Una fundación real en Campo de Calatrava
Una fundación real en Campo de Calatrava

«... Por un lugar que dicen El Pozuelo de Don Gil, que era un término de Alarcos, entre tanto que llegaban las campañas que había enviado, mandó venir gentes de su comarca e mandó que le dijesen Villa Real, e ordenó luego las calles e señaló los lugares por do fuese la cerca. E fizo facer luego una puerta labrada de piedra e esta es la que está en el camino que viene de Toledo, e mandó a los del lugar que ficiesen cerca.»

(Alfonso X el Sabio: Crónica General de España)[1]

Tal y como relata la Crónica General de España del rey Alfonso X el Sabio, lo que actualmente se conoce con el nombre de Ciudad Real sería una fundación real, en la que por entonces era una pequeña aldea del término de Alarcos conocida como El Pozuelo de Don Gil.

Este parece ser el origen más verosímil de la ciudad, y aunque hay hipótesis de que en estos parajes existieran poblamientos de origen romano, son escasismos los datos que con exactitud nos hablen sobre la época antigua de lo que hoy es conocido como Ciudad Real.

Lo que se sabe con total exactitud y sin lugar a dudas es que Alfonso X el Sabio mandó crear en Pozuelo Seco de Don Gil una “grande villa e bona e que conserbarsse e tuviese todos por Fuero e que fuesse cabeza de todas aquellas tierras.” (Carta puebla de Fundación)[2].

Asistimos así en el año 1255 a la fundación real de lo que entonces se llamó Villa Real, con la intención de que fuera «gran villa e bona».

No obstante, no podemos olvidar en ningún momento el contexto tanto socioeconómico como militar inmediatamente anterior a dicha fundación real. Hasta el siglo XIII en la zona destacaron dos enclaves, por una lado Alarcos, y por otro Calatrava la Vieja, empero dichos enclaves a mediados de siglo XIII estaban en cierta declinación debido a diversos factores.

Por una lado Calatrava la Vieja cabeza visible de la Orden Militar que llevaba dicho nombre, tras la batalla de Alarcos (1195), había ido perdiendo progresivamente su condición de núcleo importante, cosa que sucedió definitivamente tras la batalla de Las Navas de Tolosa (1212) y el traslado de la sede de la Orden a Calatrava la Nueva.

El caso de Alarcos es parecido al de Calatrava la Vieja. Este enclave situado en lo alto de un cerro, tenía un carácter principalmente defensivo, debido a su situación fronteriza. Así, en 1195, junto al castillo de Alarcos, se produciría la crucial batalla que tomaría el nombre del castillo, en la cual, el impresionante ejército almohade del emir Abu Yaqub al-Mansur se enfrentaría y derrotaría a los ejércitos del rey castellano Alfonso VII. Esta batalla detuvo momentáneamente los progresos de las tropas castellanas hacia el Sur, y también marcaría la decadencia definitiva de la población de Alarcos.

En 1212 en la batalla de Las Navas de Tolosa se volvería a producir un enfrentamiento crucial entre tropas almohades y las cristianas, y esta vez el éxito sería obtenido por las fuerzas cristianas y marcaría el impulso definitivo del proceso de “Reconquista” cristiana y situando la zona fronteriza en Sierra Nevada.

Así llegamos a mediados del siglo XIII, época en la cual ha cambiado totalmente el panorama socioeconómico y político-militar de la zona. La “Reconquista” esta bastante avanzada y la zona donde pronto se emplazará Villa Real, ha dejado de ser un espacio fronterizo, para convertirse en un nexo de unión fundamental entre las comunicaciones de Córdoba y Toledo. Además, la preponderancia de la Orden de Calatrava en la zona es extraordinaria, sus dominios abarcan territorios entre las actuales provincias de Ciudad Real, Toledo, Albacete, Alicante, Valencia y Córdoba.

Todos éstos, son factores ha tener en cuenta y que tendrán una importancia considerable en la fundación de Villa Real. Así, cuando Alfonso X el Sabio concedió la Carta Puebla de Fundación a Villa Real trataba de conseguir unos objetivos que anteriormente había intentado alcanzar otorgando privilegios y facilidades a los habitantes de Alarcos (población a cuyo término pertenecía Pozuelo de Don Gil), con el fin de crear allí una población fuerte e independiente del control de la Orden, que tenían un poder hegemónico y prácticamente absoluto en la zona. No obstante, las pretensiones del monarca no se lograron por varios motivos: lo insano de la zona, su situación geográfica en lo alto de un cerro, más adecuada para una posición defensiva que para una población de tránsito y nexo de unión en una vía comercial importante. Y sobre todo, aspecto moral de la derrota todavía, relativamente, reciente (1195) frente a los almohades en la batalla de Alarcos.[3]

Muralla y Puera de Toledo de Ciudad Real. Vía: http://geografia2-jose.blogspot.com.es
Muralla y Puera de Toledo de Ciudad Real. Vía: http://geografia2-jose.blogspot.com.es

Los objetivos que el Rey Sabio pretendía con la concesión de privilegios y de la Carta Puebla de lo que se llamaría Villa Real eran diversos, pero entre ellos destaca el de crear una población “fiel” a la corona de Castilla. Este objetivo es importante, pues no se ha de olvidar que es una época en la cual la repoblación es un factor de primer orden, y en la consecución de ello, tenían un papel predominante en todo este territorio, las Órdenes Militares como la de Santiago, San Juan, y sobre todo la de Calatrava fundada en 1158 y cuyo poder llega incluso a rivalizar con el poderío real. Así pues, el objetivo del monarca fue crear una población que fuera fiel y que no estuviera bajo la influencia de la Orden de Calatrava, con el fin de crear un foco lo suficiente mente importante como para que fuera restando poco a poco influencia y poderío a la hegemonía que la Orden ostentaba en estos territorios.

Esta fundación y la consecución de este objetivo, producirían constantes conflictos de diverso tipo entre la Orden de Calatrava en cuyos territorios se fundó Villa Real, y esta nueva población de dominio regio, hasta que finalmente, los Reyes Católicos determinaron poner fin a esta situación, incorporando, definitivamente, los territorios de las Órdenes Militares a la Corona en el siglo XV.

No obstante, aunque el objetivo de mermar poderío a la Orden de los calatravos en la zona era importante, esta fundación tenía más pretensiones que las puramente políticas. También existían pretensiones de carácter socioeconómico de primer orden, ya que otro de los objetivos que Alfonso X el Sabio quería conseguir, era la creación de un punto lo suficientemente fuerte e importante que funcionase de nexo de unión en las comunicaciones entre Toledo y las posesiones conquistadas por su padre en Andalucía.

Como se advierte por lo arriba expuesto, las intenciones del monarca para con Villa Real, eran de gran envergadura. Esto se observa por el gran espacio que abarcarían las murallas de la ciudad, espacio que no sería superado hasta el siglo XX.

[1] Cit. en VV.AA.: Castilla-La Mancha. Historia, arte y etnología. Servicios de publicaciones de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha 1985.

[2] Cit. en SÁNCHEZ LILLO: El recinto amurallado de Ciudad Real y Puertas de Acceso. Ayuntamiento de Ciudad Real 1982.

[3] VILLEGAS DÍAZ, Luis Rafael: «Ciudad Real en la Edad Media» en VV. AA: Historia de Ciudad Real. Toledo, Caja Castilla-La Mancha, 1993, p. 76, da prioridad a este carácter moral y quita importancia a la cuestión de la insalubridad.

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