Empieza a caer el sol en la Ermita de la Mare de Deu Gràcia de Vila-Real, y poco a poco más de 2000 de aficionados ataviados de amarillo se van congregando en torno al escenario por el que desfilará su nuevo ídolo para presentarse de forma oficial delante de su nueva afición. Con el aforo cubierto y las masas coreando su nombre, el carismático "speaker" introduce con entusiasmo a este jugador con nombre de ave pero con los pies en el suelo, ¿su nombre? Alexandre Pato.

Entrada triunfal, entre aplausos y vítores, chocando la mano a los más pequeños y con una sonrisa de oreja a oreja. Tras la foto de rigor con el presidente sosteniendo su nueva camiseta, tomó la palabra Don Fernando Roig agradeciendo tanto a los aficionados como al brasileño su presencia. Pero el plato fuerte llegaría con la intervención del propio Pato: cada vez que hablaba levantaba aplausos e ilusión, ganándose con humildad y palabras de agradecimiento el cariño que la afición grogueta empieza a procesar por el delantero.

Con un castellano sorprendentemente fluido y la humildad por bandera, el ariete deleitó a la afición con su carisma y con declaraciones que hicieron las delicias de la afición amarilla: "Llego a una ciudad pequeña, pero a un gran club. Viví en Londres, Milán... pero eso no me importa. Lo que de verdad me llega es el cariño, el amor de la gente y aquí lo estoy notando. Quiero dar cosas muy buenas a la afición de Villarreal. No importa lo grande que sea la ciudad, lo que más me interesa es el cariño de la gente", afirmó el brasileño.

Pato afirmó que fue en parte gracias a su excompañero Daniele Bonera y lo bien que le habló del club una de las razones por las que acabó por firmar. Dos llamadas clave, y una con Marcelino de por medio terminaron de convencer al ex del Milán: "Quería regresar a Europa y jugar la Champions de nuevo. Es una gran oportunidad que no quería dejar pasar. Me llamó Bonera, con el que jugué en el Milán y me habló muy bien de este club. La segunda vez que nos llamamos, él estaba con Marcelino y pude charlar con el técnico y me convenció. Me dijo que quiere mucho trabajo y que este equipo y este club es una familia".

Alexandre Pato aterriza en Villarreal con la vitola de estrella y con ganas de recuperar su mejor nivel, pero muchas ganas. Sus palabras destilan ilusión y motivación en su llegada a un nuevo club donde la afición ya espera gritar tantas veces como se pueda: "¡Gol de Pato!".