El hermano gemelo de Kirill Kombarov es una de las sensaciones de la PLR y de la selección nacional de Rusia. Probablemente, Dmitri sea uno de los laterales zurdos más trascendentes del fútbol europeo. Apodado el Jordi Alba ruso, se proyecta asiduamente al ataque con velocidad y profundidad. Es técnico y capaz para el eslalon y tiene un guante en su pierna izquierda. Es un habitual de las jugadas a balón parado y un seguro en las faltas cerca del área y en los lanzamientos de penalti. Además destaca por su buena colocación y sentido táctico en defensa.

Indiscutible e incansable

Ha relegado al mediático Zhirkov al banquillo del combinado de Capello a base de buenas y determinantes actuaciones con el Spartak y su selección. Indiscutible con Rusia, ha disputado prácticamente todo -se ha perdido ocho minutos-, en la fase de clasificación para el Mundial convirtiéndose junto a Shirokov en el jugador más usado por el técnico italiano en sus partidos oficiales. El club moscovita le debe a él su última participación en Champions después que Kombarov anotará un gol y asistiera en otro de ellos en la eliminatoria previa ante el Fenerbahce.

En las tres últimas temporadas en el Spartak ha disputado 97 de los 102 partidos de liga del conjunto capitalino y ha tomado el brazalete de capitán. Lateral con galones, muy poco propenso a las lesiones pese a sus temibles cambios de ritmos y sus largas carreras hasta la línea de fondo, desde donde pone unos centros exquisitos. Acumula 13 asistencias de gol y diez tantos en las dos últimas campañas en las que ha acrecentado notablemente su trascendencia ofensiva.

Lateral con sentido

Dmitri ha actuado muchas ocasiones como volante o interior. Su polivalencia y capacidad también de circulación le convierten en una pieza indispensable en el 4-3-3 de Capello. Suele enquistarse en la zona de medios desde donde ayuda a la organización en la transición defensa-ataque. Ofrece una salida limpia por la izquierda y permite una mayor acumulación de jugadores en el centro en fase defensiva. Por su velocidad, es capaz de recuperar la posición en la línea de zagueros, casi siempre bastante aculada.

Con la más que probable suplencia de Dzagoev, Kombarov es el más talentoso de los rusos y junto a Kokorin y Shirokov, también el más determinante en ataque pese a su retrasada posición. Dmitri es uno de aquellos laterales, casi carrileros, que dan sentido y dignifican su posición sobre el césped tanto en ataque como en defensa y se prolongan con sentido e imaginación y no únicamente por fuerza y velocidad. Es un lateral del siglo XXI. Tiene cartel y un buen Mundial podría catapultarlo a cualquier grande de Europa.