Qumrám: lo que hay que saber
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Estos manuscritos han estado rodeados desde su aparición de un halo de misterio, como si contuvieran algo que la humanidad no debiera saber nunca, pero en realidad no han hecho más que demostrar que los textos bíblicos que han llegado hasta nosotros, han sido transmitidos de una manera fiel sin apenas alteraciones. Aunque lo mejor es saber qué es lo que contienen estos textos y cómo ha llegado toda su información hasta nosotros, lo que ha sido un proceso largo y laborioso.

A finales de 1946, tres pastores de la tribu beduina Táamireh se introdujeron en una cueva en la que encontraron varios rollos y vasijas: después de sucesivas visitas a la cueva, sustrajeron un total de sietes rollos manuscritos y algunas jarras que también contenían documentos. Esta cueva será denominada más tarde como la Cueva 1. Todos los materiales pasaron a manos de dos anticuarios israelíes y el archimandrita del convento de  San Marcos de Jerusalén compró cuatro de los rollos. Años más tarde, la Universidad Hebrea de Jerusalén, por medio del profesor Sukenik adquirió los otros tres, y tiempo después se hizo con todos los rollos. Las negociaciones llevaron mucho tiempo ante el elevado precio que se puso a los manuscritos por parte del archimandrita. Desde el descubrimiento hasta la adquisición total de lo hallado por parte de Sukenik, pasaron ocho años.

Una vez revisado el material, comenzaron las excavaciones dirigidas por De Vaux y Harding, directores de la Escuela Bíblica y Arqueológica francesa de Jerusalén y del Departamento de Antigüedades de Jordania, respectivamente. Pero no sólo tenían curiosidad los arqueólogos, sino también los beduinos, que paralelamente iban en busca de más cuevas porque pensaban que detrás de tanto material arqueológico podría haber un ver negocio del que sacar tajada. Y no se equivocaban, porque una vez identificada la primera cueva, todos los materiales que se habían encontrado allí, ya estaban en manos de uno de los anticuarios árabes que vendieron los primeros rollos, conocido como Kando. Mientras se excavaba, De Vaux y Harding exploraban más cuevas, al igual que los beduinos: los primeros encontraron las cuevas 3, 5, 7, 9 y 10, y los segundos la 2, 4 y 6, con su consecuente saqueo. En 1956 se encontró la cueva 11, a la que llegaron antes los beduinos y la saquearon, y hasta 1961 no se recuperaron todos los manuscritos. Por otro lado, en 1967 aún estaban en poder de Kando muchos rollos, que fueron incautados por el Gobierno israelí a cambio de una cuantiosísima indemnización para el anticuario en 1969.

El valle (wadi) del Qumrám fue habitado por una comunidad que se asentó en las ruinas de una fortaleza construida sobre el s. VII a. C y a la que se trasladaron en el s. II a. C., con discrepancias entre los directores de las investigaciones sobre las fechas exactas. Se pueden diferenciar varias fases de ocupación:

  1. 135/4-37 a. C: la comunidad se asentará en este emplazamiento durante el reinado de Juan Hircano o un poco antes de este. Bajo el mandato de Alejandro Janeo se ampliaron las instalaciones tomando el aspecto definitivo. La “comunidad de Qumrám” construyó dos cisternas rectangulares para almacenar el agua (ya había una anterior de la ocupación abandonada siglos atrás), dos hornos para cerámica y  una red de acequias. Con Herodes el Grande en el trono, se produce un incendio, tal vez provocado por alguna catástrofe natural, y el lugar es abandonado.
  2. 37-4 a. C: durante este momento el valle no alberga ningún grupo humano.
  3. 4 a. C.-68 a. C: hay una nueva ocupación hasta que es atacada por los romanos y la comunidad desaparece o se dispersa.

Se han desarrollado numerosas teorías sobre quiénes formarían esta comunidad y sus creencias religiosas. Pasando por la Teoría Judeo-Cristiana (primeros cristianos), la T. Karaíta (origen medieval de los manuscritos), la Saducea, la Zelota y la Farisea,  la que actualmente tiene mayor validez entre la comunidad científica es la Esenia: los Esenios eran una secta que tuvo su desarrollo en el s. III a. C. en Palestina. La comunidad de Qumrán sería la consecuencia de un desgajamiento de la secta esenia liderada por el “Maestro de Justicia”, sin duda la figura más controvertida y polémica de los manuscritos. Hay quien lo ha querido identificar con Jesús de Nazaret, pero cometiendo un anacronismo evidente, así como con  San Pablo o San Juan Bautista. No hay una teoría unánime sobre el “Maestro de Justicia”, pero todo apunta  a que sería un sacerdote que enseñaba a la comunidad a orar y ciertas reglas para convivir.

Pero la auténtica importancia de los manuscritos radica en que contienen textos del Antiguo Testamento que son los que han llegado hasta hoy día sin apenas alteraciones, a excepción del Libro de Esther, por lo que vienen a confirmar que no ha habido grandes modificaciones de los antiguos textos hasta hoy día. Otra de las aportaciones de los rollos es que en ellos se mencionan ideas del cristianismo, lo que da a entender que ya eran conceptos que existían con anterioridad, como la venida del Hijo de Dios hecho Hombre, y se deja constancia de una creencia judaica paralela o alternativa a la oficial del momento, dando a conocer también el clima religioso y político del momento en que nació Jesús de Nazaret.

El contenido de los rollos terminó de publicarse en 1993 tras buscar diferentes métodos de trabajo. Fue Amir Drori, director del Departamento de Antigüedades de Israel quien impuso un ritmo de trabajo constante en la transcripción y traducción de los manuscritos: un conjunto de hasta 50 investigadores podían intervenir en las tareas, pero si en el plazo de un tiempo limitado no cumplían con su misión, otro investigador ocuparía su lugar para poder tener todo listo en 1993. Hay quien dice que algunos manuscritos están en el Archivo Secreto Vaticano, sin conocerse su contenido, pero no se sabe si esto es cierto o no, y quedarían por conocerse unos nuevos  rollos encontrados en la misma zona en 2014. Los Manuscritos del Mar Muerto están expuestos en el Museo de Israel, que ha llevado a cabo una tarea de digitalización de los rollos para poder ser consultados en internet.

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