Comenzó una nueva fase de grupos de la Champions League para dos equipos asiduos a la competición, en los últimos años. El Marsella, después de su ausencia la pasada temporada y de un periodo de austeridad en los fichajes, volvía a la máxima liga continental con dos fichajes de nivel: Payet y Thauvin. El Arsenal, también superando un bajón económico, con el flamante fichaje de Mesut Özil, que fue silbado por los aficionados locales en sus primeras intervenciones. Dentro del llamado grupo de la muerte, con B. Dortmund y Nápoles, cada punto logrado valdrá su peso en oro.

Tregua tras el susto

La ansiedad de los aficionados por volver a disfrutar de este bonito torneo se trasladó al campo, donde los jugadores quisieron brindar un buen espectáculo desde el primer momento. Apenas cinco minutos después del pitido inicial, ambos equipos habían tenido más de una ocasión para llevar el primer tanto al marcador. Gignac y Valbuena por parte francesa y Walcott por los gunners, habían llevado el peligro al área rival. Los dos conjuntos daban muchas facilidades para crear ocasiones, parecía prohibido defender.

Sin embargo, esta situación duró poco. Pronto se dieron cuenta todos que los partidos duran noventa minutos y dejaron de jugar con fuego, para centrarse en cerrar huecos atrás. El Arsenal explotaba la velocidad de Walcott a la espalda de Morel y cargaba todo su ataque en esa banda derecha. Los locales buscaban a un Gignac que no estuvo muy inspirado, teniendo las de perder en el juego aéreo contra Mertesacker. Además la defensa adelantada de los de Wenger alejaba del área al delantero francés, que vivió en fuera de juego gran parte de la primera mitad. Durante este periodo y hasta el descanso, apenas llegaron un par de ocasiones del OM, en jugadas a balón parado.

Intercambio de golpes

Tras la reanudación, ambos conjuntos se dedicaron a jugar a eso que habían demostrado en los primeros minutos que podían hacer, atacar. Ni cien segundos tardó Fanni en levantar al estadio con una volea que se marchó rozando el palo. Mandanda también puso en pie al Velodrome con una gran parada a tiro de Gibbs, a bocajarro, tras una genialidad de tacón de Özil. Las ocasiones se sucedían y, cada vez que los marselleses rondaban el área de Szczesny, los 'gunners' replicaban con fuerza.

Gibbs salvó bajo los palos el primer tanto del partido. Con el Olympique de Marsella creciendo en el partido y sintiéndose fuerte, el gol de Walcott fue un jarro de agua fría. El inglés se aprovechó de un mal despeje de Morel para batir, de una potente volea, a Mandanda. Tras el gol el OM siguió tratando de llevar peligro a la meta de Szczesny, pero no fue igual. Faltaba algo de confianza o de la convicción que instantes antes les llevaba a crear oportunidades con facilidad. 

El paso de los minutos favoreció al Arsenal, que fue sintiéndose más cómodo y trató de asegurar la defensa, con la entrada de Monreal por Walcott. Con un Marsella ya volcado y partido, pero poco peligroso, Ramsey sentenció. El galés encontró pasillo por la frontal del área y chutó desde el semicírculo, batiendo a Mandanda con la ayuda de N'Koulou que desvió ligeramente el tiro. En el descuento, con el partido aparentemente resuelto, Andre Ayew robó la cartera a Ramsey que derribó al ghanés dentro del área 'gunner'. Su hermano Jordan Ayew transformó el penalti, recortando distancias. Pero fue insuficiente, no quedó tiempo para la épica.

Tres puntos que vuelan a Londres en un grupo en el que cada uno de ellos vale muy caro. Duro resultado para el OM, que en su retorno a la máxima competición, luchó de tú a tú contra un conjunto habituado a pelear con menos recursos que sus rivales. Esta derrota obliga a los franceses a sumar fuera de casa para lograr superar la fase de grupos.

Así lo vivimos en directo en VAVEL.com