Tras unos días de reflexión y en la víspera del último partido de la selección brasileña en este Mundial que ha disputado como anfitrión, compareció ante los medios de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) el hombre en el que se escenificó la tristeza de los jugadores cariocas.

David Luiz comenzó refiriéndose al estado de ánimo del un bloque "que no está feliz", ya que ambionaba "ser campeón del mundo, darle una alegría" a su afición. Pese a no poder darse tal situación, el central advierte de que "hay que acabar con dignidad", volviendo a hacer referencia a una 'torcida' que merece "acabar en el podio por todo el apoyo que dieron".

Antes de hablar de ese último compromiso contra los neerlandeses, tuvo un último guiño a quien hizo que este Mundial fuera "muy lindo" fuera del campo. Llegando a afirmar que "se volvió a ver la alegria del pueblo de apoyar a la selección y sin ninguna duda, creo que se juega para eso".

Ya para acabar su intervención ante los micrófonos de la CBF, anunció lo que cree será "un gran partido" frente a "un gran equipo, que tampoco está feliz" por estar fuera de la final de Maracanã. Acabando por advertir de que los holandeses "también van a luchar para llevar una medalla para sus familiares, para Holanda".

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