La minería romana en el entorno de Regio Cantabrorum
Panorámica de la mineralización en el entorno de Peña Cabarga. Fuente: Lino Mantecón Callejo

Nos situamos en el norte de Hispania, concretamente en el año 16 a.C. El emperador Augusto ofrece el triunfo a Agripa en el conflicto conocido como Bellum Cantabricum et Asturicum. El general, humillado por lo caro y costoso de la victoria final, no había dado cuenta al Senado de la misma y la rechazó. Concluía así una contienda que duró más de diez años, siendo este dato bastante significativo, ya que hablamos de un territorio muy inferior a la Galia, por ejemplo, que fue conquistada en menos de siete años. Comenzaba entonces la explotación de uno de los objetivos más ansiados por los romanos en este territorio, por el cual tanta sangre se había derramado. Y no estamos hablando ni de intereses políticos, ni militares ni siquiera territoriales: estamos hablando del origen de todos ellos, sin el cual ninguno de los increíbles esfuerzos realizados tendría sentido: la minería.

Muchos pensarán que esta afirmación es una auténtica locura, ya que el Imperio romano se caracterizó por conquistar “a diestro y siniestro”, pero del mismo modo que en nuestros días todo conflicto bélico se sustenta en algún tipo de riqueza material o control sobre la misma, los romanos no iban a ser menos. Y tanto Cantabria como Asturias eran ricas en diferentes minerales vitales para un cometido u otro: oro y hierro. Poco podemos decir sobre el la importancia del primero, en cambio el segundo puede parecer un metal basto y sin valor si lo comparamos con el dorado metal. Pero, detengámonos un momento a analizar la indumentaria que portaba un legionario romano: como poco, un gladius o espada corta, dos lanzas (tipo pilum o soliferrum), un cuchillo, refuerzos en el escudo, calzado con decenas de clavi caligae..en definitiva, un “hierro andante”. ¿Es importante entonces el hierro en las conquistas del Imperio? Casi igual o más que el oro. Veamos ahora un poco más en detalle alguno de los mejores ejemplos mineros de ambos territorios.

Asturias y la minería aurífera

Tras la conquista, los romanos no tardaron mucho en explotar el noroeste de la Peninsula. Desde hacía tiempo eran conscientes de la fabulosa orfebrería de oro que amasaban los astures, de modo que era momento de adaptar un tipo de minería “indígena” y rudimentaria a algo mucho más elaborado y avanzado. Se pasó de una extracción mediante el sistema de bateo (con un plato) a seleccionar exhaustivamente los diferentes métodos según el tipo de yacimiento, basándose siempre en su propia experiencia minera por todo el imperio:

  • Terciarios: Albergaban pocas pepitas en los lechos de los ríos, de modo que este yacimiento era ideal para el sistema previo de bateo.
  • Secundarios: Mucho más ricos ya que las concentraciones de oro se encontraban tanto en los ríos como en tierra, de modo que esto era un buen indicador para encontrar el último tipo de yacimiento.
  • Primarios: El oro se encontraba unido a la roca, casí siempre siendo cuarzo, siendo la obtención del mismo más laboriosa pero más gratificante en cuanto a la cantidad obtenida.

La nueva metodología a utilizar era simple a la par que costosa en recursos naturales y humanos: Consistía en desplazar y lavar la tierra para posteriormente recoger el oro depositado. En los yacimientos primarios y secundarios se removía el terreno erosionándolo con increíbles cantidades de agua que se hacía llegar a través de avanzadas canalizaciones. En caso de que la obtención del valioso metal se produjese en el interior, accedían a través de galerías o bien derribando la montaña (si si, derribando) con un sistema que denominaron Ruina Montium. Se minaba el terreno con decenas de galerías y túneles con una única entrada para todos ellos por la cual, posteriormente, hacían entran miles y miles de litros de agua en tromba. Esta agua atrapaba el aire del interior, presionándolo de tal modo que producía una especie de explosión que derruía la montaña. Posteriormente el material resultante se arrastraba y lavaba como si se tratase de un yacimiento secundario. Este sistema de extracción fue muy utilizado en yacimientos tan importantes como el de Las Médulas, cuya morfología fue moldeada durante siglos por este tipo de intervenciones romanas.

Galeria de la mina romana de Morero en
Liaño de Villaescusa, Cantabria.
Foto (sin efecto): Lino Mantecón Callejo

Este cambio tan significativo en la minería local afectaría sustancialmente a la población indígena y a su forma de vida. Se cree que pasaron de una subsistencia familiar a trabajar en la minería, en el mantenimiento de canales o en cualquier cometido para abastecer tanto a los trabajadores de las minas como al ejército del Imperio. Se creé incluso que esta “Fiebre del Oro” romana atrajo a gentes de toda la Península, produciéndose un fenómeno migratorio que pudo aumentar, según varios investigadores, la población de la conocida cuenca del Eria en un 311%. Incluso Plinio el Viejo cita la obtención de 20.000 libras (6.540 kg aproximadamente) de oro anuales en el noroeste de Hispania, la mayor parte provenientes de territorio astur. Aun existiendo algunas reservas sobre esta afirmación de las fuentes clásicas, algunos investigadores contemporáneos como F.J. Sánchez Palencia y V. Suárez calculan que en la actual Asturias fueron removidos más de 75 millones de metros cúbicos de material aurífero que proporcionaron en torno a 115.000 kg del preciado metal..increíble.

