La maldición del Petrovskiy en Champions League continúa. El Zenit encadena una racha negativa de tres encuentros consecutivos sin vencer en su feudo en la máxima competición europea. Hace una temporada, ante Milan (2-3) y Málaga (2-2), los rusos, que siempre arrancaron por debajo en el marcador y en ambos casos merecieron el triunfo, perdieron cinco puntos muy trascendentes que a la postre evitaron su clasificación para octavos de final. Ante el Austria de Viena, cenicienta del grupo, la fortuna volvió a dar la espalda a los de Spalletti en el regreso de la Copa de Europa a San Petersburgo.

El árbitro condicionó mucho el partido por la discutible expulsión de Witsel al filo del descanso en un choque abierto por la inferioridad númerica de los locales durante todo el segundo tiempo.Si bien el Zenit no cuajó un buen primer tiempo y por momentos sufrió con los contragolpes de los austríacos, antes de la roja a Witsel el encuentro estuvo para los locales. Se mascaba el 1-0 pero la expulsión del centrocampista belga dio vuelta al partido. Pese al carácter ofensivo del once de los rusos -sin pivote de contención y con cuatro atacantes puros- a lo largo de todo el choque los de Spalletti carecieron de capacidad organizativa ante un rival que vino a encerrarse. 

Spalletti no alineó a Shirokov ni Arshavin y jugó de inicio con cuatro atacantes puros

Únicamente las individualidades de Hulk, las irrupciones por banda de Smolkinov y el ingenio de Danny rompieron la monotonía del pase en horizontal de un Zenit posesivo. El Austria vivió del contragolpe y de las perdidas de balón de los rusos en zona de peligro. Royer fue un quebradero de cabeza para la zaga blanda de los celestes. El extremo transalpino a punto estuvo de forzar un penalti después que Smolkinov le barriera con brusquedad en el limbo del área en la primera acción ofensiva de los visitantes. Minutos más tarde, el propio Royer golpeó a las manos de Lodygin ante la pasividad de la defensa exsoviética.

Hulk disparó al palo desde la frontal en el 12’, en la que fue la mejor ocasión de todo el partido. Fue el brasileño quien junto a Danny, que casi siempre fue él quien le habilitó, el principal protagonista de los acercamientos del Zenit durante los 90 minutos. Kerzhakov, voluntarioso pero desacertado, marró un mano a mano con Lindner que podría haber supuesto el gol de la tranquilidad antes de la roja a Witsel. Precisamente esta acción, la que cambió el devenir del encuentro, se dio en el minuto 43. El mediocampista belga se lanzó con la pierna por delante para intentar rebañar un balón dividido con la mala fortuna que chocó con vehemencia con un rival. El alemán Deniz Aytekin le mostró la roja directa ante la incredulidad de los futbolistas celestes. Decisión realmente polémica del árbitro, que solamente le enseñó cartulina amarilla al austríaco Ramsebner en el 73’ por una entrada muy pareja a la de Witsel en peligrosidad.

Con el empate a cero, Austria de Viena y Zenit empatan a un punto en la cola de su grupo

Con la reanudación, el dominio de la posesión pasó al Austria y el encuentro se transformó en un correcalles. Los visitantes se vieron con la imprevista posibilidad de vencer en el Petrovskiy y los locales requerían de los tres puntos, pese a la expulsión de Witsel, tras la derrota en Madrid. Se alternaron las oportunidades de peligro y Lodygin y Lindner mantuvieron hasta el final un 0-0 sorprendente por la cantidad de acercamientos a una y otra portería.

Ni la entrada de Shirokov y Arshavin le valieron para ganar al Zenit, que lo siguió fiando todo al duende de Danny y Hulk. Sin argumentos de peso el Austria se lanzó a por el gol sin éxito. Hosiner, de cabeza, y Anyukov, llegando desde segunda línea, protagonizaron las mejores ocasiones del segundo acto. A la postre, ni unos ni otros lograron deshacer un empate que no satisface a nadie.

Imagen: uefa.com