La mayor sorpresa de esta Copa de África, puede ser su suprema igualdad. Tras dos jornadas disputadas, los dieciséis equipos llegan con opciones para clasificarse. Es más, cada uno de ellos depende de sí mismo, salvo Sudáfrica. Es decir, la victoria, clasificará para cuartos. Y donde más aparente esto, es en el Grupo D, al que se podría denominar ya el grupo de los empates. Cuatro son los encuentros que se han disputado, terminando cada uno de ellos con las tablas en el marcador tras un gol de cada equipo.

En este encuentro, entre Camerún y Guinea, los focos estaban centrados en los Leones Indomables. El equipo de Volker Finke no terminó de mostrar sus armas en el anterior partido, por lo que se esperaba una reacción en uno de los favoritos. Los tropiezos de Costa de Marfil pueden haber dejado de ser noticia, pero los de esta Camerún sí que son destacables, más aún después de su ejercicio de superioridad en la fase de clasificación. Los Leones empezaron tranquilos, dejando a Guinea hacer en ataque. La Sylli National dispuso de un par de centros por banda, pero sin ningún daño.

Mucho balón en largo y poco control, hasta que Bedimo firmó el primer acercamiento de peligro, con un buen centro que Aboubakar remató a puerta, encontrándose con Yattara. El delantero que ha ilusionado a toda Camerún no tuvo su día y marró cada uno de los intentos que tuvo a lo largo de los minutos que estuvo sobre el césped. En estos compases iniciales fue cuando Camerún más apretó, metiendo a Guinea en su propio campo y haciendo efectiva una fuerte presión con las líneas adelantadas. A raíz de esto, junto con un fallo del portero guineano, ganó un saque de esquina. Aparentemente, sin importancia, pero con final catastrófico para Guinea. Moukandjo, queriendo o sin querer, centró muy cerrado y encontró la red. Hay que destacar también el papel de Chedjou, que sin tocar el cuero ayudó a despistar a un desafortunado Yattara.

Foto: BBC.

Gol de Camerún y premio a buscarlo en unos minutos muy intensos. Parecía que Guinea estaba perdida con esa intensidad de su rival, el marcador en contra y la impotencia de no poder hacer su juego. Pero nada de eso. La Sylli National se rehízo a las mil maravillas, ganando terreno con cada minuto que pasaba. Tampoco consiguió forzar a Ondoa al principio, aunque poco a poco le incordió más. Tras varios intentos de uno y otros, ninguno con peligro, Traore dispuso de la mejor para su combinado, al recibir dentro del área gracias a un buen desmarque. El portero canterano del FC Barcelona impidió el tanto, no iba a ser tan sencillo.

Camerún, si hubiera forzado algo más la máquina, podría haber llegado con mayor comodidad, pero pareció especular con el resultado. Esto le dio alas a Guinea, que se creyó capaz de empatar el choque. Traore, con movimientos por toda la zona de ataque, fue el dolor de cabeza constante que acompañó a la zaga de los Leones Indomables. Había espacios, había movilidad y sobre todo, alegría ofensiva. No tiene que haber una ocasión detrás de otra para poder considerar, esta primera mitad, una de las más entretenidas en la presenta Copa de África, en la que prima la táctica.

Y así, en una acción sin gran peligro, llegó el ansiado gol del empate. Ibrahima Traore tenía en su posesión el cuero, rodeado de varios defensas, y sin opción a mover el esférico. Pero, el del Mönchengladbach tenía claro que era su noche. Como si no quiere la cosa, y con un sutil movimiento, se deshizo de sus adversarios y sacó un latigazo con la zurda al que nada pudo hacer Ondoa. Empate a falta de pocos minutos para el descanso. Vuelta a empezar con tan solo 45 minutos por delante.

Tranquilidad antes del final

El segundo tiempo no tuvo el mismo ritmo que su antecesor, a pesar de que en los primeros minutos Traore lanzara un disparo muy tocado que se marchó muy cerca del palo. Guinea regresó al plan inicial, cediendo terreno y buscando salir a la contra con sus atacantes, todos habilidosos y veloces con el esférico en sus pies. Soumah, Moukandjo, Traore, Aboubakar; todos aparecían en zona de peligro, pero no concretaban sus acciones y las defensas se imponían.

No fue hasta la última hora de juego cuando empezó a desperezarse el encuentro, para finalizar con una absoluta locura. Camerún, impulsada por las arengas de Volker Finke, se lanzó a por todas. Sin embargo, no era la tarde de Aboubakar. El ‘10’ verde volvió a fallar una clara ocasión, tras un gran centro de Bedimo. Su cabezazo, con el arquero rival fuera de lugar, no encontró portería. Tampoco vio puerta Salli, aunque esta vez fue por la buena labor defensiva de la Sylli National, que impidió que el atacante camerunés rematara en buenas condiciones.

La entrada de Naby Keita, aquel que se llevó el tortazo de Gervinho, impulsó a Guinea. El recién ingresado tuvo un buen disparo, algo alto, a la portería de Ondoa. También un par de contraataques que no fueron bien resueltos, pero los Elefantes Nacionales volvían a la carga. Las espadas en todo lo alto, ambos conjuntos en busca de la victoria. Etoundi, también nada más entrar, pudo poner un buen centro desde línea de fondo; pero un Yattara bien colocado, al que no le importó su integridad física, evitó que delantero alguno rematara. Iba a tener otra más Camerún. M’Bia no falló a su cita con los remates en los últimos minutos. No acertó esta vez, y su cabezazo no inquietó si quiera al guineano.

Foto: soccerladuma.net

El choque había tenido de todo durante los 90 minutos. Ocasiones, espacios, detalles técnicos y goles. Solo quedaba la polémica. Y ocurrió cuando apenas restaba un minuto de descuento. Conté encaró el área, directo hacia Ondoa, y fue derribado. Una falta clara, para todos, salvo para el colegiado, que no señaló nada más que el final del encuentro con un nuevo empate. La pena máxima, de haber sido oficializada por el trencilla, hubiera cambiado las cosas. pero no fue así y Camerún y Guinea igualan el resultado del encuentro anterior y se lo jugarán todo en el último partido. Igualdad hasta el final.