Cantabria y la minería en el entorno de la bahía de Santander

Después de leer los datos anteriores, poco o ningún atractivo podría tener Cantabria a ojos de los romanos..nada más allá de la realidad. Nuevamente Caius Plinius Secundus, Plinio el Viejo, destacaría el potencial minero de la región, esta vez en forma de mineral de hierro.

..Esta piedra nace también en Cantabria. No es el verdadero imán que se encuentra en veta continua, sino otro que aparece en núcleos dispersos que llaman "bulbatones". De todas las venas metalíferas, la más abundante en Cantabria es la de hierro. En la zona marítima que baña el Océano hay un altísimo monte que, parece increíble, todo él es de metal, como ya dijimos al hablar del Océano...

Naturalis Historia, XXXIV, 149.

El padre don Enrique Florez, ferreo defensor del origen "cantabrista"
en la explotación minera citada por Plinio el Viejo
.

No se sabe si esta afirmación se realizó en base a una actividad minera indígena ya existente (como se cree) o se hizo en base a un nuevo boom minero tras la conquista del territorio. Sea de un modo u otro, la interpretación del texto de Plinio ha sido fuente de debate y diversas teorías sobre la posible ubicación del “..altísimo monte que, parece increíble, todo él es de metal..”. Hubo muchísima controversia en el pasado, y aun pareciendo un tema casi zanjado y decantado por Peña Cabarga (Cantabria), existen investigadores contemporáneos (Domergue, 1990, 78) que sigue aferrándose a la idea de que dicho monte corresponde a Monte Triano (Vizcaya). Ya en el siglo XVII, apoyándose en las teorías de un origen “vasco-cantabrista”, muchos autores se afanaban en situar esta explotación minera en las inmediaciones de Somorrostro, donde se ubica el citado monte. En una vertiente completamente distinta se situó el padre Enrique Florez quien situaba este lugar en la zona de Peña Cabarga, sentando así los pilares de una controversia que duraría siglos. Sería el conocido arqueólogo e historiador Joaquín Echagaray quien a mediados de siglo pasado diese un golpe casi definitivo en la disputa. Aportó varios puntos clave para sus argumentos dejasen de ser meras hipótesis:

  1. Peña Cabarga esta bañada casi literalmente por el mar Cantábrico, frente a la bahía de Santander, siendo además una elevación bastante alta (569 metros) para encontrarse en la línea de costa.
  2. Uno de los datos más importantes es la alta concentración de mineral de hierro en nódulos dispersos, claramente identificables con los “bulbatones” citados por Plinio. Esta es la diferencia fundamental con Monte Triano, ya que aquí está presente en forma de filones o veta continua.
  3. Por último, la cita en las fuentes clásicas ubica este monte dentro del país de los cántabros y no en el país de los Autrigones (donde se encuentra la zona de Somorrostro), circunstancia por la cual todos los puntos anteriores quedan refrendados de un modo casi concluyente.

Tomando como válida la afirmación de Echegaray, viajamos a las inmediaciones de Peña Cabarga donde se puede observar que los nombrados “bulbatones” o nódulos de metal se encuentran mezclados en depósitos con tierras y arcillas a no mucha profundidad (ver imagen principal) , favoreciendo esto su extracción casí en superficie. Se han encontrado también restos de minería romana en profundas galerías (Mantecón, 2000, 39), si bien es cierto que se cree que hubo muchas más que han sido destruidas por la actividad minera contemporánea. Podemos destacar, entre otros tipo de hallazgos más relacionados con lo material (monedas, hachas y demás), la mina de Morero en Liaño de Villaescusa. Fue descubierta en 1992 y es el único ejemplo conservado de mina romana en la zona. Los minerales presentes en este criadero son hematites, goethita, limonita y pirita, aunque solo los dos primeros (incluso la limonita según varios autores) son susceptibles de ser explotados por tecnología de época romana. La galería, milagrosamente conservada, tiene unos 13 metros de largo y esta trabajada a pico para posteriormente haber sido retocada. No se han hallado materiales arqueológicos como tal, aunque tanto su tipología como los cuatro lucernarios (“puntos de luz”) encontrados la trasladan inequívocamente a la época romana.

Lucernario de la mina de Morero en
Liaño de Villaescusa, Cantabria.
Foto (sin efectos): Lino Mantecón Callejo

Conclusiones

Esta bastante claro que la conquista de Regio Cantabrorum tuvo como objetivo, además de un control meramente territorial, hacerse con sus riquezas minerales. Nadie duda de que el Imperio romano era una autentica máquina de asedio y que tarde o temprano se harían con cualquier lugar que deseasen. Pero llama poderosamente la atención la gran cantidad de recursos militares utilizados para colonizar a unos barbaros que poco les podían ofrecer..salvo su rica riqueza minera.

Agradecimientos y enlaces de interés

Lino Mantecón Callejo

La mineria romana en Cantabria

Torneros de la Valdería - Portal del valle de Eria

Regio Cantabrorum - Tierra de Leyenda

VAVEL Logo