El Villarreal está firmando una de las mejores temporadas de su historia, dejando un año para el recuerdo de toda la afición groguet. Plantados en semifinales de Europa League -con ventaja sobre su rival tras la victoria en la ida por 1-0- y con el cuarto puesto en Liga, que otorga la posibilidad de competir contra los mejores equipos del continente, ya asegurado, los amarillos pueden estar realmente satisfechos.

Esto no se consigue por casualidad, existe un enorme trabajo detrás de los focos por parte del cuerpo técnico, que se ha traducido en un crecimiento exponencial en la capacidad del equipo para competir ante rivales grandes. Para ello, Marcelino y su staff, han sido capaces de añadir una faceta más al juego del Submarino sin cambiar su principal seña de identidad. El Villarreal siempre se ha caracterizado por ser un equipo con un juego vistoso, que quiere la posesión y que combina bien con el balón. Este año, además, es capaz de dar un paso atrás cuando es necesario y defender el resultado. Así, los castellonenses han visto como, con anotar tan solo un gol, pueden llevarse los tres puntos de partidos en los que con la posesión del balón se sufriría demasiado.

El trabajo táctico ha dado sus frutos, y los resultados no podrían ser mejores. Se han sacrificado los goles, ha empezado a primar el orden táctico y el equipo compite mejor. El Villarreal es el equipo que más rentabiliza sus goles de las cuatro grandes ligas europeas y, en lo que va de temporada, más de la mitad de sus victorias –concretamente el 60%- han sido por la mínima. En total, 16 partidos ganados por un solo tanto de diferencia. De todas ellas, solo en seis ha recibido un gol el equipo de Marcelino, y en ninguna ha encajado dos o más. Es decir, cada vez que el equipo rival ha conseguido marcar más de un gol, los de El Madrigal no han ganado el partido.

Equipos de talla mundial como Nápoles, Atlético de Madrid, Liverpool o Real Madrid han sido testigos de lo valioso que es un gol amarillo en el feudo castellonense, y han visto desaparecer los tres puntos junto con la posibilidad de romper el orden defensivo de un equipo perfectamente estructurado. Además, y como curiosidad, el Málaga ha perdido en sus dos enfrentamientos ligueros ante el Villarreal por 1-0, evidenciando por qué los partidos de estos dos equipos son en los que menos goles hay de todos los de Primera División: 2.08 por parte de los groguets y 1.86 por parte de los boquerones.

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Sobre el autor
Diego Delgado
Periodismo en la UCM. Apasionado del fútbol y la música.