El fútbol, como la vida misma, no siempre descubre sus mejores momentos al comienzo, cuando más vigorosos y sanos nos mostramos. En el fútbol, como en la vida, el cansancio marca, y sólo las ganas, la fe y el espíritu marcan la delgada línea de la felicidad, y delimitan el éxito del fracaso. El talento, en el fútbol y en la vida, es imperecedero, se tiene o no se tiene. Se puede trabajar y pulir, como un diamante en bruto, o se puede tener por  naturaleza. No se sabe muy bien cuál es el caso de Msakni, desaparecido 85 minutos, héroe en los cinco restantes.

El susodicho mediapunta que actúa en la liga qatarí, donde habita un español de nombre Raúl y apellido González. El Lekhwiya es el club que tiene el privilegio de albergar a tan rara joya del fútbol mundial, capaz de asestar un golpe mortal a un partido anodino, falto de ocasiones y con numerosas faltas entre dos equipos defensivos, basados en esperar la aparición espontánea de sus futbolistas de mayor calidad, o aprovechar el fallo del rival.

Gracias a la sutileza de Youssef Msakni supimos que estábamos en un partido de fútbol. Los minutos anteriores se limitaron a contener al rival, y parar la creatividad existente en este, a veces, con el precio a pagar de cortar de raíz la creatividad propia. De hecho, apenas hubo ocasiones hasta la media hora, cuando Slimani estrelló el balón en el poste tras una gran jugada de Feghouli, uno de los mejores en el bando argelino. Antes del serio aviso, Jemaa, delantero de Túnez, se tuvo que retirar lesionado, y entró Harbaoui en su lugar, además de un remate anulado por fuera de juego al propio Slimani.

Argelia dominaba el partido, y acumulaba llegadas al área de Ben Cherifia, a veces con más peligro que otras, pero siempre con la meta contraria en la mente. Túnez, más conservadora en el tramo final, encontró en un remate de Saber Khelifa su primer aviso serio sobre el marco de Mbolhi. El reinicio tras el descanso, sin goles aún, no ayudó tampoco a cambiar el ritmo anodino y constantemente interrumpido de un partido escaso de la imaginación necesaria para romper esquemas. Encorsetados ambos equipos en los esquemas tácticos de los seleccionadores, la llama del partido no se mantuvo encendida con fuerza en muchos minutos.

Poco a poco, el inexorable paso del tiempo desató a los equipos, que empezaron a mirar con fijación la meta del rival, más que a pensar en mantener el empate. El riesgo era asumible por la recompensa en juego, ganar y tomar ventaja respecto a los rivales de un grupo muy complicado. Argelia mantuvo en su poder la iniciativa y el control del balón, con Túnez esperando que la bombilla se le encendiese a Msakni. Con el partido en el tramo final, Msakni se desperezó en los últimos veinte minutos, y comenzó a rondar la meta argelina.

Los de Halidhodzic reclamaron un penalti en el 72' de partido, cuando Feghouli, su jugador más destacado, fue derribado dentro del área. Gassama, el trencilla, no vio la acción como punible, y el juego continuó. Con Túnez y Argelia luchando de igual a igual, se alzó la figura de Msakni sobre Rustenburgo, y la larga sombra del mediapunta se hizo notar. Una ocasión suya fue el preludio al homenaje a la sorpresa y la alegría en el fútbol. En un partido táctico, cerrado, parejo e igualado, la calidad suya de un detallazo valió la espera y la pena. Como en la vida, lo bueno se hizo de rogar, pero acabó llegando.

Galopada por el carril central del jugador tunecino, que a treinta metros de la portería levanta la cabeza, y decide recortar hacia dentro, hacia su pierna derecha, cuando se encontraba un poquito escorado a la izquierda. Su recorte le dejó el espacio suficiente para armar la pierna y colocar un remate preciso, potente, y con rosca a la escuadra del palo largo, en una obra de arte difícilmente superable en ese instante. El gol, en el minuto 90, era un golpe cruel para una Argelia que no mereció perder por cantidad, pero pagó su falta de calidad respecto al pequeño crack tunecino. La intentona a la desesperada no surtió efecto, y los puntos son para Túnez, que se escapa junto a Costa de Marfil en los puestos de acceso a cuartos de final.