Mascherano, Robben y James Rodríguez se quedan sin un galardón, que más que Messi, debieron llevárselo ellos. El centrocampista argentino subió al palco de ganadores para recibir un trofeo entregado por Dilma Rouseff, acompañado de Neuer, gratificado con el Trofeo Yashin que le acredita como mejor guardameta del Mundial, aunque la gama de elección esta vez era amplia.

Una vez más, las controvertidas decisiones de la FIFA ponen en entredicho la valía de estos premios. Messi, a años luz de estar al nivel requerido, se ha llevado un trofeo que, ciertamente, debía haberlo ganado otro. El inconmensurable torneo de Mascherano era justificación digna para que El Jefecito se hubiese llevado la palma, o incluso Müller, que aunque ha cuajado un partido bastante discreto, llevó la batuta de una selección teutona triunfante en la prórroga. Sus goles le han encumbrado como uno de los mejores shooters del Mundial, cerca de arrebatar el puesto a James Rodríguez, la revelación colombiana y quizá, también digno merecedor de la estatua dorada.

Messi
Messi con el Balón de Oro. (Fuente: Clive Rose | GYI).

Por otra parte, la inclusión de Lionel como capitán del combinado latinoamericano es también cuestionable. Los partidos que juega con la zamarra albiceleste suelen ser mucho más decepcionantes que los que juega con la azulgrana, sin embargo, el brazalete de comandante lo atesora él en vez de algún otro compañero que resulta ser más clave como el propio Mascherano, hoy profesor inmejorable de la pasión que profesa Argentina sobre el terreno de juego. Es cierto que ha salvado a Sabella de ser abucheado en muchos partidos, como frente a Bosnia en la Fase de Grupos, pero a partir de Octavos, el de Rosario ha estado desaparecido en combate. Los comentarios no se están haciendo esperar.