El City se congela en su visita al CSKA

De prestado en el Arena Khimki, debido a las obras de construcción de su nuevo estadio, y a puerta cerrada, con motivo de la sanción impuesta al club ruso por parte de la UEFA tras los cantos racistas de los aficionados moscovitas en su visita al Olímpico de Roma, recibía el CSKA al Manchester City. Una serie de condicionantes que otorgaron al encuentro un ambiente bastante frío al que la temperatura que presentaba la ciudad rusa a la hora del arranque, unos -2ºC, no ayudó en absoluto.

Ambos conjuntos llegaban muy necesitados de la victoria puesto que el City sólo contaba con 1 punto sobre 6 posibles y el CSKA aún no había puntuado. Si no querían dejar escapar a Bayern y Roma, tenían que empezar a sumar de 3 en 3 cuanto antes.

En los locales, su principal baza ofensiva, el marfileño Seydou Doumbia inició el partido desde el banquillo debido a unas molestias físicas. Por el contrario, en los visitantes era titular un Kun Agüero que venía enrachado tras haber anotado los 4 goles de su equipo en la victoria por 4-1 sobre el Tottenham del pasado fin de semana.

Los rusos, peligrosos a la contra

El CSKA, en fase defensiva y amparado en su defensa de cinco, replegaba a todos sus hombres menos a Musa por detrás del balón e intentaba aprovechar la velocidad del nigeriano a la contra con Tošić, Milanov y Natcho ejerciendo de lanzadores.

Precisamente mediante el contragolpe llegó la primera aproximación de los moscovitas. Cuando el reloj marcaba el minuto 6, Natcho trazó un buen pase en largo en busca de la carrera de Tošić. Eliaquim Mangala, flamante nuevo central del City, se anticipó al serbio pero su mal rechace, al centro, lo recogió un Musa que chutó con todo el alma pero al que le falló la puntería.

Los locales seguían fieles a su plan y, tres minutos después, dieron otro buen susto al equipo del Ingeniero. Tras una contra fulgurante, Zoran Tošić, con esa zurdita tan buena que tiene, a punto estuvo de batir con un latigazo lejano a un Joe Hart que respiró aliviado cuando vio que el esférico no cogía portería.

Se hacía de rogar la primera ocasión clara de los citizens. Una acción que no llegaría hasta el minuto 12 cuando a punto estuvo Zabaleta de abrir la lata tras un genial pase de Touré. El lateral bajo el cuero, recortó hacia la izquierda y, con su pierna mala, conectó un zurdazo que salió a escasos centímetros de la meta defendida por Igor Akinfeev.

Se tanteaban ambos conjuntos en la fría noche moscovita. No tenían el balón, pero la sensación de peligro en los primeros 25 minutos corría a cargo del equipo del ejército ruso.

Silva rompe el partido con su magia

El choque bordeaba la media hora de juego cuando el cuero cayó en los pies de David Silva. El ex jugador del Valencia levantó la cabeza y se sacó de la chistera un sensacional pase al hueco para Džeko que, en su mano a mano con Akinfeev, decidió ceder el balón para Sergio Agüero, que no tuvo más que empujar el balón a puerta vacía. Se adelantaban los visitantes en un encuentro en el que estaban sufriendo. Fernandes, que se quedó enganchado en su lateral, rompía el fuera de juego del bosnio y facilitaba el tanto inglés.

No le sentó nada bien el tanto a los locales, se veían desbordados y se intuía que el segundo tanto de los de Manchester podría llegar más pronto que tarde.

Y así lo hizo. A ocho minutos del descanso, Yaya Touré encontró con un magistral envío a Pablo Zabaleta (que estaba en claro fuera de juego), el argentino cedió de cabeza para el Kun, cuyo centro chut empujó Milner a las mallas. En apenas diez minutos mágicos el partido se le ponía más que de cara al conjunto sky blue.

Kolarov estaba siendo un puñal por la izquierda y sus peligrosos centros eran un quebradero de cabeza para los rusos. En la jugada inmediatamente posterior al segundo tanto, un gran centro raso del serbio fue rematado al poste por James Milner, que a punto estuvo de sellar su doblete en el encuentro de esta tarde. Previamente al remate del inglés, los de Manchester reclamaron un claro penalti de Ignashevich sobre Edin Džeko. El árbitro húngaro, István Vad, no apreció nada punible y el Manchester City perdió la oportunidad de rematar a un CSKA que se tambaleaba sobre la lona.

