La Liga siempre nos depara duelos cargados de morbo y controversia ocasionados en la gran medida de las ocasiones por historias de cruces de declaraciones, malentendidos o trifulcas. Hoy les contaremos la historia de Chechu Dorado, un central con experiencia, contrastado y con una dilatada trayectoria en el fútbol profesional de nuestro país.

José Antonio Dorado Ramírez (Córdoba, 10/7/1982)  Dio sus primeros pasos en el fútbol defendiendo los colores del Córdoba CF, donde llamó la atención del Real Zaragoza, quien le reclutó para sus juveniles. De maño fue subiendo escalones hasta asentarse en el filial, donde estuvo a la espera de una llamada para el primer equipo que por aquel entonces entrenaba Víctor Muñoz pero que no llegó, por lo que decidió aceptar una oferta de un Lleida que militaba en Segunda, donde pasó tres años.

En 2007 tomó la arriesgada decisión que emigrar a los Pirineos para jugar con la SD Huesca en Segunda B, pero que terminó por salirle bien y relanzar una carrera que parecía condenada a la mediocridad pese a sus buenas condiciones. Un ascenso a Segunda, tres temporadas y casi 120 partidos mediante, Chechu Dorado se convirtió en un icono de la entidad oscense; lo que le valió ser una de las apuestas del Real Betis Balompié de cara a conseguir su ascenso a Primera División en la temporada 2010-11, donde Dorado se ganó un puesto en la plantilla que consiguió el ascenso a la élite cumpliendo su sueño de debutar en la máxima categoría del fútbol español a sus 29 años. Como verdiblanco cuajó una gran temporada 2011-12 en Primera, pero en la 2012-13 fue perdiendo paulatino protagonismo lo cual le llevó en enero a aceptar la propuesta de Marcelino de reforzar la defensa de un Villarreal que buscaba volver a Primera.

Es el momento de detenernos en nuestra historia, porque lo que puede puede parecer la carrera de cualquier futbolista empieza a retorcerse con su llegada al Villarreal. Pongámonos en situación, es enero de 2013 y Dorado llega a un Villarreal que estaba en mitad de tabla de la Liga Adelante, con Marcelino recién llegado y una plantilla reestructurada por completo en el mercado de invierno para lograr un dificil objetivo del ascenso directo. Los centrales amarillos del primer equipo eran solamente Olof Mellberg y Mateo Musacchio, dejando confianza para la cantera con jugadores como Lejeune, Truyols o Pablo Íñiguez; pero que no terminaron por salir del todo bien. Por lo que Chechu Dorado se hizo rápidamente un hueco rotando con Mellberg y Musacchio. La segunda vuelta del Submarino fue para enmarcar remontando hasta la segunda posición, lo cual les supuso el ascenso tan solo un año después.

Dorado pudo volver a primera, esta vez con 32 años, pero su andadura fue distinta. Fue rápidamente relagado a la suplencia, la llegada del brasileño Gabriel Paulista y su vulnerabilidad ante las lesiones, que le llevaron a ser considerado un "jugador de cristal", fueron los causantes. La poca continuidad con la que jugaba (por las mencionadas lesiones) no le permitían estar a la altura cuando saltaba al campo cometiendo errores garrafales casi en cada aparición, por lo que la afición le terminó por poner la cruz. Y la relación Dorado-El Madrigal fue cada vez más tensa y de desconfianza.

Perdió el respeto de la afición del Villarreal criticando la falta de animación de la misma

En la temporada 14-15, donde el Villarreal volvió a la Europa League y contrató centrales como Víctor Ruíz o Eric Bailly redujo su particpación a casi nula. Tras concluir su contrato al final de la campaña cerrando su estancia en Vila-Real con 56 apariciones en dos temporadas y media. Y ya libre de contrato llegó a Vallecas donde el día de su presentación detonó la bomba que terminó por tensar su relación con la parroquia grogueta con unas declaraciones que afirmaban lo siguiente: "Vengo de Villarreal donde la afición no anima lo que queríamos, espero que en el Rayo sea diferente". Esto suscitó críticas en la grada grogueta.

Su reencuentro contra los amarillos será de todo menos dulce, y eso, en el caso de que dispute algún minuto en el partido, ya que en lo que va de año sólo ha jugado 10 encuentros, y 6 de ellos de suplente.