Partido de trascendencia directa tanto para Rusia como para Bélgica, aunque quizás más aun para los primeros por el tropezón inicial contra Corea del Sur en el primer partido. Capello ponía en liza un equipo en el que se presentaban varios cambios con respecto al once del debut. Surgió efecto durante la primera mitad, donde frenaron el potencial ofensivo de Bélgica e incluso tuvieron varias tentativas en forma de oasis atacante frente al dominio de los belgas.

Con Mertens como principal exponente del ataque por parte de los de Wilmots, Kombarov sufría bastante en las tentativas individuales del extremo diestro. Cerca estuvo de encontrar la portería de un Akinfeev que veía llegar el peligro sin tener que aparecer en demasía. Algo que, pese a producirse en menor medida y de forma esporádica, sí tenía que trabajar Courtois. Disparos de Fayzulin y Kannunikov obligaron al cancerbero de los diablos rojos a despejar sendos disparos lejanos en el 11 y el 30 del primer tiempo. Pero la alternativa y oportunidad más peligrosa llegó al filo del descanso con el remate de cabeza por parte de Kokorin desde el área pequeña a centro de Glushakov.

Kokorin tuvo la mejor de Rusia (FOTO: marca.com)

En la segunda mitad las tornas cambiaron, Rusia se hizo con el dominio y Bélgica se veía tan impotente que Wilmots tuvo que modificar algo. Lukaku salió del campo, después de un partido en el que su participación fue ínfima, y entró Origi. No se reflejaron cambios significativos y la segunda mitad transcurría en una alternancia de posesión sin dominio del partido ni posibilidad de crear ocasiones. La calidad diferencial de tres cuartos de campo no se imponía a las zagas bien ordenadas y sin fallos.

Hazard y Origi salvaron a Bélgica

Cuando apenas quedaban diez minutos para el final y el estatismo preponderaba, llegó la jugada más importante del segundo tiempo. Una incorporación de Eschenko desde atrás, después de que Rusia llevase el balón de izquierda a derecha en tres cuartos, permitió al ruso disparar desde la frontal demasiado cruzado. Avisó Rusia y de forma inmediata, a la par que Capello se decidía a atacar con Dzagoev, fue Bélgica en forma de falta desde la frontal quien con un disparo raso potente percutió el palo de la meta defendida por Akinfeev.

Origi es el belga mundialista más precoz en golear

Espoleó la falta ejecutada por Mirallas a los suyos y fue Hazard desde dentro del área de penal el siguiente en probar la fortaleza defensiva exsoviética. Y a la tercera fue la vencida. Una falta en la frontal que pudo ser pitada sobre el mago ruso, Dzagoev, desembocó en un contraataque en el que un mago belga, Hazard dejó en bandeja de plata a Origi el gol desde la frontal del área pequeña. Percutió con potencia quien dejó en evidencia la mentalidad del atacante con vitola de estrella en Bélgica para poner el 1-0. No cesó Hazard, el mismo en otro contragolpe apareció para dejar a Mirallas en boca de gol el segundo pero con distinto resultado al de minutos antes por el pie de Akinfeev.

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