El nuevo estadio del equipo de Futbol Americano de los 49’s de San Francisco, fue estrenado por México y Chile en un partido amistoso que sacó chispas de principio a fin. Los dirigidos por Miguel Herrera iniciaban una nueva era rumbo a Rusia 2018 mientras que los comandados por Jorge Sampaoli querían refrendar el alto nivel futbolístico que demostraron en Brasil 2014.

La selección azteca tenía varias bajas importantes, como la de Javier Hernández, nuevo refuerzo del Real Madrid, así como la de Raúl Jiménez y Rafael Márquez quienes habían pedido no ser convocados para agarrar ritmo en sus respectivos equipos. Por parte de los andinos, todas sus estrellas (incluidas Vidal, Bravo y Alexis) estaban en la cancha y con ganas de dar un agradable espectáculo.

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Y eso sucedió desde el silbatazo inicial. Chile fue el que empezó a presionar en los primeros minutos. Sobre todo en los pies de Sánchez que desbordaba a quien se le pusiera enfrente. Pero los mexicanos no sucumbieron ante el talento del chileno y con Hector Herrera de su parte también tomaron cierta posesión de balón.

Al minuto 16, Millar estuvo a punto de abrir el marcador por los sudamericanos con un gran cabezazo que el arquero Ochoa del Málaga atajó soberbiamente. La respuesta vino por parte de Vázquez al 21, que disparaba y el rechace le quedaba a Peralta, quien no podía empujar el balón para mandarla a las redes, a pesar de la buena ubicación.

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En el minuto 32 una importante para los aztecas: gran centro de Ponce que Oribe peina y le queda a Dos Santos que, por la premura y la rapidez del balón, no decide correctamente y se le va una oportunidad importante enfrente del arco y con Bravo a su merced. El primer tiempo termino con la esperanza que el complementario sería de poder a poder.

Y fue en los pies de Sánchez que Chile tuvo la jugada grande al 55’. La figura del Arsenal filtra un pase que no puede rechazar el defensa mexicano y le queda a Millar que dispara con potencia pero Ochoa de nueva cuenta detiene el peligro. Por muy poco los de Sampaoli mojaban.

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Pero la contraofensiva de los mexicanos fue mucho más peligrosa. Primero fue Dos Santos que tuvo todo para marcar pero en su recorrido se lesionó y tuvo que ser sustituido. Después, una jugada al 66’ con Javier Orozco ya en la cancha que falla de manera monumental y el mismo jugador al 79’ que Bravo contuvo con personalidad.

Después de eso, los dos equipos se agotaron físicamente y creativamente y dejaron que los últimos minutos pasaran para que el árbitro pitara el silbatazo final. Un encuentro que les da mucha tela que cortar a las dos escuadras. Pero sobre todo, que les da mucha esperanza a sus aficiones de que serán contendientes en sus próximas competencias.