Alemania no falló en la gran final y se impuso a Nigeria en la prórroga. La delantera Petermann firmó el tanto que a la postre resultaría definitivo y permitiría a las germanas igualar a títulos con Estados Unidos (tres). Las africanas firmaron un gran torneo pero no pudieron imponerse en el partido decisivo a unas germanas que tenían claro el objetivo que perseguían en Canadá.

Petermann celebra el gol. | Foto: FIFA.

Aunque Nigeria contó de nuevo con una brillante Oshoala, la mala fortuna no sonrió al conjunto africano, que se encontró con una desafortunada jugada cuando el tanto verde parecía llegar. La citada Oshoala, que ya antes protagonizaría un par de buenas ocasiones, remató a portería, Kämper salvó como pudo, el rechace le cayó a Ihezuo, quien remató de cabeza. Cuando el esférico estaba cerca de cruzar la línea de gol, el pie de Ayila (que estaba en fuera de juego) evitó un gol más que cantado. Una jugada extraña que condicionaría el triunfo final.

Alemania no falló en la que tuvo. Ya en la prórroga, y con un esférico robado y conducido por Bremer, Petermann armaría la pierna tras recibir el pase de la muerte. La final quedaba sentenciada y el título viajaba para Europa. Oshoala tuvo ocasiones para haber podido mudar el decorado, pero finalmente el electrónico no se movería más y la corona se tiñó de blanco.

Las germanas volvían a lo más alto cuatro años después en un Mundial Sub-20, presentándose además en las tres últimas finales. En total, las pupilas dirigidas en este evento por Maren Meinert, acumulan históricamente tres títulos, los mismos que cuelgan en la espalda de Estados Unidos. Hasta la fecha, tan solo Corea del Norte ha podido sacudirse el dominio de las dos grandes potencias mundiales.

Precisamente las coreanas sucumbieron ante Francia, quizá la mejor selección del torneo, en la lucha por el tercer y cuarto puesto. El golazo de Diallo, para enmarcar. De esta manera, las asiáticas consiguieron la cuarta posición tras dos años sin aparecer por semifinales y las galas, la tercera, firmando así la mejor clasificación de su historia.

Francia, tercera clasificada. | Foto: FIFA.

La selección francesa, pese a todo, se llevó parte de los premios individuales. La central MBock Bathy, mejor jugadora del Mundial Sub-17 2012, consiguió el Balón de Plata, y la centrocampista Claire Lavogez, el de Bronce. Ambas cuajaron un gran torneo, la primera convirtiéndose en un muro infranqueable e incluso aportando ofensivamente, y Lavogez destacando en labores ofensivas y visión de juego.

Pero ninguna pudo con Asisat Oshoala. La nigeriana se convirtió en Canadá en la mejor jugadora del torneo. Sus actuaciones cargadas de potencia, físico, calidad técnica y velocidad, la proclamaron como Balón de Oro del torneo. Además, sus siete goles la galardonaron también con la Bota de Oro.

Alemania tuvo en los siguientes premios individuales su recompensa al trabajo colectivo. Pauline Bremer (cinco goles y seis asistencias) y Sara Däbritz (cinco goles y dos asistencias) consiguieron las Botas de Plata y Bronce, respectivamente; mientras que la guardameta Maike Kämper levantó el premio a mejor guardameta del campeonato, con seis goles en contra y 26 intervenciones.