Adivinar una alineación de Holanda en este mundial se antoja tan complicado como descifrar un manuscrito en chino mandarín. En esta ocasión los Oranje salían con su habitual trío de centrales – formado por Stefan de Vrij, Ron Vlaar y Bruno Martins Indi– flanqueado por Daley Blind como lateral izquierdo y Dirk Kuyt, chico para todo, en el sector derecho. Por delante nuevo doble pivote, con Georginio Wijnaldum y Wesley Sneijder, y más arriba Robin Van Persie como punta de lanza, cayendo Memphis Depay a la izquierda y Arjen Robben a la derecha. 5-2-3 claro, sistema que Van Gaal todavía no había tocado en este mundial.

Enfrente todo lo contrario. Quizás el once más estable de toda la competición sea el de Costa Rica. 5-2-2-1 nítido aunque con una modificación con respecto a la disposición habitual. En este caso Joel Campbell se situaba por la diestra dejando a Bryan Ruiz como hombre más adelantado. Cristian Gamboa y Junior Díaz se posicionaban en los laterales y Giancarlo González lo hacía en el centro de la zaga, resguardado por Johnny Acosta – sustituto del sancionado Óscar Duarte– y Michael Umaña. Celso Borges y Yeltsin Tejeda ocupaban la zona central del mediocampo y Christian Bolaños se situaba en banda derecha.

Dominio holandés, peligro a la contra

Foto: Dean Mouhtaropoulos / Getty Images

En este caso el planteamiento de Van Gaal difería considerablemente del observado en el choque de octavos de final ante México. Holanda quería la pelota y buscaba ganar a través del dominio y de la posesión. Durante los primeros diez minutos Costa Rica, cómoda en su posicionamiento, no permitía la entrada en juego del doble pivote rival, obligando a los holandeses a jugar en largo buscando a un muy activo Robben. Incluso Gamboa se permitía atacar a Blind, con un par de incursiones que no pasaron a mayores.

Pero a partir del minuto 20 Holanda comenzó a imponerse. Una primera llegada clara tras una subida de Kuyt puso a prueba a Keylor Navas, con la misma respuesta que se ha visto durante todo el mundial. Vaya portero. Wesley Sneijder comenzaba a agigantar su figura en el rectángulo con una movilidad que recordó su versión de cuatro años atrás y una intensidad a la hora de distribuir y de hacer llegar balones a sus compañeros que hace a uno preguntarse en qué cueva se había escondido este futbolista durante los últimos tiempos.

Pese a todo, el principal peligro de los de Van Gaal proviene de sus recuperaciones en mediocampo o, más bien, de las imprecisiones del rival en dicha zona. A partir de ahí este equipo posee una velocidad estratosférica para llevar el balón hacia Arjen Robben y que el del Bayern la líe. Y es que su nivel y su protagonismo no pueden ser superiores. Desde que las lesiones han dejado de importunarle su importancia ha sido capital en todos los equipos en los que ha jugado pero lo de Robben en este mundial no tiene nombre. Aparece con el balón pegado al pie por cualquier zona del campo mostrando una velocidad endiablada que hace que sea complicadísimo para el defensor llegar a tiempo al cruce. Las ayudas múltiples se hacen imprescindibles para detenerle y en eso hay que reconocer que Costa Rica estuvo muy bien, especialmente en el segundo tiempo. En este aspecto el esfuerzo de Christian Bolaños para ayudar a Junior Díaz y Michael Umaña merece mención especial.

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Volviendo a las contras holandesas, también Memphis Depay tuvo su importancia en la primera mitad aunque sin la continuidad deseada. Bastante menos acierto el de Robin Van Persie, que solo brilló contra España y fue de lo más gris de su equipo en este partido.

A todo esto, de Costa Rica en ataque apenas había noticias. Borges y Tejeda no llegaban para apoyar y las contadas subidas de los laterales solamente encontraban a Ruiz, Campbell o Bolaños para continuar la jugada. El trío de centrales Oranje no tenía problemas para controlar las débiles acometidas ticas, facilitando incluso que Dirk Kuyt quedase liberado de estas tareas para incorporarse al ataque por banda. Blind, en cambio, apenas subía, quizás mediatizado por un Depay un poco más encasillado que Robben en el otro flanco.

Las estadísticas dicen que Tim Krul no es un gran portero deteniendo penaltis

El único peligro generado por los de Pinto en el primer tiempo llegó a balón parado. Curioso que un equipo de la CONCACAF que no se llame México ni Estados Unidos domine aspectos tan tácticos como las jugadas de estrategia o la línea del fuera de juego. Su tradicional carácter alegre y desenfadado se veía plasmado en el terreno de juego en otras Copas del Mundo de manera muy diferente, mostrando debilidad precisamente en ese tipo de apartados. Claro indicador de evolución. Pese a ello el primer tiempo finalizaba con la sensación de que Holanda era muy superior y que el gol acabaría cayendo. Un libre directo de Wesley Sneijder era rechazado por Keylor Navas, que no parecía dispuesto a fallar tampoco en este partido.

