El palacio que fue castillo
Foto: Luz Garcia Nieto

El Palacio de Aldovea es un bello edificio que se encuentra próximo al municipio de Torrejón de Ardoz- Madrid y al río Henares.

La historia de esta construcción y el paraje natural que la circundan hunde sus raíces en la remota Edad Media. En aquel momento, el palacio era una fortaleza musulmana que el rey Alfonso VII cede, junto a un extenso territorio, al Arzobispado de Toledo en el año 1163.

Esta poderosa institución será la propietaria del castillo y soto de Aldovea hasta el inicio del siglo XIX.

Construido inicialmente como un castillo en la época de la Reconquista, finales del siglo XI y principios del siglo XII, su función era vigilar la ribera del Henares. Siglos más tarde, en el XVIII, el infante Luis de Borbón y Farnesio, cardenal arzobispo de Toledo, hermano de Carlos III e hijo de Felipe V e Isabel de Farnesio, ordenó reconvertir la fortaleza en el actual palacio al arquitecto italiano Virgilio Rabaglio.

El castillo, con el paso de los años, es objeto de arreglos y reformas para su conservación y adaptación a los gustos y usos de los distintas épocas. El inhóspito castillo medieval, al llegar el siglo XVII pasa a convertirse en un cómodo palacio para disfrute y recreo de sus moradores.

En el siglo XVII continúan las reformas, ejecutándose la escultórica de la fachada principal. Junto al Castillo - Palacio había una ermita llamada de la Magdalena, construcción de modesta con cimientos de piedra y muros de ladrillo encalado, con una pequeña espadaña donde estaba colocada la campana que servia para llamar a la oración y para fijar las horas del día y los acontecimientos de la vida en aquel tiempo tan lejano sin relojes.

Hagamos un breve viaje en el tiempo y situémonos con la imaginación en el remoto siglo XVI

El lugar de Aldovea es un extenso y frondoso bosque rodeado de una cerca y coronado por un castillo. Hay abundante caza menor y en las aguas del río Henares vive una rica fauna acuática, en especial truchas y anguilas. Todos estos recursos naturales serán aprovechados. La caza, la pesca. la hierba y la leña que produce el soto serán arrendadas sin descanso a lo largo de los siglos.

Al inicio de la centuria, ocupaba el Arzobispo de Toledo el cardenal Cisneros, que trabajaba en esos días en el magno empeño de crear una gran universidad en la ciudad de Alcalá de Henares de la cual recibirá el nombre de Complutense. Con este objeto fundó el colegio de San Ildefonso. En 1511 Cisneros determina dar al colegio para su sustento perpetuamente a censo toda la leña que se pudiera sacar con dos mulas del soto de Aldovea, entonces llamado del arzobispo. A cambio el colegio debía pagar cada año 900 maravedís y un par de gallinas.

En el año 1540 se arrienda al vecino concejo de Torrejón de Ardoz un cuarto de la leña del soto de Aldovea, por el plazo de nueve años y a cambio del pago anual de 9500 maravedís. Se determina de forma rigurosa como se debe llevar a cabo la explotación de la leña para que el bosque no sufra daño.

En los años1537, 1579 y 1585 se arrendó a distintos particulares el uso de la caza del soto. Las condiciones de los distintos arrendamientos son muy similares. Lo que varia, con el paso del tiempo, son las cantidades a pagar por el arrendador que como era costumbre, se satisfacían anualmente en dos plazos.

Estos usos de la posesión se perpetuaron con muy pocas variaciones a lo largo de los siglos hasta llegar el año 1802 en el que el Arzobispo vende la posesión a Manuel Godoy, Príncipe de la Paz por la cantidad de cinco millones de reales de vellón. Poco tiempo después en 1804 Godoy vuelve a vender la posesión a la que se agregan los despoblados de Daracalde, viveros, Bollero y Baezuela por la cantidad de 7.942.079 reales de vellón. En este caso el ilustre comprador es el rey Carlos V, pasando esta posesión a formar parte del territorio de real sito de San Fernando de Henares.

A lo largo del siglo XIX tanto Fernando VII como Isabel II intenta que Aldovea se convierta en una explotación agrícola en la que aplicar nuevos métodos de cultivo.

Las propiedades fueron enajenadas durante la segunda mitad del siglo XIX. Como consecuencia de la ley de Desamortización de 1865, las propiedades fueron subastadas, y en 1869 le fue adjudicado a José Francisco de Pedroso y Cárdenas, marqués de San Carlos de Pedroso. En 1902 la propiedad pasó a manos de Rodrigo Figueroa y Torres, duque de Tovar, cuyos herederos ostentan hoy la propiedad del palacio. Durante la Guerra Civil Española, fue cuartel del general Miaja durante la batalla del Jarama. En la actualidad sigue siendo una propiedad particular.

Déjense caer por el Palacio de Aldovea y su entorno. Corran el riesgo de caer hechizados por la belleza de un enclave a caballo entre el pasado de la realeza y su historia sin olvidar que este majestuoso palacio fue testigo del rodaje de "La princesa de Éboli" entre otras.

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