Argelia vive un sueño, algo que difícilmente era imaginable unos años antes, tener a su selección de fútbol en unos octavos de final de un Mundial. Echando la vista atrás, en la edición disputada en Sudáfrica apenas puro arañar un empate a cero, sin marcar gol alguno, completando una triste e insuficiente participación. Desde aquel momento, las maquinarias se comenzaron a engrasar y poner en marcha, pensando a largo plazo en Brasil 2014. Tres largos años trabajando para encarar de la mejor manera este campeonato, y tras llegar a él, alcanzar el objetivo de los octavos de final, haciendo historia e igualado a otros africanos.

Uno de esos conjuntos africanos que también consiguió pasar de la fase de grupos, y en el que todos los argelinos pondrán sus ojos para realizar una comparación, es Marruecos. Cierto es que otros, como Ghana o Nigeria, lo han logrado no hace tanto, pero los vecinos del Magreb son sin duda el rival y a la vez amigo, con el que Argelia debe medirse en la historia.

El primer africano en octavos

El fútbol de África tardó en aflorar a nivel internacional. Hasta 1982 ningún conjunto de este continente había conseguido una victoria en un Mundial ante una selección europea, precisamente fue Argelia quien, en su debut en España 82’ en el Carlos Tartiere de Oviedo, venció a Alemania Federal por 2-1 y despertó la locura e ilusión en el norte de África. Aquel grupo terminó como terminó, con el famoso partido de la vergüenza y el sueño argelino roto en mil pedazos.

Marruecos fue el primer representante de África y del Magreb en octavos de un Mundial

Pero a raíz de esto el fútbol africano se hizo fuerte, y en el siguiente Mundial, disputado en México en 1986, por primera vez un africano accedió a octavos de final, y lo hizo como primero de grupo tras superar a tres conjuntos europeos. Marruecos fue el héroe, empatando a cero ante Polonia e Inglaterra en los dos primeros encuentros, y venciendo a Portugal por 1-3 en los tres siguientes. Los octavos eran suyos, eran los primeros en conseguirlo, y la realidad era aparente, África continuaba creciendo a pasos agigantados.

El camino se truncó en octavos, donde apareció Alemania. Los Leones del Atlas cayeron derrotados por 0-1, pero su hazaña quedó en la memoria. Por su parte, Argelia no guarda grato recuerdo de aquel Mundial. Tan solo pudo arañar un empate ante Irlanda del Norte a un gol, tanto conseguido por Djamel Zidane, jugador que tan solo comparte apellido con el mítico futbolista galo, y que fue el primero en portar dicho nombre en la elástica de su selección en lograr un tanto en un Mundial. Precisamente, este gol era el último que Argelia había conseguido antes del penalti materializado por Feghouli ante Bélgica. Tras este empate, España y Brasil mandaron de vuelta a casa a Argelia, que no pudo superar la fase de grupos, ni lograr una victoria.

Alemania, némesis magrebí

La selección teutona se ha erigido como verdadera enemiga de los conjuntos del Magreb en los mundiales. Primero fue con Argelia, privándola de los merecidos octavos, pactando el resultado con Austria para pasar ambas selecciones europeas hacia los octavos. Después con Marruecos, eliminando a los Leones del Atlas en sus primeros octavos en la edición siguiente.

Y ahora será de nuevo con Argelia, en unos nuevos octavos de final. Los alemanes son claros favoritos, por jugadores y experiencia en estas rondas, pero la ilusión y ganas de vengar a generaciones pasadas no son menos en el bando argelino. El Magreb ha sonreído de nuevo con el pase de Argelia, pero lo volverá a hacer si el equipo de Halilhodzic es capaz de realizar una nueva hazaña, ya que en el fútbol hasta que el colegiado pita el final todo es posible. La cordura invita a pensar en un triunfo cómodo de Alemania, pero los sueños argelinos siguen en pie, con ganas de volver a ilusionar, y con todo un pueblo, orgulloso, por detrás.