La finalización del Mundial femenino Sub 17 de Costa Rica, histórico tras el subcampeonato de las chicas de Jorge Vilda, lleva consigo la presentación del once ideal de la ronda mundialista. 336 jugadoras aterrizaron en el país centroamericano con la intención de ofrecer su mejor versión en un inmejorable escaparate. Todas futbolistas de mucho futuro, en Vavel.com se han seleccionado a las once que seguramente hayan completado un torneo más completo. Cuatro japonesas, tres españolas, dos venezolanas, una italiana y una ghanesa han sido finalmente las seleccionadas.

Mamiko Matsumoto (Japón)

La guardameta nipona fue la menos goleada del torneo. Con tan solo un tanto encajado en cinco partidos, además de manera ya intranscendente para el resultado, apenas tuvo trabajo en Costa Rica, pero siempre se mostró segura cuando hubo que hacerlo. De reflejos felinos, como demostró en el partido ante Venezuela, la japonesa obtuvo de manera merecida el Guante de Oro.

Gladys Amfobea (Ghana)

Uno de los descubrimientos del Mundial. La potente y física lateral derecho ghanesa fue un auténtico quebradero de cabeza para las rivales, tanto defensiva como ofensivamente. Poseedora de un potente chut, anotaría el tanto que prácticamente eliminaba a Alemania del torneo. Subiendo y bajando la banda continuamente, evidenció un poderío físico envidiable.

Silvia Mérida (España)

Aunque una de las más jóvenes de la plantilla española, la central malacitana ha cuajado un Mundial soberbio, acumulando además todos los minutos de la competición, siendo la única jugadora de campo nacional que lo ha conseguido. De menos a más, ha sido brillante al corte, siempre bien posicionada y muy complicada de superar en el uno contra uno. También importante en la salida de balón, posee un futuro brillante.

Rocío Gálvez (España)

Comenzó el Mundial en el banquillo, pero desde el segundo encuentro y hasta la final fue indiscutible en el eje central. Una de las más veteranas del equipo, ejerció como una de las capitanas y se convirtió en la líder de la zaga española. Contundente, solventando las situaciones sin complicarse la vida, férrea en los marcajes y providencial en ocasiones. Seguridad constante y un quebradero de cabeza para las rivales.

Nana Ichise (Japón)

Fue la única futbolista nipona que disputó todos los minutos de la competición (540), incluyendo el intranscendente duelo ante Nueva Zelanda en la fase de grupos. La central se mostró segura de principio a fin, siendo la líder de la defensa y convirtiéndose en el principal baluarte de la perfecta organización de las campeonas. Férrea en el marcaje, inteligente en el posicionamiento y rápida en la toma de decisiones.

Hina Sugita (Japón)

La mejor jugadora del torneo. La excelente mediocentro nipona es el centro de operaciones de Japón. Con y sin balón, todo se movió a su ritmo. Siempre en el sitio adecuado, sabe cómo gestionar cada momento. Gran visión de juego. Galardonada con el Balón de Oro, terminó el campeonato con cinco goles y dos asistencias, lo que también le valió para coronarse como Bota de Bronce. Posee un futuro increíble.

Pilar Garrote (España)

El cerebro de las operaciones en España. La mediocentro del filial del Barcelona cuajó un gran Mundial, perdiéndose únicamente el encuentro de semifinales ante Italia al acumular dos tarjetas amarillas, curiosamente el choque en el que la selección tuvo más problemas en la creación de juego. De gran distribución y claridad de ideas, fue galardonada merecidamente con el Balón de Bronce. Anotó además tres goles.

Manuela Giugliano (Italia)

El cerebro y la clase italianos. Entre tanta organización y táctica transalpina, la talentosa mediocentro cambió con un simple gesto el decorado del encuentro. De envidiable visión de juego y talento innato, fue una de las principales culpables del increíble éxito italiano, que se llevaría la medalla de bronce en su primera participación en un Mundial de la categoría. Terminó con tres goles y dos asistencias. Puro fútbol.

Gabriela García (Venezuela)

Una de las máximas goleadoras del torneo. La espigada delantera venezolana, de zancada imparable, rápidos movimientos y temible olfato goleador, fue clave en las históricas semifinales alcanzadas por las actuales campeonas sudamericanas. Con seis goles (hat-trick incluido ante Zambia) y tres asistencias, compartió la Bota de Oro con su compañera Deyna Castellanos. Aunque muy alta, no es nada torpe con el balón.

Yui Hasegawa (Japón)

La electricidad, los regates imposibles y los vertiginosos cambios de ritmo corrieron a cargo de esta extremo japonesa. Hasegawa cuajó un Mundial sensacional, volviendo loca a su par en cada encuentro y culminando su sublime actuación en la gran final, donde fue el mayor peligro japonés. Con tres goles y tres asistencias, terminó el torneo como merecida Balón de Plata.

Deyna Castellanos (Venezuela)

Antes de la disputa del tercer y cuarto puesto, la joven delantera venezolana tenía asegurada la Bota de Oro. Pero el doblete en ese encuentro de su compañera Gabriela García hizo que tuviese que compartirlo con ella. Con seis goles y tres asistencias en su haber, la chica de apenas 14 años fue una de las claves venezolanas. Una depredadora del área, siempre está en el sitio oportuno. Posee gran poderío en el juego aéreo.

Además de las once futbolistas más destacadas, también hubo grandes sorpresas agradables en Costa Rica en cuanto a nombres propios. Jessie Fleming, Rasheedat Ajibade y la española Sandra Hernández, mostraron su mejor versión y dejaron encandilados al público, siendo esta última la gran revelación del campeonato.

Jessie Fleming (Canadá)

La joven mediocentro canadiense dio un recital de organización y posicionamiento. Pese a su escasa edad ya ha ido convocada con la selección absoluta de su país, hecho que indica el gran potencial que atesora. Con su visión y su brega, fue una de las grandes culpables de que dos favoritas como Alemania y Corea del Norte cayesen a las primeras de cambio.

Rasheedat Ajibade (Nigeria)

Fue la gran “Super Águila” en Costa Rica. En una primera fase inmaculada del combinado africano, la potente atacante fue una de las protagonistas principales, con exhibiciones de calidad, potencia, fuerza y llegada al área. Anotó un gol. Ante España fue secada completamente por las zagueras rivales, pero su aportación en la fase de grupos fue digna de mención.

Sandra Hernández (España)

Quizá la gran revelación del Mundial. Tras casi un año parada por una grave lesión, la mediocentro regresó a la élite del fútbol en el mejor escenario posible. Titular desde el segundo encuentro y hasta la final, la canaria mostró sobre el terreno de juego lo completa que es. Visión, fuerza, potencia, llegada… y hasta gol, más concretamente dos anotaría a lo largo del torneo. También sería partícipe de dos asistencias. Fantástica.

Fotos del cuerpo: EFE.