Control tico... con ayuda de los palos

Tras el descanso no hubo ajustes tácticos aunque Costa Rica pareció tomar aire en los vestuarios, buscando presionar un poco más arriba y tratando de empujar hacia atrás a Kuyt con alguna cabalgada de Junior Díaz por banda izquierda. Lo cierto es que conforme avanzaban los minutos los ticos parecían más asentados y Holanda generaba cada vez menos peligro. Enorme despliegue físico de Borges y Tejeda, tratando de controlar un centro del campo gigantesco y de insuflar oxígeno a sus compañeros. Impresionante Giancarlo González, el comandante de la zaga tica no cometió ni un solo error en el cruce además de dirigir con un acierto extraordinario la táctica del fuera de juego, irregularidad en la que Holanda cayó en 13 ocasiones. Fenomenal el trabajo en el segundo tiempo, oscureciendo a Sneijder, controlando a Robben con innumerables ayudas y bloqueando absolutamente a Van Persie.

Lo de Robben en este Mundial no tiene nombre

Pinto se jugó la carta de Ureña por Campbell, que no encontró socios para hacer daño a la zaga Oranje. Mientras, Van Gaal sustituía a Depay por Jeremain Lens, buscando revitalizar el sector izquierdo. Los últimos diez minutos vieron cómo Holanda volvía a despertar, a raíz de un golpe franco magníficamente ejecutado por Sneijder y que se estrellaba en el palo. Costa Rica palidecía y los de Van Gaal recuperaron el tono de la primera parte, disfrutando de dos clarísimas ocasiones antes de que se cumpliera el tiempo reglamentario. Pero la heroicidad de los ticos bien valía una prórroga y el travesaño les volvía a echar una mano en el minuto 94.

Enorme Robben, como en todo el mundial (Foto: Dean Mouhtaropoulos / Getty Images)

El todo por el todo

Nada cambió hasta el intermedio del tiempo extra. En ese momento Van Gaal mostró una vez más que en este mundial cualquier sistema vale en función del momento que toque afrontar. En este caso tocaba retirar a Bruno Martins Indi para introducir un nueve puro como Huntelaar. El 5-2-3 se transformaba como por arte de magia en un 4-2-4. La intención estaba clara, evitar la tanda de penaltis. Sin embargo fue Costa Rica la que primero pudo llevarse el gato al agua, con Ureña y Bolaños llegando por fin con claridad al área de Cillessen. En el 117 la tuvo Ureña aunque dos minutos después era Sneijder el que volvía a estrellarse en el larguero. Dos equipos que querían ganar y que lo demostraban en el campo. Uno con una mayor variedad de recursos, el otro con una estrategia a piñón fijo y dejándose el alma. Un espectáculo grandioso que merecía un final especial.

La última anotación de Louis

Foto: Jamie McDonald (Getty Images)

La jugada de Van Gaal para la tanda de penaltis fue maestra. Durante más de un cuarto de hora había estado calentando Tim Krul aunque bien podía tratarse de un farol. De eso nada, probablemente fue esta la decisión más táctica del nuevo técnico del Manchester United en todo el Mundial. Hay guardametas que dominan unos apartados del juego con mayor seguridad que otros. Las estadísticas dicen que Tim Krul no es un gran portero deteniendo penaltis, aspecto que probablemente desconocía Costa Rica. Pero sí se trata de un portero alto y con un poder de intimidación muy superior al de Jasper Cillessen, a quien únicamente lleva un año pero cuya apariencia más próxima a la adolescencia asusta menos. Los futbolistas son personas y no debe ser fácil manejar el autocontrol en una muerte súbita con unas semifinales de la Copa del Mundo en el horizonte. Por ahí se puso a trabajar Tim Krul, tras sus primeros 30 segundos como mundialista.

El guardameta del Newcastle adivinó la intención de todos los lanzadores ticos, deteniendo las penas máximas ejecutadas por Bryan Ruiz y Michael Umaña. Además del efecto psicológico negativo para sus rivales se produjo otro positivo en sus compañeros, quienes lanzaron con una potencia y colocación extraordinarias – Van Persie aparte – sus lanzamientos. Keylor Navas no pudo hacer absolutamente nada. Van Gaal sorteó de esta manera dos leyes no escritas sobre los penaltis. La primera, el que primero lanza es el que gana. La segunda, el que más busca los penaltis se acaba llevando el gato al agua. Ninguna de las dos condiciones las cumplía Holanda pero ganó, vaya si ganó.

Candidata a todo

Aun con todo esta selección costarricense será recordada durante mucho tiempo. Es prácticamente imposible hacer más con menos y han logrado soportar a una selección muy superior hasta el punto de colocarla en una muerte súbita. Heroicos y, sin duda, grandísimos triunfadores. Enorme trabajo de Jorge Luis Pinto. Holanda continúa su camino, curiosamente en el encuentro en el que no ha logrado marcar ha demostrado que de verdad es candidata al título. Con tantas variantes y tal capacidad de adaptación al medio esta selección tendrá respuesta para cualquier obstáculo que se interponga en su camino. Si Sneijder mantiene el tono mostrado en Salvador de Bahía ganar el mundial es posible, a estas alturas nadie duda de que Robben y, especialmente, Louis Van Gaal están finos, pero que muy finos.