Sabor de Copa África. Aroma de fútbol en estado puro. Argelia y Etiopía daban el pistoletazo de salida al Grupo B de la clasificación para el campeonato africano. El técnico de Argelia, que no ha querido deshacer el gran bloque que creó su predecesor, Vahid Halilhodzic, situó un 4-4-2 en el campo con todos los grandes nombres. Medjani y Belkalem, pupilos del bosnio en Turquía, ocupaban el eje de la zaga, consolidando una pareja de centrales que parece mandar al banquillo, y quizás poner punto y final, a Bougherra, héroe ante los antílopes en el último encuentro entre ambos. Pero la dinamita estaba en el ataque, Feghouli, Brahimi, Soudani y Slimani, palabras mayores.

El choque comenzó con un gran rugido de la grada, que no paró de animar en ni un solo minuto. Etiopía, haciéndose fuerte, salió a por todas. Saladin Said tuvo la priemra gran ocasión, pero apareció M’Bolhi para mandar el cuero a córner ante el disparo cercano del delantero local. Sin embargo, el control del cuero y la posesión era de Argelia, que ya ha demostrado que puede tutear a cualquier rival. Los etíopes, peor colocados sobre el verde, tan solo podían buscar jugadas aisladas o salidas rápidas.

Pero las ocasiones eran de Saladin Said, en otra gran jugada individual, cruzó en exceso el cuero, marchándose su disparo desviado de la portería de M’Bolhi. Las salidas a la contra de Etiopía, junto con los cánticos de la grada, ponían en serios aprietos a Argelia, que no encontraba la vía para hacer daño en campo contrario. El capitán local despertaba la pasión en los aficionados y hacía peligrar el encuentro para los argelinos.

Sin embargo, la magia de Brahimi no podía faltar a la cita. El jugador del Oporto dribló en la frontal, dejó sentados a varios rivales y abrió para Soudani. El versátil delantero centró, el balón tocó en un rival y se coló en la portería. Un gol, con algo de suerte, pero en el mejor momento para lograrlo, a la media hora de juego y cuando Etiopía se encontraba más cómoda. Slimani, en boca de gol, vio en primera persona como el esférico cruzaba la línea. A partir de ese momento el encuentro solo tuvo un sentido, un protagonista. Argelia dominó y contemporizó el final de la primera parte, haciendo bueno un solitario gol en terreno enemigo.

Etiopía llama a la puerta

En los segundos 45 minutos, Argelia pecó de conformismo. Con el encuentro totalmente dominado, dejó que su rival fuera ganando metros, defendiéndose en campo propio y cediendo el cuero. Saladin, de nuevo, era el futbolista que más peligro llevaba. Los centros se sucedía, pero la pareja de centrales de Argelia se mostró muy segura por alto, rechazando todas las intentonas locales.

El choque era de ida y vuelta, ataques de Etiopía y contras de Argelia. Brahimi pudo sentenciar, en una acción de suma calidad, con pared incluida con Soudani, pero Jemal evitó el segundo gol de los Zorros del Desierto. Los antílopes lo jugaban todo a los envíos aéreos, y llegaron con vida a los minutos finales. Saladin una y otra vez, remates desviados, tiros cortados por los defensas y centros atrapados por M’Bolhi. El ariete local, a pesar de aparecer en repetidas ocasiones, no tenía su tarde, marrando numerosas ocasiones para hacer un par de goles y dar la vuelta al electrónico.

Y cuando se perdona, se acaba pagando. Brahimi no falló, en su segundo mano a mano, y batió a Jemal con sutileza, colocando el segundo en el marcador y dando los primeros tres puntos a su selección. Lo hizo cuando restaban poco más de cinco minutos y Etiopía ya había lanzado su última ofensiva. Con el tanto, Brahimi se creció, más si cabe, y dejó detalles de jugador diferente, pisando el cuero, regateando y bailando al compás.

M’Bolhi, muy seguro todo el encuentro, no quería faltar a la cita, e impidió el tanto local en una parada de reflejos felinos. Algo que ya noqueó del todo a Etiopía, mientras el reloj marcaba el minuto. Pero aún quedaba algo por hacer en el partido, faltaba el gol de Saladin. El ariete etíope lo logró desde el punto de penalti, en el cinco de añadido, tras un pequeño empujón de Mesbah. Así, en un gol que de poco sirvió, cumplió con su cita. Tres puntos para Argelia, y problemas para Etiopía. Los de Gourcouff se estrenan con victoria, con un juego regular, aunque con lagunas durante la segunda parte, y un bloque consolidado, con Brahimi como estrella.