Llega la hora de la verdad para Costa de Marfil y Argelia, en uno de los partidos con más caché y con más calidad de los que se han dado en los últimos años la Copa África de Naciones. Un partido que define momentos. Argelia, que hasta el año pasado parecía una selección muy simple, dio la cara en el Mundial de Brasil y ahora parte como la mejor selección africana del momento.

Eso mismo fue, en tiempos de Didier Drogba, Costa de Marfil, que en este torneo ha dejado dudas tras empatar en fase de grupos ante Mali y Guinea en, eso sí, un grupo igualadísimo. La oportunidad es histórica, pues tras el varapalo del Mundial volver a hacer un buen papel en la Copa de África, su competición fetiche, traería mucha moral a los elefantes. Además, el ganador de la eliminatoria ya sabe que su rival en semifinales será la República Democrática del Congo.

Max Gradel y su trascendencia

El papel de Costa de Marfil en esta Copa África de Naciones no se puede entender sin un futbolista que ha resultado totalmente decisivo para las aspiraciones costamarfileñas: Max Gradel. Tras la sanción de Gervinho y un mal nivel mostrado por futbolistas que deberían de mostrar más trascendencia, el delantero del Saint Etienne marcó dos goles importantísimos: uno, ante Malí, supuso no perder y, por lo tanto, haber sido eliminados del torneo.

El otro fue un auténtico golazo ante Camerún, que significó la victoria por 0-1 y hacer que Costa de Marfil fuese la única selección que ganase un partido en el grupo D. Ahora, el desafío es enorme, puesto que el rival que se encuentra enfrente es Argelia, que vive con la mejor generación de su historia, como supuso la de los Didier Drogba o Yayá Touré, los cuales en parte viven su última oportunidad de ganar un título, puesto que el último campeonato continental que Costa de Marfil se ha llevado fue en 1992, por primera y última vez.

El 4-1-3-2 utilizado por Herve Renard, con la importancia absoluta de Wilfried Bony como delantero, será el esquema también utilizado ante los argelinos, que en esta situación coge mayor importancia, pues en un fútbol tan desordenado tácticamente como el africano, ese esquema permite que el equipo no se rompa con facilidad. Además, la vuelta de Gervinho tras la sanción es significativa, y refuerza al equipo de moral y calidad.

Confirmar la calidad, tarea pendiente

Tras una fase de grupos algo complicada, en la que los papeles ante Sudáfrica y Ghana dejaron mucho que desear, el partido ante Senegal disipó las dudas y abre muchas esperanzas para las rondas eliminatorias, además de dejar fuera a un rival directo. Su rival es probablemente uno de los peores para confirmar sus sensaciones, pero si hay algo que Argelia ha demostrado, es cómo se crece ante situaciones y equipos superiores a sus fuerzas.

Lo demostró en el Mundial, plantando mucha cara a Alemania, que a la postre se coronaría como campeona del mundo, y en esta misma Copa África, donde en el partido de Senegal, siendo clave y pudiendo dejarles fuera, el equipo mostró mucha más solidez y seguridad que en otros choques, y ganó mucha creatividad y velocidad en el ataque.

Solo un año (1990) fue testigo de un triunfo argelino en este torneo, el cual se disputó en el mismo suelo que el de su campeón. Desde entonces, Argelia solo ha alcanzado las semifinales una vez (2010), quedando en cuarto puesto. Entre 1980 y el título de 1990 se vivieron los mejores tiempos de los norafricanos, con cinco semifinales que incluyen el entorchado africano y un subcampeonato.

Y es por esto por lo que la motivación argelina aumenta para este partido. Con el 4-2-3-1 que Cristian Gourcuff suele presentar, futbolistas como Feghouli o Bentaleb deben de aumentar en trascendencia. No podrá contar con Slimani por lesión arriba, una baja sensible, y será Soudani la referencia.

Alineaciones probables