Se cumplía la hora de partido en Belo Horizonte cuando Felix Brych decide no perdonar más al 17 brasileño y amonestarle por su última entrada. Mientras, Scolari, en su zona técnica del Mineirao, resopla de nuevo porque ni el partido ante Chile está siendo fácil, ni el pase a cuartos está resuelto a pesar de haberse adelantado temprano en el marcador, ni podrá contar con una pieza importante si logran superar a los pupilos de Sampaoli. Más de una hora después, Scolari respira aliviado porque han conseguido mantenerse vivos, aunque fuera en la tanda de penaltis. "Aquí importa ganar", murmulla. Con los nervios en las pupilas, piensa que bien haría en llamar a su amiga la doctora Regina para que haga una visita al fuerte verdeamarelho visto el nerviosismo reinante. Y de nuevo le viene a la cabeza la mala noticia. Recuerda la amarilla a Luiz Gustavo. A partir de ese momento, Felipão tiene siete días para encontrar al sustituto perfecto de la pieza básica en el centro del campo.

La semana ya ha pasado y no se sabe si Scolari tiene claro a estas horas quién ocupará el puesto del jugador del Wolfsburgo, titular en los anteriores cuatro choques y de los que mejor rendimiento han dado durante el Mundial brasileño. Para entender la trascendencia de Luiz Gustavo bastaría con repasar algunas estadísticas: en el campo en cada minuto de Brasil en el Mundial; acierto en el pase del 90% (el 68,9% de ellos son hacia adelante), es el 11º de todo el Mundial con más kilometros en sus piernas y ha ganado el 71% de los duelos aéreos (1,87 metros de estatura). Se podría seguir dando datos buenos sobre su papel, pero no hace falta. Luiz Gustavo está haciendo un gran Mundial. Juega con criterio cuando le toca, siempre atento sin el cuero.

Las opciones de Scolari

En una línea continuista para el centro del campo y sin querer entrar en la posibilidad de jugar sin delantero centro de referencia o en el cambio de lateral derecho, Scolari podría retrasar a Fernandinho al puesto de Gustavo, sitio que con Pellegrini en el City ha pisado en varios compromisos, y colocar a otro centrocampista por delante. En esta idea, Paulinho, suplente ante Chile, pero titular en la fase de grupos, debería tener más opciones que Hernanes, el otro mediocentro con recorrido de la plantilla, más talentoso y un hombre a tener en cuenta a balón parado, pero a la vez irregular. Así, Scolari sólo sustituiría a un hombre por lo que tocaría menos la columna vertebral. Y además, lo haría con un jugador con muchos minutos en la etapa Felipão como el medio del Tottenham. Otra variante dentro de esta idea sería meter a Dante de titular, adelantar a David Luiz y mantener a Fernandinho como mediocentro de recorrido o segundo volante. Pero ya sería recolocar a varios y no suele ser del gusto de los técnicos reestructurar demasiadas piezas a la vez.

Pero hay dos factores que pueden romper los esquemas. El primero es el rival. Colombia es una selección que acumula varios jugadores de talento por el centro del ataque, buscando, mediante la combinación, distraer y encontrar huecos. Tapar a James, Cuadrado, Teófilo Gutiérrez, Jackson e incluso Abel y Zúñiga obligará a los verdeamarelhos a dar lo mejor de sí en la zona defensiva. Posiblemente, Colombia sea el rival con mayor capacidad ofensiva por el carril central de los que se ha enfrentado hasta ahora el anfitrión. Poblar aún más el medio es una solución. Y ahí entra el pasado y el segundo factor: Scolari ya ganó un Mundial con línea de tres centrales.

El día de Henrique

Fichado en su día por el FC Barcelona, Henrique Adriano Buss (Paraná, 1987) apenas llegó a jugar unos partidos amistosos con la elástica azulgrana. Después de jugar cedido en el Bayer Leverkusen, Racing de Santander, fue repatriado y posteriormente desvinculado del club catalán por el Palmeiras, equipo que entrenaba Scolari. Con su actual seleccionador fue mediocentro en el equipo verdão, aunque volvió a la defensa tras su marcha. El pasado enero le llegó la llamada de Rafa Benítez para iniciar una segunda etapa en Europa en el Napoli. Con el español ha tenido más minutos en el lateral derecho. La polivalencia mostrada en los últimos años y tener de confianza de Scolari le permitieron estar por delante del rojiblanco Miranda para este Mundial.

Y ante Colombia podría llegar su oportunidad. Jugaría su sexto partido como internacional en unos cuartos de final de un Mundial. Y lo haría, según la prensa brasileña, como tercer central. Copiando la figura de Edmilson en 2002, quien escoltado por Lucio y Roque Junior blindaban a Marcos para que después la "Triple R", ayudados por los carrileros, resolviera en ataque. El 3-5-2 que propondría Scolari con Henrique, además de fortalecer esa zona central por donde más hombres concentra Colombia, liberaría a Marcelo y Alves que podrían reencarnarse en Roberto Carlos y Cafú, comparaciones personales aparte.

Como siempre ocurre, entre el negro y blanco y hay una infinitud de grises. La opción mixta más plausible sería mantener el esquema habitual en esta segunda etapa de Scolari (4-2-3-1, en el Mundial transformado en 4-4-1-1) con la inclusión de Henrique imitando a Luiz Gustavo y Fernandinho repitiendo lo hecho ante Chile. Scolari decidirá entre volver al pasado, seguir con el presente, apostar por un inexperto de su confianza o revolucionar todo aún más.