No es raro que el Villarreal ceda la posesión y busque el gol con ataques rápidos y directos. Marcelino ha mutado el juego del conjunto groguet esta temporada  para darle solidez defensiva al equipo y hacerlo mucho más competitivo. El problema es que cuando la efectividad no acompaña al juego, al Submarino le cuesta ganar los partidos, aunque esto no es habitual.

El domingo, en el estadio del Rayo, el Villarreal volvió a ofrecer un planteamiento similar al que muestra semana tras semana. Sin embargo, las rotaciones y el gol rayista antes de cumplirse los primeros diez minutos de encuentro cambiaron el panorama y dificultaron la tarea del conjunto amarillo.

Escasa posesión del balón

Pese a que al Villarreal no le molesta ceder la posesión y cerrar líneas, también disfruta de ella y necesita disponer del balón para trenzar sus jugadas de ataque. En Vallecas, los de Marcelino tuvieron solamente un 37% de posesión, algo que fue insuficiente para lograr el segundo gol y para evitar los ataques del Rayo.

El equipo de Paco Jémez suele atesorar el balón y disponer de un gran porcentaje de la posesión en todos sus partidos, de hecho, ha logrado quitarle la posesión a un equipo poderoso y que acostumbra a tener la pelota como el FC Bacrelona. Ante el Villarreal, el Rayo dispuso del control del esférico, lo cual limitó las opciones del Submarino.

Pocas oportunidades de gol

En total, el Villarreal disparó a portería menos de la mitad de veces que su rival. Esto se debe, en gran parte, por la desigualdad en la posesión de balón. La ausencia de Bruno se notó y los de Marcelino solamente lograron realizar seis disparos, dos de ellos entre los tres palos.

Por su parte, el Rayo realizó 14 disparos para batir a Areola. El centro del campo del Villarreal tuvo mucha culpa de ello, ya que ninguno de los cuatro futbolistas que formaron la medular amarilla en el inicio del partido era de corte defensivo. Dos mediocentros más bien ofensivos, sumados a Denis Suárez y Alfonso Pedraza, no fueron suficiente barrera para un Rayo que atacó más y mejor que el Submarino.