No se habla de otra cosa. Ni la gran primera parte de Brasil frente a Colombia, ni el polémico arbitraje de Velasco Carballo, ni siquiera la sanción de Thiago Silva. No hay nada que haya podido eclipsar la noticia de la semana, que no es otra que la lesión de Neymar. Su choque con Zúñiga en los instantes finales de los cuartos de final hizo saltar todas las alarmas, y el parte médico que salió pocas horas después confirmó los malos presagios. Con el crack brasileño fuera de combate entre uno y dos meses, los suyos deberán afrontar lo que les queda de Mundial sin la figura que les había liderado hasta ahora. ¿Serán capaces de salir adelante?

No hay duda de que la de Neymar es la baja de la que más puede resentirse el conjunto de Scolari. El del Barça se ha ganado ser el ídolo indiscutible de la hinchada brasileña gracias a sus enormes actuaciones, de las que ahora tendrán que prescindir. Más allá de sus goles (el 40% de los de su selección en el campeonato), sus regates, y su desborde, Neymar acapara todo el juego ofensivo de Brasil. No hay ataque que no pase alguna vez por sus pies, y no hay un solo jugador que vista la elástica amarilla que reciba un balón y no levante la cabeza buscando al número 10.

Brasil perderá gol, desborde, regate y, sobre todo, a su faro guía en ataque

Pese a que el nivel espectacular con el que deslumbró al mundo en la fase de grupos parecía haber desaparecido en cuanto llegaron las eliminatorias, su liderazgo continuó siendo indiscutible, como quedó en evidencia en el discurso que dio a todos sus compañeros en la previa de la tanda de penaltis ante Chile, o en el hecho de que asumiese el último lanzamiento de la misma. Ahora todo eso ha desaparecido de la selección brasileña, y habrá que ver si hay alguien que sea capaz de asumir ese rol que ha quedado vacío.

El dilema de Scolari: encontrar sustituto

Más allá de cómo podrá afectar moralmente al equipo, la gran duda es a quién pondrá Scolari en el once inicial en el lugar que ha quedado vacío. A priori, la lógica invita a pensar que Felipão optará por cambiar hombre por hombre y situar en el puesto de Neymar a un jugador de similares características, requisito que cumplen tanto Willian como Bernard. El primero podría aportar algo más de intensidad al ataque brasileño, y parece algo por delante de su compañero en cuanto a valoración del entrenador, pues, pese a arrancar el torneo un paso por detrás, ha sido el único de los dos que ha jugado minutos una vez acabada la fase previa. Por su parte, Bernard contribuiría con su habilidad en banda, pero pese a haber entrado como revulsivo en los dos primeros partidos de su selección, no ha vuelto a disputar ni un solo minuto desde entonces y parece estar pagando su irregular temporada con el Shakthar.

Sin embargo, las opciones no acaban ahí. Este Mundial ha demostrado que Scolari no tiene reparos a la hora de echar a su equipo atrás a pesar de contar con la condición de locales y del famoso "jogo bonito" del que han presumido históricamente los cariocas, lo que abre la puerta a un posible cambio de sistema en el que sea un mediocentro quien sustituya a Neymar, pasando del 4-2-3-1 a un 4-3-3. En vista de que será Alemania quien con toda seguridad llevará el peso del partido, un trivote que permita adelantar la presión para robar arriba y coger descolocada a la lenta defensa germana podría ser una solución puntual. En este caso cabrían dos soluciones, Ramires, el más versátil y llegador de los medios brasileños, y Fernandinho, quien ya realizó una gran actuación supliendo a Luiz Gustavo ante Colombia y podría dar aún más consistencia ante el juego de toque de los de Löw.

¿Y qué hay de un cambio más ofensivo? Parece muy poco probable, pero ¿y si Scolari decide combatir la altura de los centrales alemanes buscando su lentitud situando a Jo junto a Fred para que busque desmarques en largo y quedarse solo ante Neuer? Cuesta imaginarse a Brasil formando con un 4-4-2 en la semifinal que se avecina, pero situar a Fred como referencia y a Jo moviéndose por el centro del ataque para desarrollar un juego más directo ante la pausa y el toque germano podría ser otra opción a tener en cuenta por el seleccionador brasileño.

Las claves: los actores secundarios y la unidad de grupo

No obstante, independientemente de quien sea el encargado de sustituir al crack de la selección, es evidente que hay jugadores que deben asumir un nuevo rol para guiar a Brasil hasta la final. Tanto Óscar por su calidad técnica como Hulk por su potencia física pueden y deben dar un paso adelante para convertirse en los referentes del juego ofensivo de la canarinha, paso que es ahora más necesario que nunca. El del Zenit de San Petesburgo ya se echó el equipo a la espalda en el duelo de octavos de final frente a Chile, en el que, ante el flojo partido de Neymar, asumió galones y se convirtió en una pesadilla para la zaga chilena a base de desbordes, disparos, e incluso un gol que finalmente no subió al marcador. Con la asignatura ya aprobada, le ha llegado la hora de la reválida. Los actores secundarios deberán asumir ahora el protagonismo en Brasil.

Óscar y Hulk deberán asumir los galones que han quedado sin dueño

Pero hay que dejar de mirar a la selección brasileña y miremos al pasado. Si se echa un vistazo a la historia del fútbol se puede ver que está llena de equipos que se crecieron ante la ausencia de su estrella y acabaron triunfando. Se puede pensar, por ejemplo, en la selección española de fútbol en la Eurocopa de 2008, y en cómo tras la lesión de Villa, pichichi del torneo, en la semifinal ante Rusia, el equipo dio lo mejor de sí para llevarse el campeonato con un juego espectacular. Pero no hace falta irse tan lejos; esta misma temporada el Real Madrid ganó la final de la Copa del Rey sin Cristiano Ronaldo, lesionado, y el Atlético de Madrid logró en el Camp Nou el empate que le hacía falta para llevarse La Liga con Diego Costa y Arda Turán siendo atendidos en el banquillo.

El momento de la lesión. (Foto: sport.es)Incluso en otros deportes este hecho no es del todo extraño. ¿Quién no vio conmocionado como Pau Gasol abandonaba la cancha en aquella semifinal del MundoBasket 2006 para luego disfrutar sorprendido del recital que los demás jugadores dieron ante Grecia en la final? No hacen falta más ejemplos para ver que cuando un grupo demuestra solidez es capaz hacer valer su unión y fortaleza ante la ausencia de su líder para salir adelante. La baja de Neymar será una motivación más para un grupo ya de por sí mentalizado en que sólo vale la victoria, y les hará salir a dar el 110% ante Alemania.

No cabe duda de que la baja de Neymar es la peor que podrían haber sufrido los cariocas, pero eso les abre un enorme elenco de posibilidades y de sustitutos de cara al partido más trascendental que la canarinha ha jugado en muchos años. Que otros jugadores asuman los galones que han quedado sin dueño y que, lejos de suponer un golpe anímico, la lesión sirva para unir y motivar al equipo será indispensable para que Brasil esté un paso más cerca del ansiado sexto Mundial. Muchas son las dudas que han surgido. La respuesta, en cuanto Marco Antonio Rodríguez dé el pitido inicial.