En esas llegó el descanso, con la sensación de que el City tenía el partido en su mano y que sólo era cuestión de tiempo que llegase la sentencia sobre un rival que había encajado terriblemente mal los tantos visitantes.

Slutsky se encomienda a Seydou Doumbia

Con nada que perder y mucho que ganar, Slutsky retocó su conservadora formación inicial y retiró a Alekséi Berezutski para dar entrada a su goleador más fiable, Seydou Doumbia. El técnico ruso buscaba la reacción de la mano del genial jugador costamarfileño, que pasaría a formar la pareja de ataque con el también africano Musa, si bien éste último acabaría por ocupar la banda izquierda en el nuevo 4-5-1 de los de Moscú.

Doumbia, que arrastraba molestias físicas, recibió la tarjeta de visita de Fernando en un contraataque de los de Slutsky. El Pulpo se fue con la tarjeta amarilla y Doumbia tuvo que ser atendido durante algunos minutos.

El City había salido dormido, era incapaz de matar a los rusos a la contra y, además, veía como el peligro rondaba su área cada vez con más frecuencia. Eremenko, con un extraño escorzo, a punto estuvo de batir a Hart desde fuera del área, pero su lanzamiento se fue unos centímetros por encima del marco defendido por el internacional inglés.

Quien sí que conseguiría reducir la brecha en el marcador fue un Seydou Doumbia que hizo buena la modificación de su míster en el descanso. La conexión africana del CSKA funcionó y, tras un muy buen centro de Musa, el ariete costamarfileño empujó el cuero al fondo de las redes. Quedaba una media hora de juego y el partido había vuelto a cobrar vida. Inmediatamente, Slutsky volvía a mover el banquillo y daba entrada a Efremov por un fatigado Tošić.

Viendo que habían perdido el dominio en el centro del campo, Manuel Pellegrini decidió realizar dos modificaciones. Primero cambió a Navas por Džeko en el 71 y, 6 minutos más tarde, sustituyó a Silva para dar entrada a un Fernandinho que formaría el trivote del mediocampo sky blue junto a Fernando y a Touré. El ex del Sevilla se posicionó en la banda derecha y Milner pasó a reforzar la banda izquierda.

El batacazo final

El Manchester City no estaba sabiendo controlar un partido en el que había llegado al descanso con dos tantos de renta, no creaba peligro y, por tanto, era incapaz de rematar a su rival. Y como suele pasar en estos casos, al final lo acabó pagando caro.

Corría el minuto 84 cuando, a juicio del colegiado húngaro, Kolarov derribó en el área visitante a Seydou Doumbia. István Vad no lo dudó y, ante la atónita mirada de los citizens, señaló el punto fatídico. Muy discutible la decisión del trencilla. Bebras Natcho no falló en la ejecución y batió a un Joe Hart que si bien acertó la dirección del lanzamiento, no pudo alcanzar el esférico ajustado a su poste izquierdo.

Manuel Pellegrini, consciente de la necesidad de la victoria, deshizo inmediatamente el trivote que había formado previamente y dio entrada a Jovetic por Fernando. Se encomendaba el chileno al montenegrino, pero no habría tiempo para más.

El partido agonizaba. En el minuto 89, Doumbia, al que la entrada de Fernando en el minuto 57 le acabó pasando factura, dejó su sitio en el once a Cauna. Podía estar satisfecho el tenaz delantero del CSKA, de su mano habían llegado ambos goles. El primero llevó su firma y fue él solito el que provocó el penalti que desembocaría en el tanto del empate. 44 minutos de juego le bastaron para dejar helado a un City que se mostró inoperante e inofensivo en una desastrosa segunda mitad.

Con 2 puntos sobre 9 posibles, la clasificación se le complica sobremanera al cuadro de un Pellegrini que no perderá ojo al encuentro que esta misma jornada enfrentará a Bayern y Roma en el Allianz. Por su parte, el CSKA puede sentirse orgulloso de su actuación en un encuentro en el que, salvo en los últimos 15 minutos de la primera parte, jugando con sus armas fue superior al todopoderoso cuadro mancuniano.

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