Jack Churchill, un arquero en las trincheras de la Segunda Guerra Mundial
Jack, junto a su arco en Oslo / alternathistory.org.ua

Este soldado británico nacido en 1906, había servido en el ejército antes de que estallara el segundo conflicto mundial y concretamente durante la Primera Guerra Mundial aprendió a tocar la gaita, que más tarde haría sonar en pleno combate o a las tres de las mañana en plena guardia nocturna. A estos actos que le ganaron el apodo de Loco Mad, hay que sumar que recorrió miles de kilómetros en su motocicleta por la India y que su habilidad para manjar el arco le otorgaría pequeños papeles en algunas películas como El Ladrón de Bagdad, Sabu o Ivanhoe.

Parece que harto de tantas emociones decidió retirarse temporalmente del Ejército Británico en 1936, aunque tres años después, participó en el Campeonato Mundial de Tiro con Arco que se celebró en Oslo en 1939. Cuando regresó a Inglaterra se desataba la Segunda Guerra Mundial, por lo que se enroló de nuevo en las filas británicas pero para ello necesitaba un arma especial: acudió a una tienda llamada Purle of London, donde adquirió un arco largo de madera de tejo español (de 100 libras), dos arcos de acero y flechas de caza. Armado también junto a su espada escocesa, se incorporó al regimiento de Manchester para desembarcar en Francia en la Fuerza Expedicionaria Británica. Así comenzarían sus heroicas, aunque locas excentricidades bélicas.

En Polonia adelantó a su propia compañía y se posicionó a tan solo 50 metros de la línea alemana mientras disparaba flechas. Tal visión agitó a los alemanes, que gritaban al visualizar tal temeridad. Su siguiente aventura sería en 1940, en Francia, donde su compañía debía defender la población de LŽepinette ante un ataque alemán que penetró en los alrededores. Jack se deslizó sin levantar sospecha hasta quedar a 30 metros del enemigo que ocupaba un granero, armó su arco y disparó atravesando a un soldado alemán, dando comienzo a una batalla entre los británicos y los alemanes.

Pero como muchos soldados enviados para intentar frenar la campaña nazi en Francia, Jack tuvo que ser evacuado en Dunkerque. Allí caminó por la playa con espada en mano, sorprendiendo a todos los soldados que quedaban atónitos ante aquel capitán de un grupo de ametralladoras.

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A la derecha, Jack portando su espada / historiasladob.blogspot.com.es

Una de sus acciones más destacadas se produjo en 1941, en la Noruega ocupada por los alemanes, donde participó en la Operación Arquería. Fue el primero en pisar tierra firme, y tras él dos compañías británicas que observaron cómo espada en mano se lanzó sobre una batería enemiga, donde un enemigo desconcertado cayó bajo el filo de su claymore. Esta acción fue argumento para recibir su segunda Cruz Militar.

A pesar de todo ello, el Loco Mad todavía podría superarse y así alcanzó su clímax en 1943. Las tropas británicas en una operación nocturna debían tomar el pueblo italiano de Piegoletti, y Jack decidió que el ruido sería su mejor aliado. Rompió la línea defensiva con su espada mientras gritaba constantemente ¡Comando!, desconcertando de tal manera a los alemanes que hizo 136 prisioneros. Aun así no se detuvo y se infiltró en la localidad tomando puntos estratégicos con su espada, y finalizó el asalto sin disparar una sola bala. Indiscutiblemente recibió una nueva condecoración.

Tras todo esto se topó con la horma de su zapato en Yugoslavia, donde quedó junto a seis de sus compañeros en una posición rodeada por una compañía alemana. Estos fueron heridos uno a uno, mientras que Churchill sacó su gaita y tocó una canción llamada No Volverás, momento en el que una granada lo dejó inconsciente. Cuando volvió a abrir los ojos se encontraba rodeado de alemanes, siendo enviado al campo de Sachsenhausen. Allí junto a otros veteranos escapó tras excavar un túnel, pero 14 días después fue capturado por la Gestapo, y debía ser ejecutado por su evasión, pero de nuevo la suerte se puso de su parte; el oficial nazi se negó a ejecutarlo.

En 1945, consiguió escaparse, pero esta vez con éxito, caminando campo a través hasta que se topó con tropas americanas en suelo italiano. La guerra llegaba a su fin, pero Jack aún necesitaba emociones fuertes, por lo que puso rumbo al Pacífico, aunque a su llegada la guerra había finalizado (aún le quedó tiempo para participar en algunas acciones de Palestina).

La guerra había terminado para Jack y volvió a Inglaterra, donde aún sorprendía a los pasajeros del tren de Londres lanzando su maleta por la ventana, pero estos desconocían que el jardín trasero de su casa estaba justo al lado de aquella vía.

Este soldado británico murió en 1996, en su casa, siendo el primero en lanzar una flecha inglesa desde la Batalla de Crecy (1346). Si fue un loco extravagante o un héroe atemporal debe juzgarlo el lector.

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