Nadie dijo que unas semifinales de Champions iban a ser fáciles. Tras perder su primer partido de la Liga de Campeones en la ida de los cuartos (y acabar remontando en la vuelta), el Villarreal volvió a sentir el amargo sabor de la derrota en Londres, volviéndose con una derrota por la mínima ante el Arsenal (1-0) en la ida de las semifinales de la Liga de Campeones. Una derrota que obliga al Submarino a ganar por dos goles de diferencia en la vuelta si quiere llegar a la final que se celebrará en París.

Highbury se vistió de gala para su última noche europea -ya que el Arsenal se mudará al cabo de la temporada al nuevo Emirates Stadium- y el club londinense quiso despedir por todo lo alto al histórico estadio de Inglaterra con una victoria que les da ventaja en las semifinales de la Liga de Campeones. El Arsenal, arropado por los suyos, se hizo dueño y señor del esférico, echándose encima de un Villarreal ‘novato’ en esto de las semifinales.

Misma filosofía, un solo vencedor

En el césped de Highbury se dieron cita dos hombres con una parecida filosofía: tanto Wenger como Pellegrini apuestan por el fútbol, con triangulaciones endiabladas que ponen en un aprieto al rival. Y en Londres fue el Villarreal el que tuvo que probar de su propia medicina. El Arsenal se hizo dueño y señor del balón y anuló por completo al mayor peligro amarillo, Juan Román Riquelme. Con el argentino bien cubierto, Cesc Fàbregas campó a sus anchas y dirigió el juego ‘gunner’.

Cesc Fàbregas se lleva el balón frente a Sorín (izquierda) y Riquelme | AP Photo
Cesc Fàbregas se lleva el balón frente a Sorín (izquierda) y Riquelme | AP Photo

Debido al dominio se sucedieron las primeras ocasiones del cuadro local sin generar excesivo peligro, pero poniendo en estado de alerta a un Submarino que no conseguía hacerse con el esférico. Pero donde más daño hacía el Arsenal era a balón parado y las diagonales que se marcaba Thierry Henry, una de las estrellas del conjunto londinense. Le anularon un gol al francés, Arzo evitó el tanto de Pirès en la línea, y en los instantes finales del primer tiempo llegó el tanto local. Henry le cedió el balón a Hleb, que recibió solo y buscó el corazón del área, encontrando la bota de Touré entre la masa de piernas que había para desviar el esférico y batir a Barbosa.

Pero el desenlace pudo haber sido distinto si el árbitro hubiera pitado la pena máxima por un claro derribo de Gilberto Silva a José Mari dentro del área. Muy pocas veces llegó el Villarreal al área de Lehmann, no supo aprovechar sus ocasiones, y su destino pudo haber sido otro si el colegiado llega a estar más acertado.

El Madrigal decidirá el finalista

Los ‘gunners’ supieron mantener la ventaja durante la segunda mitad y el marcador no volvió a moverse. El Villarreal consiguió hacerse más con el balón pero no generó ocasiones claras como para empatar el encuentro. El Arsenal mostró esa solidez defensiva por la que se ha caracterizado esta temporada, ya que solo ha encajado dos tantos y fueron en la fase de grupos (desde el 27 de septiembre).

Aun así, el resultado pudo haber sido otro por la polémica jugada entre Gilberto Silva y José Mari antes del descanso, pero también pudo haber sido una ventaja más cómoda para los londinenses ya que Henry se perdió el segundo tanto y la sentencia en los instantes finales del encuentro.

Cesc Fàbregas y Riquelme peleando por un balón | AP Photo
Cesc Fàbregas y Riquelme peleando por un balón | AP Photo

Noventa minutos separan tanto al Arsenal como al Villarreal de su primera final de la Liga de Campeones. Los londinenses viajarán a España con una ventaja mínima, pero beneficiosa al fin y al cabo. El Madrigal decidirá cuál de los dos llega primero a una final de la máxima competición continental.