Ocurrió hace cuatro años y un día, el 18 de noviembre de 2009. El lugar, el mismo que acogerá este partido de vuelta entre Francia y Ucrania, el Stade de France. Francia venía de ganar 0-1 en Dublín, en la ida del playoff de clasificación al Mundial de Sudáfrica, pero los irlandeses no fueron a París precisamente de visita. Un gol de Robbie Keane en la primera parte igualaba la eliminatoria, que necesitaría de la prórroga para resolverse. Cuando agonizaba la primera parte de la prórroga, apareció la mano de Thierry Henry para controlar un balón -destinado a perderse por línea de fondo- y permitir que el astro francés asistiese a Gallas para empatar el partido y lograr la clasificación al Mundial. Francia volvía a estar en un Mundial por cuarta vez consecutiva.

Tras el gris periodo de los años 90 –Les Bleus no se clasificaron para la Eurocopa de 1988 ni para los Mundiales de 1990 y 1994- Francia ha disputado todas las competiciones internacionales hasta el día de hoy, en el que se juega su presencia en la próxima edición de la Copa Mundial de fútbol. Enfrente estará Ucrania, selección a la que los franceses derrotaron en la fase de grupos en la última Eurocopa, disputada parcialmente en Ucrania, pero que ya dejó claro el viernes pasado en Kiev que las cosas han cambiado.

Las estadísticas, favorables a los franceses

Si bien la historia está del lado galo, la actualidad le da la espalda a los de Deschamps si hablamos de sensaciones futbolísticas. Hasta el viernes, Ucrania no había logrado vencer a los franceses en ninguno de los siete encuentros disputados entre ambas selecciones, con un balance de cuatro victorias para Francia y tres empates. Las estadísticas son aún más positivas en los partidos jugados en tierras francesas, donde Ucrania ni siquiera ha logrado marcar:

- 27/03/99 Francia 0-0 Ucrania (Clasificación para la Eurocopa)
- 06/06/04 Francia 1-0 Ucrania (Amistoso)
- 02/06/07 Francia 2-0 Ucrania (Clasificación para la Eurocopa)

Sin embargo, y por suerte, el fútbol es mucho más que estadística y números. Lo cierto es que el viernes los franceses fueron un equipo falto de ambición; un equipo que parecía no haber asimilado lo trascendental de la cita. Ucrania, con mucho menos eco a nivel internacional y, aparentemente, menor nivel futbolístico, no necesitó de una grandísima actuación para imponerse por 2-0 a Les Bleus.

Ni fútbol ni sacrificio

Tendrá que arreglárselas Didier Deschamps para revertir la situación. El planteamiento desplegado en Ucrania no parece ser el más indicado a seguir si los galos quieren darle la vuelta a la eliminatoria. No es que las piezas no fueran las adecuadas –pues hay calidad de sobra en ese once titular alineado en Kiev- sino que falló el engranaje. Pogba-Matuidi trataban de iniciar la jugada muy atrás, a demasiados metros de distancia de la gente de arriba, lo que dificultaba la evolución del juego a través de la posesión. Se suponía que Nasri debía ser el encargado de solucionar dicho problema con sus apariciones entre líneas, pero el jugador del Manchester City también retrasó su posición en exceso hasta la zona de iniciación, por lo que el balón largo fue, durante gran parte del partido, el único recurso del que disponía Francia para tratar de aproximarse al área rival. Y, además, ese recurso pocas veces funcionaba.

El problema es que no sólo es el plano futbolístico lo que hay que cambiar. El viernes se echó en falta mayor trabajo por parte de los futbolistas franceses, pues Ucrania, que en muchas ocasiones atacaba con apenas cuatro o cinco hombres, les generó bastantes dificultades. Si bien representar a tu país ya debería ser motivación más que de sobra –y más jugándote estar en un Mundial- para la selección francesa no parece suficiente, por lo que Deschamps también tendrá que trabajar duro en el aspecto psicológico/motivacional.

En busca del líder

Sabedores de que su selección los necesitaba –y favorecidos por el planteamiento del propio seleccionador ucraniano- Konoplyanka y Yarmolenko asumieron sin temor el reto de liderar a su equipo en el campo y respondieron a lo que se esperaba de ellos. Partiendo desde las bandas, pero con un mayor espectro de acción cuando su equipo tenía el balón, protagonizaron gran parte de las acciones ofensivas de la selección de Ucrania.

Un líder es lo que echa en falta Francia. Como principal candidato al Balón de Oro, algo tendrá que decir Ribéry al respecto, pues pedirle a Benzema tal misión sería casi perder el tiempo. Por veteranía, en el caso de Evra y Abidal, y por su condición de capitán, en el caso de Lloris, estos tres jugadores tienen la misión de guiar a sus compañeros, pero su capacidad de influencia sobre el juego del equipo no es tanta como la de Ribéry, que en teoría debe ser quien lidere a Francia hacia la victoria en este duelo a vida o muerte entre franceses y ucranianos.

Modificaciones obligadas en ambos bandos

En un alocado final de partido, el turco Cüneyt Çakir se vio obligado a mostrar dos tarjetas rojas: a Kucher por parte de los ucranianos y a Koscielny en el bando francés. El primero, por dos amarillas innecesarias–ambas en el tiempo añadido- y el segundo, por agredir al propio Kucher tras la jugada en la que éste recibía su primera tarjeta. Ucrania también cuenta con la baja por acumulación de tarjetas de su lateral Fedetskiy, de forma que ambos seleccionadores se ven obligados a modificar la línea defensiva de cara al partido de vuelta. Es probable que Rakitskiy sea el encargado de cubrir la baja de Kucher y que Husyev entre en lugar de Fedetskiy, mientras que Varane –que no disputó el partido del viernes por molestias en la rodilla- debería ser el sustituto de Koscielny en la zaga.

Con todo esto, hay bastantes opciones de que Fomenko utilice a los otros nueve jugadores que salieron de inicio en Kiev y no sería nada extraño que Deschamps introduzca algún cambio más aparte del obligado por esa mencionada expulsión. Valbuena, en lugar del criticado Samir Nasri, podría ser uno de ellos, con vistas a acortar esa distancia entre los medios y los hombres de ataque cuando el cuadro francés tiene el balón.

Alineaciones probables

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Alonso Gallego
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