido con algunas dudas atrás, estas se fueron disipando a medida que pasaron los minutos. El Submarino Amarillo concedió algunas ocasiones en los primeros compases del partido, pero logró adelantarse en el marcador y defender la portería de Areola, que tuvo que realizar pocas intervenciones durante el resto del partido.

El gol de Soldado provocó que el Villarreal diera un paso atrás y fuera atacando cada vez con menos frecuencia, centrado en mantener el marcador favorable. El resultado fue un equipo muy compacto que no dejaba que el rival trazara jugadas por el centro. El Eibar se veía obligado a meter balones laterales que tanto los centrales como el guardameta groguet lograron solventar sin demasiadas dificultades.

El conjunto local se lanzó al ataque en los últimos minutos, pero no logró apenas inquietar al Villarreal, que vuelve a ganar cuatro partidos después de su última victoria gracias a una actuación basada en la efectividad, tanto en ataque como en defensa.