La Champions League vuelve a alzar el telón para que dé comienzo la segunda fecha de la fase de grupos de la máxima competición continental. El primer choque de esta jornada dos nos manda al lugar de los antiguos zares, de los bolcheviques, de la Revolución Rusa de principios del siglo pasado y de una nación extensa con muchas ganas de mandar también en un deporte de masas como es el fútbol.

A golpe de talonario, el Zenit de San Petersburgo ha confeccionado una gran plantilla para pelear cuanto menos por las eliminatorias finales. Por ello, los de Luciano Spalleti no pueden permitirse no ganar a la cenicienta de su grupo, el G. El Austria de Viena, por su parte, no tuvo reparos en plantarle cara al Oporto en el Ernst Happel en su debut en la competición, por lo que a buen seguro que veremos un encuentro cuanto menos entretenido para el espectador y que será la antesala de la tercera noche de Champions de la temporada 2013-14.

Así llegan

El Zenit afronta este encuentro con una sola premisa: la victoria. La derrota en el Vicente Calderón (3-1) dejó a las claras que si hay una posibilidad de dejar fuera de los octavos a los dos máximos candidatos a pasar de ronda (Oporto y Atlético de Madrid), ésta pasa por no dejarse ni un punto en el Petrovski. Menos aún en el que se presupone  que es el partido más plácido para los rusos en la fase de grupos, ya que se enfrentan al representante del último bombo y como local.

Los de Spalletti son favoritos tanto por nombre como por estado de forma. Y es que el Zenit es líder en solitario de su liga desde el pasado fin de semana, cuando venció al hasta entonces colíder Spartak de Moscú por cuatro goles a dos.

Además, el técnico italiano podrá contar con todos sus hombres. Hulk, Witsel, Danny…Solo queda por saber si Arshavin será de la partida para un choque que, como ya se ha dicho, sobre el papel es propicio para que el Zenit gane y esté pendiente de lo que sucede en Do Dragao para engancharse a los dos primeros puestos.

En el bando rival, no pintan bien las cosas para un Austria de Viena que marcha quinto en el campeonato doméstico. El pasado fin de semana cayó por uno a cero ante el Admira, mientras que la semana pasada fue apeado de la Copa por un equipo, el Kalsdorf, de la división equivalente a la Segunda B española.

Por si fuera poco, en el apartado de bajas, el técnico de los vieneses, Nenad Bjelica no podrá contar con su hombre gol. Stankovic se lesionó ante el Sturm Graz y podría incluso no llegar a disputar el encuentro ante el Atlético de Madrid.

De todas formas, el Austria no entregará el partido. Todo lo contrario. Royer y Hosiner fueron una agradable sorpresa para la Europa futbolera en la primera jornada de competición. De hecho, puso en serios aprietos a todo un Oporto que durante la primera mitad se sintió muy incómodo y solo un gol de Lucho González dio los tres puntos a los lusitanos.

Suena a tópico comentar que, a veces, la intensidad y las ganas son capaces de merendarse a cualquier rival por muy superior que sea en presupuesto y plantilla, pero a buen seguro que el Austria está dispuesto a amargarle la tarde-noche a más de uno y, por qué no, sorprender desvirgando su casillero de puntos en Champions y, para más inri, a domicilio. La magia de la Champions siempre deja algún que otro bombazo y esta jornada no debe ser una excepción.

Enfrentamientos previos

Zenit y Austria de Viena no se han visto las caras hasta ahora, pero sí que ambas escuadras ya saben lo que es enfrentarse a equipos del mismo país que su rival de mañana.

Los rusos han jugado cuatro veces ante equipos austriacos. La primera vez fue en agosto de 2004, en una eliminatoria de UEFA ante el Austria Karnten. El Zenit se impuso por el valor doble de los goles (empate a dos en Austria y a uno en Rusia), mientras que un año después, ante el mismo rival, ocurrió el mismo caso: los rusos pasaron tras perder tres a uno y ganar en la vuelta dos a cero.

El Austria de Viena guarda un grato recuerdo de la única eliminatoria con equipos de Rusia. Cuando todavía era conocida como la URSS, los austriacos se enfrentaron al Dinamo de Moscú en semifinales de la Recopa del 78 y tras igualar el dos a uno de la ida, los penaltis decidieron que fuera el Austria quien llegara a la final.